Jackeline
La primera vez que me congregué en una iglesia, lo hice cuando tenía alrededor de 9 años en una iglesia adventista de mi barrio, a través de una tía mía muy hermosa y muy dulce, que amaba con todo su corazón al Señor y le servía fielmente. Ella invitó a mi familia a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Yo acepté al Señor y comencé a asistir a los cultos.
Debo reconocer que recuerdo mi niñez con mucho dolor, ya que mi hogar no estaba bien constituido, y generación tras generación sufrió de muchos maltratos y abusos. Mi madre, que era una mujer muy tozuda, insistía en que yo debía seguir una formación cristiana a toda costa, para que fuera una "señorita", pero ella se mantenía al margen de este compromiso y jamás se congregó ni tuvo un testimonio acepto a un buen cristiano.
De niña me torturé mucho pensando que era "mala", y que por lo tanto estaba sucia y llena de pecado. La iglesia contribuyó aún más a que yo me despreciara, puesto que sólo lo que el pueblo adventista realizaba era bueno, y todo lo que no fuera aceptado por ellos, era malo, y por tanto, del mundo y del diablo, y como tal, derivaría en perdición eterna.
Mi madre, insistiendo en la necesidad de una formación cristiana, me matriculó en un colegio adventista, donde todos los días recibíamos instrucción de su "doctrina", la única "doctrina correcta". Allí los estudiantes éramos supervisados exhaustivamente. Todo era malo, y recibíamos duras sanciones por llegar atrasados, demorarnos en el baño, conversar, mirar para el lado, mirar por la ventana, reír, comer un dulce, etc., etc. Cualquiera que tuviera este tipo de comportamiento era deportado inmediatamente a su casa y debía volver con su apoderado a instancias de que fuera sancionado en el colegio. Obviamente, yo quebranté las reglas, y muchas veces mi mamá fue llamada a conversar con la inspectora por ser yo un "mal elemento". Demás está decir que, al llegar a mi casa, se me castigaba duramente, quedando muchas veces mi cuerpo con grandes hematomas.
a)La Iglesia Adventista es la iglesia verdadera. Por lo tanto, sólo a ella vendrá a buscar Cristo.
b) Todas las demás iglesias son el falso profeta. Por lo tanto, todas las personas que no asistan a la Iglesia Adventista morirán.
¡Gloria a Dios!
Jackeline