ISAÍAS 9:6


¿Puede usted dar una razón de por qué los judíos dicen que Isaías 9:6 no se refiere a Jesús?

Respuesta: Los teólogos cristianos arguyen que el nombre "Maravilloso consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz" se refiere a Jesús que, dicen ellos, combinaba cualidades humanas y divinas. Creen erróneamente que tal nombre sólo puede aplicarse a Dios mismo. Además, en el versículo 6, los cristianos traducen incorrectamente los verbos en tiempo futuro, en lugar de en tiempo pasado, como dice el hebreo original. Los cristianos traducen así el versículo 6 : "Porque un niño nos es nacido, un hijo nos es dado; y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de Paz".

Aunque admiten que "Maravilloso", "Consejero" y "Príncipe de paz" pueden aplicarse a un hombre, los teólogos cristianos arguyen que las frases "Dios fuerte" y "Padre eterno" no pueden ser incorporadas como parte del nombre de un hombre. Por esta razón, arguyen que Isaías enseña que el Mesías tenía que ser, no sólo hombre, sino también Dios. Que todo este razonamiento es incorrecto puede verse por el nombre Elihu, "mi Dios es Él", que se refiere a un ser humano ordinario (Job 32:1; 1 Samuel 1:1; 1 Crónicas 12:21; 26:7; 27:18). Un similar malentendido cristiano de la Escritura puede verse en las afirmaciones que giran alrededor del nombre Emanuel, "Dios con nosotros". El hecho simple es que es bastante común en la Biblia que a seres humanos se les pongan nombres que tienen el propósito de declarar o reflejar un atributo particular de Dios. Por ejemplo, Eliab, Eliada, Elzaphan, Eliakim, Elisha, Eleazar, Tavel, Gedaliah.

Permanece el hecho de que Jesús no cumplió, ni literal ni figuradamente, ninguna de las palabras de Isaías. Un maravilloso consejero no aconseja a sus seguidores que, si tienen fe, pueden ser agentes de destrucción (Mateo 21:19-21; Marcos 11:14; 20-23). Un Dios poderoso no recibe órdenes de nadie (Lucas 2:51, Hebreos 5:8), porque nadie es mayor que él (Mateo 12:31-32; Juan 5:30; 14:28). Además, no pide ni necesita ser salvado por nadie (Mateo 26:39; Lucas 22:42), porque no puede morir por ningún medio (Mateo 27:50), Marcos 15:37, Lucas 23:46, Juan 19:30). El que es llamado Hijo de Dios el Padre (Juan 1:18; 3:16) no puede él mismo ser llamado Padre eterno. Uno no puede desempeñar simultáneamente el papel de hijo y de Padre; es una autocontradicción obvia. El que aboga por disputas familiares (Mateo 10:34-35, Lucas 12:49-53) y matar enemigos (Lucas 19:27) no puede ser llamado príncipe de paz.



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