¿QUIÉN ES SU MACHO CABRÍO DE LA EXPIACIÓN?

CHRIS BANDENHORST

Traducido de la revista Proclamation!

Edición del trimestre Abril - Junio de 2010


Introducción

En el antiguo Israel, la víctima propiciatoria -- junto con el sacrificio -- residía en el corazón del día de expiación. En el adventismo, la doctrina que define el santuario se basa en su interpretación del ritual del santuario en Israel; por consiguiente, el macho cabrío de la expiación está también en el corazón de la teología adventista. La doctrina del santuario es única en el adventismo y constituye el fundamento de su fe (The Great Controversy, p. 409). Es también la única contribución original que el adventismo ha hecho a la teología cristiana. Por lo tanto, si esta doctrina está errada, todo el adventismo está en error porque, si el fundamento no es sólido, la casa construida sobre él tampoco lo será (Mat. 7:24-27).

El adventismo en sus comienzos

El primer adventista que describió esta doctrina del santuario de modo abarcante fue el pionero O. R. L. Crosier. La doctrina estaba basada en una reinterpretación de Daniel 8:14 (el texto cardinal del adventismo) después del gran chasco de octubre 22, 1844, y apareció en Day Star Extra de febrero 7, 1846. La Sra. White, la profetisa del adventismo, la apoyó con estas palabras: "El Señor me mostró en visión, hace más de un año, que el hermano Crosier tenía la luz verdadera sobre el santuario, etc., y que era su voluntad que el hermano Crosier describiera en el Day Star Extra del 7 de febrero de 1846 la visión que nos había dado. Me siento plenamente autorizada por el Señor para recomendar ese Extra a todos los santos". (Topsam, abril 21, 1847). Después de su apoyo, los pioneros adventistas adoptaron unánimemente la doctrina del santuario como dogma de las creencias adventistas.

De acuerdo con el cristianismo evangélico, Crosier mostró, por medio de Levítico 16, que eran los pecados del pueblo de Dios los que eran llevados al santuario y colocados sobre el macho cabrío de la expiación. Sin embargo, luego se desvió del evangelicalismo al adoptar la posición de que el macho cabrío de la expiación representaba a Satanás y no a Cristo.

Satanás  como macho cabrío de la expiación era un concepto enteramente nuevo para los evangélicos. Pero Crosier pudo citar el pensamiento judío para sustentar su posición de este modo: La palabra hebrea para macho cabrío de la expiación es Azazel. Los eruditos judíos han dicho que este término se refiere a algún poder malvado y, por lo tanto, interpretan a Azazel como representante del diablo. Basándose en esta interpretación judía (en lugar de la enseñanza de la Escritura, especialmente el Nuevo Testamento), Crosier interpretó el macho cabrío de la expiación como Satanás. Desde entonces, los adventistas han usado esta interpretación judía para validar su creencia de que el macho cabrío de la expiación es Satanás.

La singular creencia adventista de que el sábado es el sello de Dios y la señal de que los adventistas son el remanente de Dios en el fin del tiempo ha provocado muchas críticas de otros cuerpos cristianos. Sin embargo, la doctrina adventista de que el macho cabrío de la expiación es Satanás ha causado las burlas
más fuertes. Desde el principio, los críticos comenzaron a denunciar a los adventistas por hacer de Satanás su redentor y salvador.

Los pioneros respondieron a estas críticas de los no adventistas afirmando que el macho cabrío de la expiación no tenía nada que ver con el servicio del santuario hasta que el pueblo de Dios fuera salvado y sellado. Sin embargo, esta explicación no convenció a los evangélicos, así que las críticas continuaron.

Urías Smith respondió explicando la jurisprudencia de que tanto Cristo como Satanás sufren a causa de los pecados de los justos, pero usó argumentos que no eran sólidos. A. F. Ballenger, que más tarde abandonó las filas del adventismo, aprovechó la debilidad del argumento de Smith y se desvió de la posición original, arguyendo que los pecados de los justos no son puestos sobre Satanás en absoluto; éste sólo lleva su parte por haber hecho que los justos pecasen.

