LA MUERTE
Y EL INFIERNO
Robert K. Sanders
Traducido de Truth
or
Fables
(Nota del traductor: A menos que se
indique lo contrario,
los textos bíblicos en español han sido tomados de la
versión Reina-Valera, revisión de 1960).
INTRODUCCIÓN
-
Una
persona justa ha muerto. ¿Está disfrutando ahora mismo de
los placeres del cielo?
-
¿Están
los muertos siendo ahora mismo atormentados en el
infierno?
-
¿Pueden
las personas en el purgatorio ser liberadas mediante la
oración?
- ¿Todas las personas muertas
permanecen dormidas en sus tumbas hasta la resurrección en la Segunda Venida de Cristo?
Obviamente,
todos estos conceptos no pueden ser bíblicamente correctos. La
manera en que entendamos lo que sucede cuando morimos PODRÍA
afectar nuestra idea de Dios y nuestra relación con él, y
quizás hasta nuestra salvación. ¿Es Dios amoroso y compasivo,
o un tirano vengativo? Muchos le temen a la muerte porque no
entienden lo que la Biblia enseña. Esperamos que Ud. haga a un
lado su actual punto de vista sobre la muerte y permita
que la Palabra de Dios hable a su corazón. Sería bueno que
tomara nota cuidadosa de los términos bíblicos que describen
la naturaleza del hombre, como se definen en hebreo y
en griego, así como del significado del infierno.
Este no es un estudio
exhaustivo de la muerte y el infierno. Cubrir todos los
usos y situaciones en la Biblia requeriría un gran volumen de
material, que Ud. podría no querer terminar de leer. Por lo
tanto, he tratado de ser breve, y sin embargo, cubrir un amplio
espectro de usos bíblicos, para ayudar a cualquier persona seria
a entender el significado de la muerte y el infierno.
Resplandecerá el AMOR de DIOS y su JUSTICIA al tratar con la
familia humana. La muerte y el infierno son un misterio
para muchos cristianos. Pero, cuando Ud. haya terminado de leer
este tema completamente, la muerte y el infierno ya no
serán más un misterio, sino un tema que Ud. disfrutará compartir
con sus amigos y su familia.
Las definiciones bíblicas son del Diccionario
Hebreo/Griego de Strong.
CONTENIDO
LA MUERTE
|
El Antiguo Testamento describe la
muerte
|
El Nuevo Testamento describe la
muerte
|
EL INFIERNO
|
Cómo comenzó
|
Conclusiones acerca de la muerte y
el infierno
|
LA MUERTE
Dios crea al hombre:
Para entender la naturaleza del
hombre, necesitamos ir al principio, cuando Dios creó al
hombre, e identificar los términos que Dios usó para describir
la naturaleza de la humanidad.
(Gén.
2:7) "Jehová Dios formó al hombre del polvo de la
tierra, y alentó en su nariz soplo
de vida, y fue el hombre un ser viviente".
1. Polvo: El hombre fue creado del polvo. La
palabra hebrea traducida como polvo, 6083. aphar, significa;
desde H6080: "polvo (como pulverizado o gris); por
eso, arcilla, tierra, lodo: -- cenizas, polvo, tierra,
suelo, mortero, material pulverizado, basura".
La Biblia nos dice que el hombre
está compuesto de los elementos de la tierra. La ciencia
concuerda con esta declaración. Obsérvese, sin embargo, que en
este punto el hombre no tiene inteligencia; es un alma muerta
-- un ser muerto.
2. Aliento de vida:
Dios sopló aliento de vida en la nariz del hombre. La
palabra hebrea para aliento de vida, 5397. neshamah,
significa; fr H5395 "un soplo, es decir, aire, o
aliento vital".
El "aliento de vida" es el hálito que Dios insufló en el
hombre para iniciar la vida. Es aire. No hay inteligencia en
el aliento que Dios le da al hombre. La inteligencia del
hombre comenzó con este aliento vital.
3. Ser o alma viviente: La palabra hebrea para alma es,
5315. nephesh; de H5314; prop. "una criatura que respira".
Después de que Dios alentó al hombre, éste se convirtió en una
"criatura que respira", una criatura inteligente. La Versión Reina-Valera
llama al hombre "un ser viviente", y otras versiones lo llaman
"alma viviente". Cuando se usa la palabra "alma", significa lo
MISMO que "ser viviente". No hay ninguna diferencia. Cuando
Dios creó al hombre, no le dio un alma, sino que el
hombre vino a ser un ser viviente -- se convirtió en
"alma viviente". La fórmula que Dios usó al crear al hombre
es, pues: polvo + aliento de vida = ser viviente/alma
viviente. Ni el polvo ni el aliento tienen ninguna conciencia
ni inteligencia cuando se separan del cuerpo en la muerte. El
alma no es nunca una entidad separada de una "persona" o un
"ser".
¿Fue el hombre creado
inmortal?
Algunos
creen que el hombre fue creado con un alma inmortal (no sujeta
a la muerte). ¿Es cierto esto? No. El hombre no fue creado
inmortal, porque podía morir, y, en efecto, murió. Antes del
pecado, la inmortalidad estaba basada en la obediencia a Dios
y la participación en el fruto del "árbol de la vida", que
estaba en medio del jardín de Edén (Gén. 2: 9). Después de que
Adán y Eva pecaron, fueron expulsados del jardín y ya no
tuvieron acceso al árbol de la vida, envejecieron, y murieron.
La muerte es lo opuesto a la creación:
Al
morir, el hombre exhala su último aliento (el aliento de
vida), se vuelve un ser muerto/un alma muerta, y su cuerpo
retorna al polvo y a las cenizas.
Dios les dijo a Adán y a Eva:
Gén. 2:
17) "mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no
comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente
morirás".
Morir en Génesis 2: 17, del hebreo,
significa: 4191. muwth; "una raíz prim.; morir, (ser digno
de) muerte, destruir, morir, matar".
"Morir"
no implica tener vida después de la muerte o tener vida en
alguna otra forma, sino finalización, cesar de existir,
estar muerto.
Satanás contradice a Dios:
(Gén. 3: 4) "Entonces la serpiente dijo a la mujer:
'No moriréis".
