¿OBSESIONADOS
CON EL SÁBADO?
Por Wayne Willey
Traducido de Gospel
Outreach
Ministries
Una de las principales quejas de los evangélicos, incluyendo los
adventistas del séptimo día evangélicos, es que la mayoría de
los adventistas del séptimo día parecen estar tan obsesionados
con el sábado que no prestan casi ninguna atención a lo demás,
ni siquiera a las buenas nuevas del evangelio de Jesucristo.
Estos
evangélicos
han oído decir a los adventistas del séptimo día que:
El sábado es el recordatorio de la creación.
El sábado es el recordatorio de la redención.
El sábado es la señal de la santificación.
El sábado es la prueba principal de lealtad a
Dios.
El sábado es la marca principal que identifica
a la iglesia remanente.
El sábado es la prueba final que separará a los
que adoran a Dios de los que adoran a la bestia.
El sábado es el sello de Dios que indica quién
será salvo y quién se perderá.
Cuando los adventistas del séptimo día
hablan de "guardar los mandamientos de Dios", quieren decir
guardar el sábado.
Cuando los adventistas del séptimo día hablan de "reposar del
trabajo", "reposar en Cristo", y "entrar en el reposo de Dios",
quieren decir reposar el sábado.
Cuando los adventistas del séptimo día
hablan de tomar "decisiones" en el contexto del evangelismo,
quieren decir decisiones para guardar el sábado e ingresar a la
denominación adventista del séptimo día.
Esta obsesión por el sábado me recuerda una
obsesión similar entre los fariseos en tiempos de Jesús.
He leído que los fariseos creían que Israel
debía guardar un sábado perfecto para que viniera el Mesías. Los
fariseos rechazaron a Jesús como Mesías porque era demasiado
"liberal" en sus enseñanzas acerca del sábado, y hacía
afirmaciones tan "liberales" acerca del sábado como que "el
sábado fue hecho para el hombre, no el hombre para el sábado".
Finalmente, los fariseos conspiraron para asesinar a Jesús
porque era una amenaza para el deseo de ellos de restaurar y
purificar el "judaísmo histórico" por medio de una correcta
observancia del sábado. Los descendientes espirituales de los
fariseos en el judaísmo están todavía tratando de restaurar una
correcta observancia del sábado en Israel en la actualidad.
Los adventistas del séptimo día necesitan
recordar que la observancia del sábado no puede ser nunca la
base de nuestra salvación. Si nuestra observancia del sábado
fuera la base de nuestra salvación, entonces ninguno de nosotros
tendría ninguna esperanza. En nuestra observancia del sábado, no
alcanzamos el ideal de Dios, de la misma manera que no
alcanzamos el ideal de Dios en ninguna otra área de nuestras
vidas. Todos somos quebrantadores del sábado -- en nuestros
pensamientos y actitudes, así como en nuestras obras.
Ha habido sólo un hombre que haya alcanzado
el ideal de Dios en la observancia del sábado y en cada una de
las otras áreas de la vida -- el hombre que conocemos como
Cristo Jesús -- Dios encarnado en foma humana.
Jesús me ofrece el perdón tanto por el
pecado de quebrantar el sábado como por cada uno de los otros
pecados.
Jesús ofrece limpiarme de la culpa tanto de
quebrantar el sábado como de cada uno de los otros pecados.
Jesús me ofrece la justicia de su propia
observancia perfecta del sábado, así como me ofrece la justicia
de su propia obediencia perfecta en cada una de las otras áreas
de la vida.
Las ofertas de Jesús de perdón, limpieza de
la culpa, y perfecta justicia delante de Dios, vienen a nosotros
en el evangelio. Esta es la razón de que la predicación del
evangelio sea tan importante.
Muchos adventistas del séptimo día se
sorprenderán al oírme decir que muchos de sus vecinos
evangélicos, que han asistido a la iglesia en el día equivocado
(domingo) todas sus vidas, serán tenidos en el juicio por
perfectos guardadores del sábado porque han recibido de Cristo
el don de la perfecta justicia (y la perfecta observancia del
sábado) por medio del evangelio. Por otro lado, muchos
adventistas del séptimo día y otros sabadistas que han asistido
a la iglesia en el día correcto (sábado) serán "pesados en la
balanza y hallados faltos" porque "no conocieron la justicia que
viene de Dios, y buscaron establecer su propia" justicia, y "no
se sometieron a la justicia de Dios" (Romanos 10:3) que se
ofrece en el evangelio. Esta es la razón de por qué yo aconsejo
a la gente que asista a una iglesia en que la predicación del
evangelio sea el tema central de culto cada semana, aunque esa
iglesia se reúna el domingo y no el sábado. El evangelio sin el
sábado es más efectivo para construir y mantener la fe en Cristo
que el sábado sin el evangelio. Los que disfrutan del privilegio
de asistir a una iglesia donde el evangelio de Jesucristo se
predica cada sábado deberían dar gracias a Dios de que han
recibido una "doble bendición".
Dios nos da todos sus dones (perdón,
purificación, justicia, y vida eterna) por medio del evangelio
-- la buena nueva de que Cristo Jesús ha hecho todo lo necesario
para nuestra salvación. No podemos añadir nada más a lo que
Cristo ha hecho por nosotros.
"Mi esperanza está fundada nada menos que
en la sangre y la justicia de Jesús".
"Cubierto solamente por su justicia" soy
"sin mancha delante de su trono".
"Me apoyo sólo en Cristo, la Roca firme,
todo lo demás es arena que se mueve".
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