El adventismo posterior

Debido a las continuadas críticas por parte de los evangélicos, los escritores e instructores adventistas posteriores adoptaron una de las posiciones intermedias de Ballenger. Una de ellas era la de M. I. Andreasen, un prominente teólogo e instructor. Aunque era leal a las doctrinas adventistas en general, éste sí aceptó la reinterpretación de Ballenger de que la parte que le toca a Satanás en hacer que los justos pequen es lo que es puesto sobre el macho cabrío de la expiación. Además, él y sus contemporáneos también incluían a los impíos en la transacción del macho cabrío de la expiación diciendo que Satanás lleva la culpa por los pecados que hace cometer tanto a los justos como los impíos. Sin embargo, negaban unánimemente que los pecados de los justos fuesen puestos sobre Satanás.

Así, pues, en el adventismo original, el macho cabrío de la expiación (Satanás) llevaba los pecados de los justos, mientras que los impíos sufrían por sus propios pecados en el lago de fuego. Algunos de los primeros autores adventistas que adoptaron esta enseñanza de Crosier incluyen a la Sra. White, Smith, Johnson, Gilbert y Haskel.

La enseñanza adventista posterior es la de que el macho cabrío de la expiación (Satanás) no lleva en modo o grado alguno la culpa y la responsabilidad por los pecados de los justos. Sólo lleva estos pecados por la parte que tiene en los pecados de toda la humanidad, tanto de los justos como de los impíos. Algunos de los adventistas posteriores que adoptaron esta desviación de la enseñanza histórica de EGW y los pioneros son Andreasen, Watson, Branson, Hardinge, Kern, Reed y los autores de Questions on Doctrine (QD).

A pesar de la diferencia entre la interpretación original y la posterior en cuanto a qué es puesto sobre el macho cabrío, ambos grupos se aferraban tenazmente a la idea de que el macho cabrío de la expiación representa a Satanás y no a Cristo. Por consiguiente, los adventistas están casi completamente solos en esta interpretación.

La transacción del macho cabrío de la expiación: Levítico 16

Concerniente a la transacción del macho cabrío de la expiación, el registro levítico dice:

"Y de la congregación de los hijos de Israel [Aarón] tomará dos machos cabríos para expiación, y un carnero para holocausto ... Después tomará los dos machos cabríos y los presentará delante de Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión. Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por Jehová, y otra suerte por Azazel. Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Jehová, y lo ofrecerá por expiación. Mas el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Azazel lo presentará vivo delante de Jehová para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto ... Cuando hubiere acabado de expiar el santuario y el tabernáculo de reunión  el altar, hará traer el macho cabrío vivo; y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y  confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto. Y aquel macho cabrío llevará todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto" (Lev. 16:5-7; 7-10; 20-22).

Por este pasaje, está claro que:
  1. Los pecados que son sacados del santuario el día de expiación son puestos sobre el macho cabrío de la expiación.
  2. Los pecados que son sacados del santuario el día de expiación son los del Israel penitente - el pueblo de Dios.
  3. Por tanto, son estos pecados - los del Israel penitente (el pueblo de Dios) los que son puestos sobre el macho cabrío de la expiación.
  4. El propósito de esta transacción es "hacer expiación con él" (Lev. 16:10, KJV).

La Sra. Ellen G. White (EGW)

Con respecto al concepto adventista original concerniente al macho cabrío de la expiación, EGW difícilmente podría ser más definida sobre este asunto. Ella dice lo siguiente:

Así como en la expiación final los pecados de los verdaderamente penitentes han de ser borrados de los registros en el cielo para no ser recordados ni traídos a la memoria nunca más, así también, en tipo, eran llevados al desierto y separados de la congregación para siempre.

Puesto que Satanás es el originador del pecado, el instigador directo de todos los pecados que causaron la muerte del Hijo de Dios, la justicia demanda que él, Satanás, sufra el castigo final. La obra de Cristo en favor de la redención del hombre y la purificación del universo del pecado terminarán mediante la eliminación del pecado del santuario celestial y la colocación de estos pecados sobre Satanás, que llevará el castigo final (Patriarchs and Prophets, p. 358).