Cuando Dios dijo que morirían,
quiso decir que morirían, que no continuarían viviendo después
de muertos. Si continuaran viviendo en alguna otra forma
después de muertos, la muerte no tendría significado. Satanás
ha estado diciendo esta mentira desde entonces. Hay quienes
van a los espiritistas, los médiums, y los adivinos para
ponerse en contacto con los "espíritus" de sus seres queridos
muertos u otros, para obtener información sobre sucesos
futuros, o para averiguar lo que está sucediendo al otro lado
después de la muerte. Dios prohibe esta práctica. (Deut. 18:
10, 11) "No sea hallado en tí quien haga pasar a su hijo o
a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni
agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni
adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos" (Ecle.
8: 7) "el mal del hombre es grande sobre él, pues no sabe
lo que ha de ser; y cuándo haya de ser, ¿quién se lo
enseñará?" (Isa. 8: 19) "Y si os dijeren: Preguntad
a los encantadores y a los adivinos, que susurran
hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios?
¿Consultará a los muertos por los vivos?"
Los muertos están dormidos y no pueden predecir el futuro.
Entonces, ¿quién representa a los muertos en las sesiones
espiritistas? Satanás, el mentiroso, que nos dice que los
muertos no están realmente muertos.
El Antiguo Testamento
describe la muerte
Observe
que en los siguientes textos bíblicos a la muerte se la
describe como "un sueño", en el cual los muertos no son
conscientes del mundo que los rodea.
El polvo y el espíritu:
(Ecle.
12: 7) "y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el
espíritu vuelva a Dios que lo dio".
La palabra hebrea para espíritu,
307. ruwach; desde H7306; significa "viento; por
similitud, aliento, es decir, una exhalación
sensible (o hasta violenta); fig. vida, insubstancialmente;
aire".
A causa de que el espíritu
retorna a Dios al morir el hombre, algunos han llegado a la
conclusión de que el espíritu es la conciencia de una persona,
sus pensamientos. Eclesiastés nos dice que, en la muerte, el
cuerpo regresa al polvo, lo cual es obvio, pero que el
espíritu, que es invisible para nosotros, y regresa a Dios
cuando morimos, es la última exhalación de aliento o aire. Al
morir, el aliento o aire del hombre no tiene inteligencia ni
conciencia.
Los muertos nada saben:
(Ecle.
9: 5) "Porque los que viven saben que han de morir; pero los
muertos nada saben, ni tienen más paga; porque
su memoria es puesta en olvido".
Este texto enfatiza dos cosas: 1. Los muertos no saben
nada. 2. No tienen más paga (o recompensa).
Los pensamientos de una persona perecen cuando muere, lo cual
hace imposible que alabe a Dios en el cielo y se encuentre con
los seres queridos que han partido antes que ella. Habiendo
perecido sus pensamientos, ¿cómo puede experimentar los
dolores del infierno al morir? Si alguna parte de una persona
recibiera su paga al morir, ya sea en el cielo o en el
infierno, eso contradiría lo que Dios dijo: "los muertos no
tienen más paga". Por supuesto, esto se refiere a no más paga
al morir. Después de la resurrección, los muertos recibirán su
recompensa. Pero la Biblia es clara en que no se entregan
recompensas al morir.
El hombre y los
animales experimentan la misma clase de muerte:
(Ecle.
3: 19) "Porque lo que sucede a los hijos de los
hombres, y lo que sucede a las bestias, un mismo suceso
es: como mueren los unos, así mueren los otros, y una
misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que
la bestia, porque todo es vanidad". (Ecle. 3: 20)
"Todo va a un mismo lugar; todo es hecho del polvo, y
todo volverá al mismo polvo".
No hay diferencia entre la muerte del hombre y la de los
animales. Todos tienen la misma respiración, todos van al
mismo lugar: todos regresan al polvo. Ni el hombre ni los
animales tienen inmortalidad al morir. Habrá una diferencia
entre la muerte del hombre y la de los animales en la
resurrección, porque al hombre se le promete inmortalidad, no
así a los animales, pues Cristo Jesús murió por los pecados de
la humanidad.
Job sabía que
vería a Dios en su carne:
(Job
19: 25-27) "Yo sé que mi Redentor vive, y que al fin se
levantará sobre el polvo; y después de deshecha ésta mi
piel, en mi carne he de ver a Dios, al cual veré por
mí mismo, y mis ojos lo verán y no otro, aunque mi corazón
desfallece dentro de mí".
Job esperaba ver a su Redentor al fin de la historia de la
tierra, después de que su piel fuera destruída y cuando él
tuviera una nueva carne inmortal, lo cual tendría lugar en la
resurrección. Job no esperaba ver a su Redentor al morir, sino
en la resurrección, al fin del mundo.
Sueño en la muerte:
(Sal. 13: 3) "Mira, respóndeme, oh Jehová Dios mío;
alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte"
(Sal. 7: 5) "Persiga el enemigo mi alma, y alcáncela;
huelle en tierra mi vida, y mi honra ponga en el polvo."
(Sal. 90: 5) "Los arrebatas como con torrente de aguas;
son como sueño, como la hierba que crece en la
mañana -- " (Sal. 104: 29) "les quitas el hálito,
dejan de ser y vuelven al polvo." (Sal. 104: 30)
"Envías tu Espíritu, son creados, y renuevas
la faz de la tierra".
La
muerte es un sueño. No es estar despierto. No es estar
consciente de nada ni de nadie. Repetimos, la muerte ocurre
cuando el aliento de vida es quitado. Dios da el aliento de
vida/aire a la familia humana al nacimiento, como lo hizo en
el Edén. Cuando Dios "les quita el aliento", mueren.
Los muertos no alaban a Dios:
(Sal.
115: 17) "No alabarán los muertos a Jehová, ni
cuantos descienden al silencio".
Si los muertos van al cielo cuando mueren,
¿por qué no están alabando al Señor? ¡Pero los muertos no
alaban al Señor, pues están "dormidos"!
Los muertos vivirán, sus cuerpos
resucitarán:
(Isa.
26: 19) "Tus muertos vivirán; sus cadáveres
resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del
polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la
tierra dará sus muertos".
Isaías nos dice que los muertos resucitarán y
vivirán (tiempo futuro). No están vivos en ninguna forma
ahora, sino que vivirán y sus cuerpos resucitarán del polvo.
Al despertar del polvo en la resurreccción, habrá gritos de
júbilo. ¿Estará Ud. en ese grupo? Si Jesús es su Salvador del
pecado, Ud. estará allí.
Descanso en la muerte:
(Isa.
57: 2) "Entrará en la paz; descansarán en sus lechos
todos los que andan delante de Dios".
En la
muerte, la mente está en paz. Si los salvados van al cielo
cuando mueren, ¿estarían descansando cuando hay tanto que ver?
