UNA
DOCTRINA BASADA EN
UNA HERMENÉUTICA DEFECTUOSA
Desmond Ford
Traducido
de Proclamation!
Número de Enero/Febrero de 2008
El gran azoramiento que los Adventistas del Séptimo Día han
estado experimentando durante más de 160 años se debe a que su
doctrina del juicio investigador es una pirámide invertida que
se apoya en un solo texto - Daniel 8:14. Sin embargo, en
siete ocasiones, la Escritura nos dice que por boca de dos o
tres testigos se establecerá toda palabra.
Por supuesto, hay que admitir que William Miller tenía quince
"pruebas" para llegar a esta fecha de 1844, pero la iglesia
adventista nunca imprime 14 de ellas, pues ello haría la
situación aun más vergonzosa. Hoy día, nadie las acepta porque
son ridículas y absurdas. Esto no es para menospreciar a
Miller; nadie es bueno en todo, y en cuanto a Miller - las
matemáticas simplemente no eran su fuerte. Su otra debilidad
clave era la exégesis. Al no conocer los idiomas originales de
la Biblia, se le hizo difícil confirmar sus corazonadas.
En el libro The End of Historicism [El fin del
historicismo], Kai Arasola presenta una lista de todas las 15
rutas de Miller para llegar a 1844, pero sin entusiasmo.
Indica que nadie acepta 14 de ellas hoy día, y que los
eruditos en general rechazan todas las 15.
El único argumento de Miller que la iglesia conserva trata de
Daniel 8:14, y desafía el hebreo original, que habla, no de
días, sino de tardes y mañanas. Miller decía que los términos
estaban conectados con Génesis 1, donde las tardes y las
mañanas marcaban cada día de la creación, pero el hebreo de
Génesis 1 es diferente de los términos hebreos de Daniel 8:14.
Los términos en Daniel no son como los de Génesis, pero son
los mismos que los de la ley mosaica sobre los sacrificios de
tarde y mañana. Hace más de 20 años, un Adventista del Séptimo
Día serio escribió a importantes teólogos en los principales
seminarios y las principales universidades en los
Estados Unidos, tratando de persuadirles de la típica
interpretación adventista de Daniel 8:14. En sus respuestas,
la mayoría de los teólogos subrayó que la palabra 'días' no se
encuentra en el hebreo de Daniel 8:14. Permítaseme citar una
de las respuestas:
Estimado Sr. Lynch: A usted le han informado erróneamente que
"la única traducción correcta de Daniel 8:14 es 'hasta 2,300
días'". La frase hebrea sólo puede significar 'Durante 2,300
tardes y mañanas', lo cual equivale a 1,150 días. No sé de
ninguna persona que traduzca la frase como 2,300 días. Génesis
1 es irrelevante a esta frase ... la referencia es a los 1,150
sacrificios de mañana y a los 1,150 sacrificios de tarde. ...
(Alexander A. Di Lella. O. F. M., The Catholic University of
America, Washington, D. C. Dept. de Estudios Bíblicos).
Los eruditos de Yale, Harvard, Princeton, Chicago Theological
Seminary, Andover Newton Theological School, y John Hopkins
University le contestaron a Brian Lynch de manera similar.
Tengo sus cartas delante de mí mientras escribo.
El "principio de día por año" y la
profanación
Para hacer la situación aun más difícil, la palabra "semanas"
no está en el hebreo original de Daniel 9:24. La palabra
hebrea es un plural masculino, que nunca se usa para indicar
la semana de siete días. (Véase la Nueva Versión
Internacional). El término sólo significa un heptadio - siete
unidades de algo, del mismo modo que 'docena' significa doce
unidades de algo, y 'veintena' significa 20 unidades de algo.
El Comentario Adventista del Séptimo Día (SDABC), en su
edición revisada, subraya que aquí no hay ningún principio de
día por año.
Pero, volviendo a Daniel 8:14. No sólo falta en el texto
hebreo la palabra para 'días', sino que también falta la
palabra hebrea para 'purificado', como lo deja claro la
mayoría de las traducciones modernas. La palabra hebrea aquí
significa 'vindicar' o 'justificar', y nunca se encuentra en
Levítico 16 en relación con el ritual del día de expiación.
El azoramiento aumenta aun más cuando tomamos en cuenta el
contexto que describe a un espantoso cuerno pequeño - no los
pecados del pueblo de Dios - que profana el santuario. Por
consiguiente, es la profanación cometida por el cuerno pequeño
- el anticristo - lo que exige la vindicación de y para el
santo templo. Este cuerno pequeño (el anticristo)
aparece también en Daniel 7, donde el texto dice que el juez
se sentará y 'le quitará su dominio'. (Ver Daniel 7:26).
El Diccionario Bíblico ASD, en el artículo sobre el 'cuerno
pequeño', hace énfasis en este mismo punto. No es que los
pecados de los santos han de ser purificados, sino que la
maldad del cuerno pequeño ha de ser rectificada y el santuario
restaurado o vindicado.
Un punto muy importante que los Adventistas del Séptimo
Día casi siempre pasan por alto es que el siguiente capítulo
interpreta el simbolismo de Daniel 8:14 por medio del sencillo
lenguaje de 9:24. Este último versículo y los versículos
asociados con él completan la explicación de Gabriel acerca de
los símbolos de la visión del capítulo 8, y explican que
Daniel 8:14 no se refiere a días literales, ni hay a la vista
ningún principio de día por año. De manera similar, la
siguiente cadena profética arroja luz adicional sobre el
verdadero significado de Daniel 8, de modo que, en Daniel
12:1-3, tenemos nuevamente una ampliación de 9:24, usando la
palabra clave "justificación".