Cuando el ministerio en el lugar santísimo había sido completado, y los pecados de Israel habían sido quitados del santuario en virtud de la sangre de la ofrenda por el pecado, entonces el macho cabrío de la expiación era presentado vivo delante del Señor; y en presencia de la congregación, el sumo sacerdote confesaba sobre él 'todas las iniquidades de los hijos de Israel y todas las transgresiones en todos los pecados de ellos, poniéndolos sobre la cabeza del macho cabrío' (Lev. 16:21). De manera semejante, cuando la obra de expiación en el santuario celestial se haya completado, entonces, en presencia de Dios, los santos ángeles y la hueste de los redimidos, los pecados del pueblo de Dios serán colocados sobre Satanás; será declarado culpable de todo el mal que les ha hecho cometer. Y así como el macho cabrío de la expiación era enviado a una tierra deshabitada, así también Satanás será desterrado a una tierra desolada, un desierto deshabitado y triste (The Great Controversy, p. 658).

En el servicio típico, el sumo sacerdote, habiendo hecho la expiación por Israel, salía y bendecía a la congregación. Así también Cristo, al final de su obra como mediador, aparecerá "sin pecado para salvación" (Heb. 9:28) para bendecir con la vida eterna a su pueblo que espera. Así como el sacerdote, al quitar los pecados del santuario, los confesaba sobre la cabeza del macho cabrío de la expiación, así también Cristo pondrá estos pecados sobre Satanás, el originador e instigador del pecado. El macho cabrío de la expiación, llevando los pecados de Israel, era enviado "a tierra deshabitada" (Lev. 16:22); así también Satanás, llevando la culpa de todos los pecados que ha hecho cometer al pueblo de Dios, será confinado por mil años a la tierra, que entonces estará desolada, sin habitantes, y sufrirá finalmente la totalidad del castigo por el pecado en el fuego que destruirá a todos los impíos (Ibid., pp. 485-486).

Los impíos reciben su recompensa en la tierra (Prov. 11:31. "Serán como estopa. El día que vendrá los abrasará, ha dicho el Señor de los ejércitos" (Mal. 4:1). Algunos son destruidos como en un momento, mientras que otros sufren durante muchos días. Todos son castigados "según sus obras". Habiendo sido los pecados de los justos transferidos a Satanás, él es hecho sufrir, no sólo por su propia rebelión, sino por todos los pecados que ha hecho cometer al pueblo de Dios (Ibid., p. 673).

Si, después de leer las declaraciones que anteceden, a alguien le queda alguna duda de lo que EGW quiere decir, no debería quedarle ninguna después de leer lo siguiente:

En ese momento, Satanás no se regocijó como lo había hecho antes. Había esperado desbaratar el plan de salvación, pero era demasiado profundo. Y ahora, con la muerte de Cristo, supo que él mismo debía morir y que su reino debía ser entregado a Jesús. Convocó un concilio con sus ángeles. No había logrado prevalecer en modo alguno contra el Hijo de Dios, y ahora las huestes satánicas debían aumentar sus esfuerzos y, con sus poderes y su astucia, debían volverse contra los seguidores de Él. Debían impedirles a todos los que pudieran que recibieran la salvación comprada por Jesús para ellos. Al hacerlo, Satanás todavía podría trabajar contra el gobierno de Dios. Además, sería en su propio interés mantener alejados de Jesús a todos los que pudiese. Los pecados de los redimidos por la sangre de Cristo serán finalmente devueltos contra el originador del pecado, y éste deberá llevar su castigo, mientras que los que no aceptan la salvación por medio de Jesús sufrirán el castigo por sus propios pecados (Early Writings, p. 178).

El dilema del adventismo

Muchos teólogos adventistas posteriores se han sentido azorados por estas afirmaciones de EGW, especialmente la de Early Writings. Algunos que conocían personalmente a Andreasen dijeron que él reconoció que le resultaba imposible explicar la afirmación de EGW en Early Writings. Así, pues, para aliviar el azoramiento, él y otros que lo seguían se fueron tras la desviación de Ballenger del concepto histórico de que Satanás llevará los pecados de los justos.