El cielo será un lugar activo, con mucho que explorar. Por
otra parte, ¿estarían tranquilos los santos en el cielo,
viendo a sus seres queridos sufrir dolor, enfermedad, y toda
clase de aflicciones?
Dormir en el polvo:
(Dan.
12: 2) "Y muchos de los que duermen en el polvo de
la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros
para vergüenza y confusión perpetua".
La Biblia nos dice que los muertos duermen en
el polvo. No nos dice que están despiertos en el cielo o en el
infierno.
El alma que pecare, ésa morirá:
(Eze.
18: 4) "He aquí todas las almas son mías; como el alma del
padre, el alma del hijo es mía; el alma que pecare,
ésa morirá".
Téngase presente que alma en hebreo es nephesh, que significa
una criatura que respira. H5314; prop. "una criatura que
respira". El alma no es una entidad separada de la
persona viviente. El alma no es inmortal, sino que muere. Como
está usada aquí, el alma es la persona viviente.
Enoc, Elías, y Moisés en el cielo:
Enoc:
(Gén. 5: 24) "Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció,
pues le llevó Dios" (Heb. 11: 5) "Por la fe Enoc fue
traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo
traspuso Dios" .
Elías: (2 Reyes 2:
11) "Aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro
de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió
al cielo en un torbellino".
Tanto Enoc como Elías
fueron llevados al cielo sin ver muerte. Éstas no fueron
experiencias fuera del cuerpo, sino que sus cuerpos enteros
fueron llevados al cielo sin experimentar muerte.
Moisés: (Deut. 34: 5,
6) "Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de
Moab, conforme al dicho de Jehová. Y lo enterró en el valle,
en la tierra de Moab, en frente de Bet-peor, y ninguno conoce
el lugar de su sepultura hasta hoy". Moisés murió y fue enterrado por el Señor en
Moab. ¿Cómo es entonces que Moisés vino a Cristo durante la
transfiguración, si estaba muerto y enterrado? Mat. 17:
3 "Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con
él". La respuesta se encuentra en
(Judas 1: 9) "Pero cuando el arcángel Miguel contendía con
el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés,
no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino
que dijo: El Señor te reprenda".
Aunque la Biblia no usa la
frase que indica que Moisés fue resucitado de la tumba, la
inferencia ciertamente está allí. La disputa era "por el
cuerpo de Moisés", lo cual indica que Satanás quería retener a
Moisés en la tumba, y Miguel quería quitarlo de ella. Cuando
los discípulos vieron personalmente a Moisés hablando con
Jesús en el monte, seguramente estaban viendo el cuerpo
resucitado de Moisés, y no su "espíritu" descarnado o su
"alma" descarnada.
El Nuevo Testamento
describe la muerte
El
Nuevo Testamento usa el término griego "pneuma" para
describir el espíritu del hombre, que es aliento y es aire.
Usamos el término neumático cuando describimos herramientas
que funcionan con aire, como taladros y martillos neumáticos,
etc. La palabra griega "pneuma" significa lo mismo que la
hebrea "neshamah", es decir, soplo, hálito.
El espíritu de Esteban,
recibido:
(Hech.
7: 59) "Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y
decía: Señor Jesús, "recibe mi espíritu".
La palabra griega para espíritu es: 151. pneuma; de G4154; "una
corriente de aire, es decir, soplo (ráfaga) o una brisa".
Obtenemos nuestras palabras españolas "neumático" y "neumonía"
de la raíz griega "pneuma". "Pneuma" significa simplemente
"aire".
¿Qué
es el espíritu que Esteban le pidió a Jesús que recibiera?
Esteban le estaba pidiendo a Jesús que recibiera su hálito,
que es el aliento de vida que Dios le había dado. Jesús no
estaba recibiendo la conciencia de Esteban, sino su último
soplo de aire/vida.
No muertos, sino dormidos:
(Mat. 9:24) "les dijo: 'Apartaos, porque la niña no
está muerta, sino duerme.' Y se burlaban de él".
¿Por qué llamó Jesús a la muerte
de la niña un "sueño"? En el Antiguo Testamento, los judíos
nunca enseñaban que las personas recibían su recompensa al
morir, y muchos equiparaban la muerte con el destino final del
hombre. Por ejemplo, los saduceos creían y enseñaban que no
había resurrección. Este milagro de traer los muertos a la
vida desde el sueño de la muerte no pasó inadvertido
para la multitud. (Mat. 9: 26) "Y
se difundió la fama de esto por toda aquella tierra".
Lázaro duerme, Lázaro está
muerto:
(Juan
11:11-14) "Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo
Lázaro duerme; mas voy a despertarle. Dijeron
entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sanará. Pero
Jesús decía esto de la muerte de Lázaro; y ellos
pensaron que hablaba del reposar del sueño. Entonces Jesús
les dijo claramente: Lázaro ha muerto".
Jesús explicó la muerte de su amigo Lázaro diciendo
que era un sueño, y que iba a despertarle. Si Lázaro
hubiese estado en el cielo, ¿no estaría despierto? Jesús no
hizo venir a Lázaro bajándolo del cielo, sino que lo llamó de
la tumba. Lázaro salió de la tumba sin ningún testimonio de
haber estado jamás en el cielo. Si Lázaro saliera de la tumba
hoy día, los médicos, los reporteros, y los dirigentes
religiosos le preguntarían: "¿Qué te pareció estar muerto?
¿Qué te pareció el cielo? ¿Hablaste con Dios? ¿Viste y
hablaste con tus seres queridos y tus amigos en el cielo?"
Lázaro no podría contestar estas preguntas, porque estaba
dormido en la tumba y no sabía nada, hasta que Jesús le
despertó del sueño de la muerte.
No todos dormiremos:
(1 Cor. 15:51, 52): "He aquí,
os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos
transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos,
a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los
muertos serán resucitados incorruptibles, y todos seremos
transformados" .
Tanto Jesús como Pablo describieron la muerte como un sueño.
¿Se ha preguntado Ud. alguna vez por qué se compara la muerte
con un sueño? En el sueño experimentamos en cierto modo lo que
sucede en la muerte. Mientras dormimos, no tenemos conciencia
del paso del tiempo. Tenemos que abrir los ojos y mirar el
reloj para ver cuánto tiempo hemos estado durmiendo. La muerte
es lo mismo. Los muertos no se dan cuenta de cuánto tiempo han
estado dormidos hasta que Jesús les despierte en la
resurrección. Los muertos no tendrán conocimiento de lo que
ocurre mientras están muertos, de la misma manera que el que
duerme no tiene conocimiento de lo que sucede en el mundo
mientras está dormido. Cuando Adán y Eva sean llamados de sus
tumbas en la resurrección, y abran sus ojos, les parecerá que
han cerrado sus ojos sólo por un momento.