Los escritores de Questions on Doctrine (QD) ingresaron a las filas de los que se desviaron de la enseñanza original al expresar el punto de vista de que Satanás no lleva los pecados de los justos "en ningún sentido o grado" (QD p. 400). El documento dice que Satanás es responsable "por su parte en todos los pecados que ha hecho cometer tanto a justos como a impíos" (QD p. 397), e intenta demostrar que cargar con esta responsabilidad es el significado y la importancia de la transacción del macho cabrío de la expiación. Sin embargo, esta interpretación es una contradicción flagrante de lo que enseñaban EGW y los pioneros. Es interesante observar que QD, que citaba liberalmente a EGW en la mayoría de sus secciones, ¡no citó ni una sola referencia cuando se trató del macho cabrío de la expiación!

Además, tanto el registro levítico como EGW y los pioneros enseñaban que eran los pecados del Israel penitente los que eran sacados del santuario y puestos sobre el macho cabrío de la expiación. El sumo sacerdote no quitaba ningún pecado de Satanás de sobre el santuario. Así que, ¿cómo podían los adventistas decir que Cristo quita el pecado de Satanás del santuario celestial y lo coloca sobre su propia cabeza al fin del juicio investigador? Esta es una sarta de tonterías. ¡La transacción del macho cabrío de la expiación no tiene nada que ver con poner sobre la cabeza de Satanás la parte que éste juega en hacer que otros pequen! Estos pecados ya están sobre su cabeza. También, es enteramente erróneo involucrar "tanto a los justos como a los impíos" (QD pp. 397, 399, 400) en la transacción del macho cabrío de la expiación. Los impíos no están incluidos en esta transacción en absoluto; ellos "sufrirán el castigo por sus propios pecados" (Early Writings, p. 178).

Azoramiento y arreglo

Cuando abandoné el adventismo en 1980, esta transacción del macho cabrío de la expiación todavía era la doctrina más embarazosa en las enseñanzas del moderno adventismo. La mayoría de los adventistas no sabía explicar a los cristianos evangélicos por qué, de acuerdo con EGW, Satanás tiene que sufrir por los pecados de los justos cuando la Biblia indica claramente que Jesús ya sufrió por ellos en la cruz (Heb. 2:9). También, la Biblia dice que no sólo son las "iniquidades y rebeliones de los israelitas" (Levítico 16:21) puestos sobre la cabeza del macho cabrío de la expiación, sino también que estos pecados son puestos sobre él "para hacer expiación con ellos" (verso 10). ¿Por qué diría EGW que Satanás hace expiación por los pecados de los justos en el fin cuando Jesús ya ha hecho expiación por ellos en la cruz (1 Juan 2:2)?

Los modernos maestros y eruditos adventistas, no pudiendo explicar la enseñanza de EGW - y hasta aterrorizándose por el tema - han tratado de escapar de él negando de plano que Satanás lleva, en fin de cuentas, los pecados de los justos. Sin embargo, esta negación conduce a un problema mayor, porque los que niegan la enseñanza de que los pecados de los justos son puestos sobre Satanás tienen que negar a EGW. Una vez que EGW es negada como indigna de confianza en un área importante de la enseñanza cardinal del adventismo sobre el santuario, ¿puede confiarse en ella en otras áreas de su enseñanza? ¿Quién traza la línea y dónde?

Las implicaciones

Las implicaciones de la teología adventista sobre Satanás como expiación son graves: Cristo no hizo la expiación por los pecados de los hombres cuando derramó su sangre en la cruz. Fue sólo el sacrificio. Refiriéndose al servicio del día de expiación en el antiguo Israel, dice EGW: " ... la ofrenda por el pecado apuntaba a Cristo como sacrificio ... (Great Controversy, p. 422, 489). Refiriéndose a la muerte de Cristo en la cruz, dice: "El sacrificio de Cristo a favor del hombre fue pleno y completo. La condición de esta expiación se había cumplido" (Acts of the Apostles, p. 29).

En otras palabras, EGW enseñaba que el sacrificio de Cristo en la cruz fue pleno y completo, pero no era la expiación; era meramente la condición de la expiación - una expiación que él haría subsiguientemente en el cielo después de su ascensión. Por lo tanto, en la teología adventista, el sacrificio y la expiación no son sinónimos como en la teología cristiana porque el adventismo basa su teología en la sombra del día de expiación del antiguo Israel, en la cual el sacrificio era muerto fuera del santuario y la expiación se hacía dentro del santuario.

Por consiguiente, EGW enseña que, en la cruz, Cristo fue el sacrificio que proporcionó la sangre para dos expiaciones que él haría subsiguientemente en el santuario celestial. La primera, que es 'preliminar', transfiere la culpa de los pecadores penitentes a sí mismo en el santuario. La segunda, que es 'final', borra el registro de los pecados de los creyentes y transfiere su culpa de Jesús (y de ese modo desde el santuario) a Satanás, que luego paga "la totalidad de la pena por el pecado" (Great Controversy, p. 485). En otras palabras, el adventismo tradicional enseña que Cristo no sufre la pena por el pecado. Más bien, la cruz le preparó para llevar temporalmente, en el santuario celestial, los pecados confesados hasta que son finalmente transferidos sobre Satanás, el cual sufrirá final y plenamente  el castigo por ellos.

Sí. EGW también dice en algunos de sus libros, como Desire of Ages [El Deseado de Todas las Gentes], la mayor parte del cual copió del autor evangélico Edersheim, que Cristo hizo expiación plena en la cruz. Esta confusión, que es típica de su legado a los adventistas, es el resultado de su incapacidad espiritual para discernir la diferencia fundamental entre la doctrina original del adventismo sobre el santuario y la doctrina de la expiación enseñada en los libros evangélicos que ella copiaba secretamente bajo la así llamada "inspiración" o el "plagio inspirado".

El cristianismo evangélico

El cristianismo evangélico también dice que el macho cabrío de la expiación sufre la pena por los pecados de los creyentes - pero el cristianismo identifica correctamente al chivo expiatorio con Cristo, no con Satanás. Es Jesús, no Satanás, quien llevó nuestros pecados sobre sí mismo en la cruz, quien fue declarado culpable en nuestro lugar, quien sufrió la pena completamente, y quien llevó nuestros pecados "al desierto ... a un lugar solitario" (Lev. 16:21, 22) - un territorio del que no se vuelve, separados de los creyentes para siempre. "Como está lejos el oriente del occidente, así ha quitado Él de nosotros nuestras transgresiones" (Sal. 103:12).

Por supuesto, Azazel, que significa "macho cabrío de la eliminación", representaba algo maléfico, de la misma manera que la serpiente de bronce que Moisés levantó sobre un poste en el desierto representaba el mal mortal de las serpientes, que estaba matando a los israelitas. Pero Jesús se identificó con aquella serpiente (Juan 3:14, 15) como el que daría la vida eterna a todos los que mirasen hacia Él por fe, así como los israelitas moribundos eran salvados de la muerte al mirar a la serpiente en el poste (Núm. 21:4-9).

¿Cómo podían dos cosas malas como Azazel y la serpiente representar al Hijo de Dios, puro y sin mácula? Porque, de acuerdo con las Escrituras, Él "llevó nuestros pecados en su cuerpo en la cruz" (1 Pedro 2:22-24). Y porque "llevó los pecados de muchos" (Isa. 53:12). Se hizo "maldición por nosotros" (Gál. 3:13). "El que no hizo pecado fue hecho pecado por nosotros" (2 Cor. 5:21). Jesús es, no sólo la serpiente antitípica en el poste que da vida a los muertos en el espíritu, sino también el Azazel antitípico "que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29).