Esto mortal se vista de
inmortalidad:
(1 Cor.
15: 53 - 55) "Porque es necesario que esto corruptible se
vista de incorrupción, y esto mortal se vista de
inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de
incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad,
entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es
la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?
¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?
La inmortalidad no es algo que el hombre posee, sino algo que
"se pone" (como una ropa). La inmortalidad no se le concede al
hombre al morir, sino que se la da Dios en la resurrección. La
inmortalidad se les da sólo a los santos, nunca a los impíos,
como se dice en
(Juan 3: 16): "Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo
unigénito, para que todo aquél que en él crea no se
pierda, sino que tenga vida eterna". Los que aseguran que el hombre tiene la
inmortalidad ahora, o que cualquier parte del hombre es
inmortal (como su "alma", por ejemplo), están en desacuerdo
con Dios. No hay ni un versículo en la Biblia que nos diga que
el hombre tiene un alma inmortal. Repetimos, el
significado de "alma" es una persona que respira, y no algo
que ha abandonado a una persona muerta.
Sólo Dios es inmortal:
(1 Tim.
6:16) "el único que
tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible: a quien
ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la
honra y el imperio sempiterno".
En la Biblia, Dios es el único que tiene inmortalidad ahora.
Ni una sola persona, ni siquiera una parte o un trozo de una
persona, es inmortal ahora.
La resurrección de Jesús:
(Mat. 28:7) "E id pronto y decid a sus discípulos que ha
resucitado de los muertos, y he aquí va delante de
vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he
dicho".
En la resurrección de Jesús, él se levantó de los muertos, y
salió de la tumba. No bajó del cielo, porque no había estado
allí.
Jesús no fue al cielo al morir:
(Juan 20:17) "Jesús le
dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas
vé a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro
Padre, a mi Dios y a vuestro Dios".
Después de su resurrección, Jesús dijo claramente que todavía
no había ido al cielo. Más bien, después de que resucitó de
los muertos, estuvo listo para regresar a su Padre en el
cielo.
David todavía está en la tumba:
(Hechos 2: 29) "Varones
hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David,
que murió y fue sepultado, y su sepultura está con
nosotros hasta el día de hoy".
(Hechos 2:
34) "Porque David no subió a los cielos, pero él
mismo dice: 'Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi
diestra'".
Pedro
afirma claramente que David no ascendió al cielo al morir, y
que todavía estaba en la tumba en los días del apóstol. Habría
sido fácil para Pedro decir: "¡El cuerpo de David está en la
tumba, pero su alma/espíritu está disfrutando de los placeres
del cielo!" Pero ni un sólo escritor bíblico ha afirmado que
los muertos están vivos en el cielo, porque los muertos están
dormidos en sus tumbas.
Partir y estar con Cristo:
(Filip.1: 20 - 23) "Conforme
a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes
bien con toda confianza, como siempre, ahora también será
magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por
muerte". Porque para mí el vivir es Cristo, y el
morir es ganancia. Mas si el vivir en la carne resulta para mí
en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. "Porque
de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de
partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor
pero quedar en la carne es más necesario por causa de
vosotros".
Pablo estaba en cadenas en la prisión cuando escribió esta
carta a los santos en Filipos. Pablo no sabía cuándo ocurriría
su muerte. Daba su testimonio acerca de su vida y de su muerte
para confortar a los santos. Pablo decía que "Cristo sería
magnificado en su cuerpo en la vida y en la muerte", versículo
20. La obra fructífera (NIV) era el testimonio de Pablo en
favor de Cristo, y el morir sería ganancia. ¿Qué ganaría Pablo
con su propia muerte? Sus trabajos habrían terminado, y en la
muerte todavía estaría dando su testimonio, por medio de la
vida que había vivido, a aquéllos que dejaba atrás.
En el
versículo 23, Pablo está considerando dos alternativas y no
sabe cuál escoger. Primero está su deseo de "partir y estar
con Cristo", que es mucho mejor para él personalmente. ¿Partir
y estar con Cristo es mucho mejor que qué? Mejor que vivir en
este mundo. Pablo no estaba diciendo que quería morir y que
esperaba ir inmediatamente al cielo para estar con Cristo.
Pablo estaba diciendo que, entre vivir en la tierra y estar
con Cristo, él prefería "partir y estar con Cristo". ¿No es
verdad que la mayoría de los cristianos preferirían partir y
estar con Cristo que vivir en este mundo miserable y envejecer
con el dolor y la enfemedad, y luego morir? Pablo podría muy
bien haber estado pensando en las experiencias de Enoc y
Elías, que fueron trasladados al cielo sin ver muerte. En 1
Corintios 15: 51-54, Pablo dice que él sabía que los muertos
no serían resucitados ni se volverían inmortales sino hasta la
"final trompeta" a la segunda venida de Cristo.
En el versículo 24, la conclusión de Pablo es:
"pero quedar en la carne es más necesario por causa de
vosotros". ¿Por qué? (Filip.
1: 25) "Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún
permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo
de la fe" .
La
conclusión de Pablo es que era mejor que él permaneciera (con
ellos en el cuerpo) para beneficio de los de la fe que partir
(con su cuerpo al cielo). Si Pablo hubiera estado diciendo que
deseaba morir y en la muerte ir al cielo, estaría
contradiciendo su enseñanza de que los muertos no saldrán de
sus tumbas sino hasta la resurrección.
Traerá con Él a los santos:
(1 Tes.
4: 13) "Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de
los que duermen, para que no os entristezcáis
como los otros que no tienen esperanza" Vers. 13: La muerte es llamada un sueño.
Además, ¿por qué les diría Pablo que no se "entristecieran" si
al morir ya estaban en el cielo? La "esperanza" es la de estar
"despierto" a la Segunda Venida para ser vestido de
inmortalidad. Esto no ocurre cuando morimos. (Tito 2: 13). "aguardando la esperanza
bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro
gran Dios y Salvador Jesucristo." La muerte no es la "esperanza bienaventurada".
La Segunda Venida de Cristo lo es, y nosotros la aguardamos.