La pregunta y la respuesta finales

La pregunta final que debemos responder es ésta: "De acuerdo con la Biblia, ¿a quién representa el macho cabrío de la expiación?" La respuesta debe venir directamente de la Escritura; de lo contrario, seremos culpables de ir más allá de lo que está escrito en la Escritura. (Véase 1 Cor. 4:6).

Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros (Isa. 53:6).

Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos ... derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores (Isa. 53:11-12).

"El cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien, cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia, y por cuya herida fuisteis sanados" (1 Ped. 2:22-24).

En Apocalipsis 20:7-10, se describe el destino fatal de Satanás, pero no se dice nada sobre que los pecados de los justos son puestos sobre su cabeza.

Cuando hayan pasado los mil años, Satanás será liberado de su prisión y saldrá a engañar a las naciones de los cuatro ángulos de la tierra - Gog y Magog - para reunirlas para la batalla. En número, son como la arena a la orilla del mar. Marcharon por la anchura de la tierra y rodearon el campamento del pueblo de Dios, la ciudad que él ama. Pero descendió fuego del cielo y los devoró. Y el diablo, que los engañaba, fue lanzado al lago de fuego, donde habían sido lanzados la bestia y el falso profeta.Serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

La Biblia no dice en ninguna parte que los pecados de los justos serán finalmente transferidos a Satanás para que sufra el castigo. La única fuente de esta idea son los escritos extrabíblicos de EGW.

Además, Levítico 16:5 dice: "Y de la congregación de los hijos de Israel, [Aarón] tomará dos machos cabríos para expiación, y un carnero para holocausto". ¿Fue Satanás creado por Dios para que fuese una ofrenda por el pecado de nosotros? Hebreos 10:12 dice: "Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios". Jesús, no Satanás, habría de ser la ofrenda por el pecado.

Levítico 16:10 dice: "Pero el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto". ¿Fue Satanás creado para hacer expiación por nuestros pecados? 1 Juan 2:2 dice que "él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo".

Una tercera persona

El pago que Jesús efectuó por nuestros pecados en la cruz significa que Dios mismo tenía que redimir la pena completa (deuda) que Él había impuesto al hombre por sus pecados. Dios no podía pedir a una tercera persona de su reino que pagara la pena del hombre por muy dispuesta a hacerlo que esa persona pueda haber estado. En otras palabras, aunque el ángel Gabriel se ofreciera para pagar la pena por el hombre, Dios no lo habría permitido porque tal substitución habría sido inmoral e injusta.

Desde el punto de vista de la justicia divina, o el hombre culpable mismo paga su propia deuda con su propia vida o Dios mismo, contra quien el hombre pecó y a quien el hombre le debe la vida, la paga en lugar del hombre.

¡Alabado sea Dios! A causa de su infinito amor por el hombre, Dios mismo pagó nuestra deuda en la persona de Cristo. Satanás, una tercera persona, nunca podría haber sido el macho cabrío de la expiación sobre el cual se colocaran nuestros pecados para pagar por ellos. No. Dios el Hijo - el Señor Jesucristo - tomó sobre sí mismo la humanidad mortal en su encarnación para entregarla en la muerte en nombre del hombre culpable. Por eso fue llamado 'Emanuel', 'Dios con nosotros" (Mat. 1:23) - con nosotros en forma humana. Esto descalifica para siempre a Satanás - una tercera persona - para ser la expiación.

Finalmente, un examen de un aconcordancia de palabras muestra que en ninguna parte de la Biblia se usa jamás a un macho cabrío para representar a Satanás como expiación. Satanás, llevando la culpa de los redimidos de acuerdo con el adventismo y su profetisa, no es en modo alguno una ofrenda por el pecado o una forma de expiación. Según la Biblia, sólo una persona estaba calificada para este papel - el Señor Jesucristo nuestro Salvador, que derramó su preciosa sangre en la cruz por nuestros pecados.

Es claro que EGW y la Biblia están en conflicto en lo que respecta a esta doctrina de un macho cabrío de expiación, como lo están en muchas otras áreas. No podemos tener a ambos. Usted, lector, tiene que decidir cuál de las dos interpretaciones será la base de su fe.


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