( 1
Tes. 4: 14): "Porque si creemos que Jesús murió y
resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los
que durmieron en él". ¿Qué significa esto de que Dios traerá con
Jesús a los que durmieron? ¿Significa que Jesús va a traer a
los que durmieron (los muertos) del cielo a la tierra, que él
abrirá las tumbas y los muertos que él trae van a verse a sí
mismos saliendo de las tumbas? ¡Ridículo! Jesús traerá de sus
tumbas a los santos que duermen, les dará inmortalidad, y los
llevará con él al cielo.
(1 Tes. 4: 15) "Por lo cual os decimos
esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que
habremos quedado hasta la venida del Señor, no
precederemos a los que durmieron".
Vs. 15:
Este versículo remacha el clavo diciendo que los muertos "no
precederán" (no irán antes que) a los vivos cuando mueran. A
la Segunda Venida de Jesús, todos los salvos que estén
durmiendo en sus tumbas irán al cielo al mismo tiempo que los
santos vivos.
El infierno
El infierno es la tumba:
En el
Antiguo Testamento de la King
James Version (KJV) [en inglés - N. del T.] , el
infierno es llamado la tumba y en algunas ocasiones la tumba
es llamada la tumba. El infierno es también un lugar de
destrucción, lo cual se discutirá más tarde.
Hebreo, 7585. Seol. de H7592: "el hades o
el mundo de los muertos (como si fuera un lugar de retiro
subterráneo), incluyendo sus accesorios y residentes:-tumba,
infierno, fosa".
Ejemplo:
(Sal. 16: 10, KJV) "Porque no dejarás
mi alma en el infierno, ni permitirás que Tu
Santo vea corrupción".
(Sal. 16: 10, NIV) "porque no me
abandonarás en la tumba, ni dejarás que Tu Santo vea
corrupción".
Obsérvese que la KJV usa los
términos alma e infierno. La NIV, refiriéndose al alma, usa
"me" y "tumba" en vez de "infierno". Esto concuerda con el
hebreo en que el alma es una persona completa y que el
infierno es la tumba. Por lo tanto, cuando las personas/almas
mueren, van, no a un infierno ardiente, sino simplemente a la
tumba. En el Nuevo Testamento, a la tumba se la llama la
tumba:
Palabra griega para tumba: 3419. mnemeion; de G3420; un
recordatorio, es decir, un cenotafio (lugar de
internamiento):- - sepultura, tumba, sepulcro.
El Nuevo Testamento no
usa infierno para referirse a la tumba, sino como castigo
para los impíos después de la resurrección. Griego: 1067.
geena; del hebreo [H1516 y H2011]; "valle de (el hijo
de) Hinnom; gehenna (o Ge-Hinnom), un valle de Jerus.,
usado (fig.) como el nombre del lugar (o estado) de
castigo:-- infierno".
El rico y
Lázaro:
(Lucas 16:
19-31): "Había un hombre rico, que se vestía de púrpura
y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez.
Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado
a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse
de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los
perros venían y le lamían las llagas. Aconteció que murió
el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de
Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el
Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos
a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando
voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y
envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua,
y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta
llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste
tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora
éste es consolado aquí, y tú atormentado. Además de todo
esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros,
de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros,
no pueden, ni de allá pasar acá. Entonces le dijo: Te
ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre,
porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a
fin de que no vengan ellos también a este lugar de
tormento. Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas
tienen; óiganlos. Él entonces dijo: No, padre Abraham;
pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se
arrepentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a
los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se
levantare de los muertos".
¿Es la historia del
rico y Lázaro una parábola que enseña una lección, o es una
historia verdadera que representa con exactitud lo que
ocurre cuando morimos? Sometamos a prueba esta historia para
ver qué es lo cierto.
- Si Lázaro
estaba en realidad en el cielo y el rico estaba de verdad
en el infierno, ¿cómo podría Lázaro extender su mano desde
el cielo hasta el infierno para tocar la lengua del rico?
Lázaro debe haber tenido un brazo de millones de millas de
largo.
- Los que
creen que los individuos reciben su recompensa cuando
mueren, reconocen que los cuerpos de todos están en la
tumba y que es su espíritu el que está en el cielo o en el
infierno. Con esta creencia, la pregunta es: ¿CÓMO
pudieron el rico y Lázaro recibir partes de su cuerpo en
el cielo y en el infierno (lengua, dedos, ojos) antes de
la resurrección, cuando la Biblia enseña que el cuerpo
permanece en la tumba, que todos pueden ver si la tumba es
excavada y el féretro es abierto?
- ¿El agua en
el extremo de un dedo realmente refrescaría la lengua de
una persona en un infierno ardiente? ¿No se evaporaría el
agua literalmente antes de alcanzar al rico?
- ¿Pueden los
muertos sostener una conversación literal con los que
están en el cielo? ¿Usan quizás teléfonos celulares o
satélites?
- ¿Pueden las
almas en el cielo contestar las oraciones de las almas en
el infierno?
- ¿Por qué
apelarían a Abraham pidiendo ayuda, si él no está en el
cielo?
- ¿Qué?
¿Pensó Ud. que Abraham estaba en el cielo? ¡No!
Heb. 11: 10 "Porque
esperaba la ciudad que tiene fundamentos , cuyo arquitecto y
constructor es Dios" Heb. 1: 13 "Conforme a la fe
murieron todos éstos sin haber recibido lo
prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y
saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos
sobre la tierra".
Jesús no estaba enseñando que la recompensa se recibe al
morir, sino que, si la gente no quería escuchar a
Moisés, ¿cómo escucharían a alguien levantando de entre los
muertos? Con estos hechos en mente, esta historia es
simplemente otra de las muchas parábolas de Jesús. En esta
parábola, el infierno no se define como un lugar de castigo
al fin del mundo, sino la tumba. Infierno, del griego; 86.
hades; de G1 "(como una partícula negativa) y G1492; prop.
invisible, es decir, "Hades" o el lugar (estado)
de las almas que han partido:- tumba, infierno".
Siendo el
infierno el castigo al FIN del mundo:
La palabra griega para infierno, que significa castigo al
fin del mundo: 067. "geena;
del hebreo. o [H1516 y H2011]; valle de (el hijo de)
Hinnom; gehenna (o Ge-Hinnom), un valle de Jerus., usado
(fig) como el nombre del lugar (o el estado) de castigo
eterno:-infierno".
Discutiremos el el
significado del castigo eterno un poco más tarde. Pero
nótese que cuando se usa el término infierno para el castigo
de los malvados al fin del mundo no se refiere a la tumba
donde una persona va al morir.
La cosecha
al final del tiempo:
(Mat. 13:
36-43):"Acercándose a él sus discípulos, le dijeron:
Explícanos la parábola de la cizaña del campo.
Respondiendo él les dijo: El que siembra la buena semilla
es el Hijo del Hombre. El campo es el mundo; la buena
semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los
hijos del malo. El enemigo que la sembró es el
diablo; la siega es el fin del siglo; y los
segadores son los ángeles. De manera que como se arranca
la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin
de este siglo. Enviará el Hijo del Hombre a sus
ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de
tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el
horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Entonces los justos resplandecerán como el sol en
el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír,
oiga".
- La cizaña
son los que no son salvos.
- La siega
ocurre al fin del tiempo, la Segunda Venida de Cristo.
- Los impíos
son lanzados al fuego por los ángeles. Esto no ocurre al
morir. Si los impíos van al infierno ardiente al morir,
¿los sacará Jesús de este infierno para lanzarlos de nuevo
a él al fin del tiempo? La Biblia no enseña tal cosa.
- Al fin del
tiempo, los justos "resplandecerán" como el sol en el
reino de su padre. Los justos muertos no están
resplandeciendo en el reino en este momento.
(Mat. 13: 49, 50) "Así
será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y
apartarán a los malos de entre los justos, y los echarán en
el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de
dientes" .
Jesús usa otra parábola en Mateo 13 para enseñar que los
justos y los impíos son separados al fin del tiempo, y los
malos son echados en el fuego en ese momento. La Biblia no
enseña que existe un infierno ardiente en la actualidad.
(Mat. 5: 29) "Por
tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y
échalo de tí; pues mejor te es que se pierda uno de tus
miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado
en el infierno".
Note que Jesús estaba enseñando que "todo
el cuerpo" sería echado en el infierno. ¿Está todo el cuerpo
en la tumba, o está en algún infierno ardiente ahora?
Obviamente, no está en ningún infierno ardiente ahora. Si el
alma del hombre entra al infierno al morir la persona, como
algunos afirman, ¿por qué era necesaria la advertencia de
que el cuerpo podría ser echado en el infierno? Además, como
hemos mostrado, cuando una persona muere, el "alma" no queda
viva; por lo tanto, no podría sufrir.
El juicio
antes del castigo:
Pedro nos dice que los impíos, y aun la
tierra, son guardados para el "Día del Juicio" para ser
destruídos por medio del fuego. Esto significa que hay un
Día del Juicio antes de que los impíos sean destruídos por
el fuego. Esto también nos dice que, puesto que los impíos
no han sido juzgados todavía para que reciban su castigo, no
podrían estar actualmente en los tormentos del infierno.
(2 Ped. 2: 9): "Sabe
el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar
a los injustos para ser castigados en el día del
juicio".
(2 Ped. 3: 7) "Pero los cielos y la
tierra que existen ahora, están reservados por la misma
palabra, guardados para el fuego en el día
del juicio y de la perdición de los hombres
impíos".
¿Qué es el
castigo eterno?
Castigo eterno no es castigo que durará
eternamente, sino un castigo que es completado para los
impíos. Los impíos serán destruídos completamente. Éste es
su castigo eterno. Jamás regresarán al pecado y a hacer lo
malo otra vez. La palabra griega para infierno, o castigo al
fin del mundo, es: 067.
"geena; del hebreo. o [H1516 y H2011]; "valle de (el hijo
de) Hinnom; gehenna (o Ge-Hinnom), un valle de Jerus.,
usado (fig.) como el nombre del lugar (o estado) del castigo
eterno:-- infierno".
Los impíos
son convertidos en cenizas:
Malaquías nos dice que los impíos serán
destruídos completamente por el fuego, sin dejar ni raíz ni
rama, y se cxonvertirán en cenizas bajo las plantas de los
pies de los justos. Esto ilustra la total aniquilación de
los impíos en el fuego del infierno el final del tiempo, no
un castigo que durará eternamente.
(Mal. 4: 1 - 3) "Porque he aquí, viene
el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y
todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que
vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y
no les dejará ni raíz ni rama. Mas a vosotros los
que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus
alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como
becerros de la manada.. Hollaréis a los malos, los cuales
serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en
el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos".
Destrucción
eterna:
(2 Tes. 1: 7- 9) "Y a vosotros que sois
atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se
manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles
de su poder, en llama de fuego, para dar
retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al
evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán
pena de eterna perdición, excluídos de la
presencia del Señor y de la gloria de su poder".
Observe que el castigo por medio del fuego es destrucción
eterna. Cuando un edificio es consumido por el fuego,
y no es reconstruído, la destrucción del edificio es
permanente, pero el edificio no sigue ardiendo por la
eternidad. Tal como nos lo dice Malaquías, los malos serán
reducidos a cenizas; no arderán para siempre.
Sodoma y
Gomorra, ejemplos de fuego eterno:
(Judas 1: 7) "Como Sodoma y Gomorra y
las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que
aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra
naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo
el castigo del fuego eterno".
No puede haber descripción más clara del castigo por medio
del fuego eterno, que es un ejemplo de lo que tendrá
lugar al final del tiempo. El fuego eterno se apagó
después de que los impíos y sus ciudades fueron destruídos.
Las ciudades y los impíos no están ardiendo hoy, sino que
fueron destruídos completamente. Son cenizas bajo los pies
de la gente.
El lago de
fuego:
Después de la Segunda Venida de Cristo, los
impíos son traídos del Hades (la tumba) para ser juzgados y
ser lanzados al lago de fuego, que es "la muerte segunda".
Este hecho explica claramente que, al morir, los impíos no
son juzgados y que, por lo tanto, no están siendo castigados
en el lago de fuego actualmente, como algunos creen.
(Apoc. 20: 13, 14)
"Y el mar entregó los muertos que había en él; y la
muerte y el Hades entregaron los muertos que había en
ellos; y fueron juzgados, cada uno según sus obras.
Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago
de fuego. Esta es la muerte segunda".
(2 Ped. 3: 10 - 12) "Pero el día del
Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los
cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos
ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras
que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas
cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar
en santa y piadosa manera de vivir, esperando y
apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual
los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los
elementos, siendo quemados, se fundirán!"
.
Cuando Jesús vuelva por segunda vez, destruirá completamente
los cielos y la tierra. No habrá más muerte, ni tumbas, ni
castigo.
Nuevos
cielos y nueva tierra:
(2 Ped. 3: 13) "Pero nosotros esperamos, según sus
promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los
cuales mora la justicia".
(Apoc. 21: 1) "Vi un cielo nuevo
y una tierra nueva; porque el primer cielo y la
primera tierra pasaron, y el mar ya no es".
La nueva tierra será el hogar de los
salvados, no un infierno que arda eternamente para los
impíos, como creen algunos. La Santa Ciudad, la Nueva
Jerusalem, baja del cielo a esta tierra, y los impíos rodean
la Santa Ciudad, y Dios envía fuego del cielo para
destruirlos. (Apoc. 20: 9) "Y
subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el
campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios
descendió fuego del cielo, y los consumió". Si existe este infierno ardiente y eterno en
el cual agunos creen, ¿quiénes son los que rodearán la Santa
Ciudad? ¿Los santos que están en la Ciudad van a tener que
caminar a través del fuego del infierno para llegar a la
Nueva Tierra que Dios ha creado? ¿Los santos verán y oirán
los alaridos de tormento de sus seres queridos cada vez que
entren y salgan de la Santa Ciudad? ¡No!
Dios es
justo:
(Eze. 18: 32) "Porque no quiero la muerte del que muere,
dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis".
Cuando los impíos sean destruídos por medio
del fuego, que es la segunda muerte, Dios no se complacerá
en ello. Jesús los amó a todos y murió por ellos, pero no le
aceptaron como su Salvador. Si Ud. tuviera un hijo
descarriado y asesino, aunque Ud. lo amara, odiaría lo que
él hizo y sabría que su castigo es justo, porque no se le
podría permitir continuar andando por las calles matando
gente. Usted no encontraría placer al ver al estado
ejecutarlo.
Pero,
¿querría Ud. ver a su hijo torturado por sus crímenes por
toda la eternidad? ¿Sería eso justicia? Por supuesto que no
sería justicia, sino crueldad. Pero muchos acusan a Dios de
ser un Dios injusto, no un Dios de Amor, que tortura a
nuestros seres queridos por toda la eternidad. Nos encogemos
de horror cuando vemos personas torturadas por maníacos, y
personas como Hitler, y soldados en la guerra con sus
cautivos. Vemos cuán atroces son con otros seres humanos, y
sin embargo algunos dicen que nuestro Dios de amor hace eso
mismo con sus cautivos, no hasta que mueren, sino que los
mantiene vivos para atormentarlos con fuego. Dios dice con
mucha claridad lo que sucede a los pecadores: (Rom. 6: 23) "Porque la paga del pecado
es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en
Cristo Jesús Señor nuestro." Dios
no da el don de la vida eterna a los pecadores, les da la
muerte eterna. La muerte no es vida, y la vida eterna no es
la muerte en el infierno.
Si Caín
fue al infierno al morir por haber matado a su hermano Abel,
habría estado en tormentos por más de 6000 años por el
pecado de asesinato. Pero una persona que asesina a otra el
día antes de que el Señor regrese también será sentenciada a
un infierno eterno. Caín sería torturado por el mismo crimen
de asesinato por 6000 años más que la persona que cometió
asesinato el día antes de que el Señor regresara. ¿Puede Ud.
decir que Dios es justo mediante esta teoría del infierno?
¡Usted no aceptaría esta clase de justicia en nuestro
sistema legal, pero acepta esta falsa enseñanza para
desacreditar a nuestro Dios de Amor. Esta creencia convierte
a nuestro Dios en un Dios de odio y venganza. Representa a
Dios como a un monstruo.
Las
enseñanzas satánicas de la Muerte y el Infierno han sido
usadas por ministros del evangelio para llevar a los
pecadores a la cruz. En vez de aceptar a un Salvador amoroso
y recibir el gozo de la vida eterna, los individuos han
aceptado a Cristo por temor al tormento eterno. Estos
pastores usan el temor para aumentar el número de miembros
en sus iglesias e impedir que se vayan. Durante los
funerales, estos pastores han confundido las mentes de los
presentes haciéndoles creer que sus seres queridos están en
el cielo ahora. Estos pastores se convierten en jueces que
deciden quié va al cielo y quién va al infierno. ¡Nunca he
visto a un pastor llevar a una persona al infierno mediante
la predicación, aunque el muerto no haya sido cristiano! ¿Se
ha preguntado Ud. alguna vez por qué el pastor, en los
funerales, de alguna manera siempre predica para llevar a
los muertos al cielo?
El
purgatorio y el limbo:
Éstas son enseñanzas no bíblicas de la Iglesia Católica
Romana. El purgatorio y el limbo no se encuentran en la
Biblia. Definiciones del Diccionario
de Webster.
Purgatorio: "purgatorio n., pl. ries,
adj. -n 1. (esp. en las creencias Católicas Romanas) un
lugar o estado después de la muerte en el cual las almas
penitentes son purificadas de sus pecados veniales, o sufren
el castigo temporal que todavía falta por los pecados
mortales no perdonados, de esta manera preparándose para el
cielo. 2. cualquier condición o lugar de castigo,
sufrimiento, o expiación temporal. -adj. 3. que sirfve para
limpiar, purificar, o expiar".
La Iglesia Católica
enseña que el "purgatorio" es un lugar entre el cielo y el
infierno, donde las almas de los que todavía 'no son
perfectos' van para ser purificadas.
Limbo: "limbo 1 n., pl. bos. 1. (a
menudo mayúscula) una región en la frontera del cielo o del
infierno en la enseñanza Católico Romana, que sirve como
morada después de la muerte de bebés no bautizados y de los
justos que han muerto antes de la venida de Cristo. 2. un
lugar o estado de olvido para personas o cosas que han sido
hechas a un lado, olvidadas, o demasiado viejas. 3. un lugar
o estado intermedio, de transición, o a medio camino. 4. un
lugar o estado de prisión o confinamiento".
Ni el purgatorio ni el limbo son doctrinas
aceptables, pues están basadas en las enseñanzas
tradicionales de la Iglesia Católica, no la Palabra de Dios.
No hay un sólo texto en las Sagradas Escrituras que nos diga
que Dios purga, purifica, o perdona pecados después de la
muerte. Son los vivos los que reciben el perdón de los
pecados. (1 Juan 1: 9) "Si
confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad".
De
cómo la idea de la vida después de la muerte llegó a la
iglesia:
Cómo
Comenzó
Por Ron
Burnham
Pastor de la
Iglesia de Dios Séptimo Día, Meridian, Idaho
Publicado en Acts,
febrero de 1996
"La inmortalidad del alma" tiene
sus raíces en el paganismo griego. (Consideremos paganos a los
que no son verdaderos seguidores de Dios.) Exaltaban la mente,
y veían el cuerpo como una celda que guardaba cautiva el alma
hasta que era liberada al morir.
Platón (428-348 AC) influyó más
que cualquier otro griego en el rumbo que tomó el
cristianismo. Su obra, "Phaedo", trata de la inmortalidad del
hombre, y se le considera un clásico. La Enciclopedia de
la religión y la ética, tomo 1, pág. 545, dice: "La
mayor fuerza que trabaja a favor de una aceptación general de
la creencia en la inmortalidad natural ha sido la influencia
dominante del platonismo en las primeras etapas del desarrollo
de la doctrina cristiana".
Aaron Ellis escribió: "La idea
del estado separado del alma fue importada al cristianismo de
la antigua filosofía griega. En el cristianismo posterior, las
almas que habían partido eran vistas como las sombras de
Homero y los griegos". (La Biblia vs. la Tradición,
pp. 297-298).
La absorbente cultura griega les
resultaba natural a estos primeros cristianos. Muchos de ellos
eran conocidos como "helenistas". No eran griegos, sino
personas influídas por la cultura y el idioma griegos (Hech.
6: 1). Los escritores de los siglos segundo y tercero querían
que sus vecinos paganos vieran cuánto sentido tenía la fe en
la Palabra de Dios, así que comenzaron a mezclar la verdad
bíblica con la filosofía griega. Palabras que mostraban sus
diferencias eran intercambiadas por palabras con las cuales
los paganos se sentían más cómodos. A estos primeros
escritores se les conocía como "los padres de la iglesia". He
aquí algunos de ellos.
1) Atenágoras de Alejandría
(127-190 DC) era un filósofo griego convertido, pero se
adhería a los pensamientos de Platón acerca de la naturaleza
del hombre.
2) Tertuliano de Cartago (160-240 DC) enseñaba
con vehemencia que el alma es inmortal.
3) Agustín (354-430 DC) escribió
un libro dando dieciséis razones para la inmortalidad del
alma, antes de convertirse al cristianismo.
4) Tomás de Aquino (1225-1274),
uno de los teólogos católico-romanos más conocidos, continuó
la enseñanza de Platón de que el alma es inmortal, pero llevó
la idea a su fin lógico, cuestionando el juicio. "Si hay
juicio, fue sólo una reafirmación".
La "inmortalidad condicional"
(la creencia de que el hombre no es naturalmente inmortal sino
que la inmortalidad depende de otros factores) parece
desaparecer de todos los escritos entre los siglos cuarto y
deciséis.
Froom, en Conditionalist
Faith [Fe condicionalista], tomo 2, pág. 1052, escribió:
"Hasta donde se sabe ahora, Lactancio de Nicodemia en Asia
Menor (250-330) fue el último teólogo cristiano prominente en
sostener esta verdad, que desde entonces quedó sumergida en el
esfuerzo religioso".
La "inmortalidad condicional" no
fue vista nuevamente sino hasta la "reforma" del siglo
dieciséis, cuando Martín Lutero dijo: "Permito que el papa
haga artículos de fe para sí mismo y para sus fieles, tales
como que ... el alma es inmortal, con todas esas monstruosas
opiniones que se encuentran en el estercolero de los
decretos". (Ibid., pág. 73-74).
Tyndale y otros se unieron a
Lutero en decir que "los muertos permanecen muertos hasta la
resurrección". Los "anabaptistas" eran parte del grupo que
apoyaba a Lutero. Se les dio este nombre porque no creían en
el bautismo de los infantes. Aunque las tradiciones pueden ser
un área muy sensible cuando se trata de hacer cambios,
parecían dispuestos a comparar sus creencias con las
Escrituras, esperando agradar a Dios.
Juan Calvino (1509-1564), un
católico romano que se convirtió en uno de los protestantes
más influyentes de todos los tiempos, se adhería a gran parte
del pensamiento romano y platónico. Más que ningún otro,
Calvino hizo aceptable para los protestantes el creer el punto
de vista tradicional que se sostiene en la actualidad, que el
alma del hombre recibe su recompensa inmediatamente después de
morir.
Las raíces griego-platónicas de
Calvino son obvias. Después de discutir la inmortalidad del
alma, aprueba a Platón diciendo que es, "no sólo agradable,
sino también útil" como maestro en esta área del conocimiento.
(Gath, Death: Meaning and Mortality, pág. 118).
¿Recuerdan ustedes el
pensamiento griego/platónico de que el cuerpo es una prisión
para el alma y que no la libera sino hasta cuando la persona
muere? Las siguientes observaciones de Calvino no nos hacen
maravillarnos de lo que cree: "El cuerpo, que se descompone,
retiene el alma y, confinándola dentro de una morada terrenal,
limita grandemente las percepciones de ella. Si el cuerpo es
la prisión del alma, si la morada terrenal es una especie de
grilletes, ¿cuál es el estado del alma cuando es liberada de
esta prisión y de estos grilletes? ¿No es restaurada a sí
misma, y completada, por decirlo así, de manera que podemos
realmente decir que todo lo que ella gana lo pierde el cuerpo?
... Pues entonces el alma, habiéndose sacudido toda clase de
contaminación , es verdaderamente espiritual, de modo que
consiente a la voluntad de Dios, y ya no está sujeta a la
tiranía de la carne, viviendo así en tranquilidad, con todos
sus pensamientos fijos en Dios".
Conclusión de la muerte y el infierno
La muerte es un sueño.
Los muertos no saben nada.
Al morir, los muertos no van ni al cielo ni al infierno.
Los muertos permanecen en sus tumbas hasta la resurrección.
El fuego del infierno ocurre al fin del mundo, y no está
teniendo lugar ahora.
Los impíos serán totalmente consumidos por el fuego, hasta
convertirse en cenizas.
Las llamas del infierno se apagarán, y Dios creará un cielo
nuevo y una tierra nueva.
El juicio y el castigo de los impíos ocurren al fin del mundo.
Dios es justo y un Dios de amor. Dios no atormenta a las
personas por toda la eternidad.
No hay tormento eterno en el infierno.
La inmortalidad del alma se originó en creencias paganas.
Crea en la Palabra de Dios, no en las enseñanzas satánicas
predicadas por los pastores.
(Apoc. 20: 5) "Los
otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron
mil años. Esta es la primera resurrección".
(Apoc. 20: 6) "Bienaventurado y
santo el que tiene parte en la primera resurrección;
la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que
serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él
mil años".
Copyright © 1999 Robert K.
Sanders