Con todo derecho, protestamos cuando los Testigos de Jehová o
los Mormones ignoran el contexto de un versículo de la
Escritura. Pero, para ser honestos, ¿no deberíamos mirar
dentro primero, antes de mirar afuera? A estas dos sectas se
les ocurre toda clase de monstruosidades al usar erróneamente
versículos bíblicos aislados, y sus críticos han señalado esto
alegremente (o tristemente, dependiendo del crítico).
La hermenéutica es la clave
El hecho de que individuos y grupos interpreten la Biblia de
manera tan diferente no es culpa de las Escrituras. La culpa
es de la hermenéutica que se emplea en cada caso. ¿Hay algunas
reglas claras que puedan darnos una hermenéutica sin peligro y
llevarnos al descubrimiento de la verdad y no del error? Yo
creo que las hay.
1. La verdad esencial nunca es
esotérica - es pura y simple. Jesús advertía
contra multiplicar palabras, porque "en las muchas palabras no
falta pecado" (Proverbios 10:19). Él dijo: "Sea vuestro hablar
'Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede"
(Mateo 5:37).
Aun en los tiempos del Antiguo Testamento, Dios prometió que
ni los viajeros ni los tontos tienen por qué errar al
establecer la verdad (Isaías 35:8). Cristo amonestó a Pedro
que apacentara a los corderos del rebaño. La verdad es de tal
naturaleza que es apreciada por los "corderos" y los alimenta.
Hasta los niños entendían a Jesús. A menudo, se nos ha llamado
la atención el hecho de que las cosas que nos preocupan no son
las cosas de la Biblia que no podemos entender, sino las cosas
que comprendemos demasiado bien pero que no acatamos; por
ejemplo, "amarás a tu prójimo como a tí mismo".
2. La verdad esencial glorifica a
Jesús y se centra en él. Véanse 2 Timoteo 3:15
y Juan 20:31. La salvación es "por fe en Cristo Jesús".
En relación con las Escrituras, Jesús dijo: "Ellas son las que
dan testimonio de mí" (Juan 5:39). Pablo estaba decidido a no
conocer nada "excepto a Cristo Jesús y a éste crucificado".
"Los judíos demandan señales milagrosas y los griegos buscan
sabiduría, pero nosotros predicamos a Cristo crucificado. ..."
(1 Cor. 2:2; 1:22, 23).
Nuestro Señor mismo amonestó a sus discípulos a que no miraran
más allá de él mismo para lo que buscaban: "Yo soy el camino,
la verdad, y la vida. Nadie viene al Padre sino por medio de
mí" (Juan 14:6).
La verdad salvadora se gloría en la encarnación, la vida sin
pecado, la muerte expiatoria, y la gloriosa resurrección y
ascensión de nuestro Señor, así como en su ministerio
sacerdotal, su segundo advenimiento, y su juicio final a todos
los seres humanos. Todas estas cosas están claras y explícitas
en el Nuevo Testamento. Nadie necesita dudar de ellas, y no es
necesario disputarlas en su esencia.
3. La verdad esencial jamás descansa
en un solo versículo. Algunos han dicho que la
Trinidad tiene poco apoyo en la Escritura, pero cualquiera que
estudie la disposición de los pasajes del Nuevo Testamento
presentados por eruditos como Bickersteth (la Trinidad)
encontrará que éste no es el caso. Toda verdad fundamental de
la Escritura se repite a menudo. El Dios que multiplicó los
sueños de José y de Daniel, repitiéndole a cada uno las mismas
verdades de diferentes maneras, siempre ha actuado así con
respecto a su iglesia. Así, tenemos cuatro evangelios que
presentan la vida y la muerte expiatoria de nuestro Señor.
El hecho de que somos salvos por fe en el sacrificio de Cristo
y que esta fe siempre produce obras santas es expresado una y
otra vez en el Nuevo Testamento. ¿Quién que lea la Escritura
puede dudar de que la fe, la esperanza, y el amor caracterizan
a todos los verdaderos seguidores del Cordero de Dios? ¿No
están mencionados clara y repetidamente los deberes
secundarios del bautismo y la participación en la cena del
Señor? Ninguna verdad vital descansa en un solo pasaje de la
Escritura. Cuando algunos desean usar 1 Corintios 15:29 para
establecer el bautismo por poder, o Daniel 8:14 para probar la
importancia teológica de una fecha en nuestros calendarios
occidentales, o la ilustración parabólica de Lucas 17:34 para
probar el rapto secreto, tenemos todo el derecho de discrepar
cortésmente.
4. La verdad salvadora, la verdad
esencial, sólo se halla en la Escritura. Los
que deseen convertir una doctrina basada en Daniel 8:14 u
otros textos aislados en prueba de comunidad se ven
obligados a ir más allá de la Escritura, y aun eso
inútilmente. Pueden invocar el canon de Tolomeo, los papiros
elefantinos, y otros materiales extrabíblicos para reforzar su
caso, pero por la misma razón lo destruyen. ¿Cuándo usaron
Cristo o los apóstoles nada que no fuese la Escritura para
demostrar una doctrina esencial?
Ésta es la debilidad de cualquier interpretación de la
profecía que es puramente de la escuela historicista. Cuando
repasamos la multitud de variables interpretaciones de pasajes
apocalípticos que se hallan en los escritos de los
historicistas, podríamos muy bien desesperar de encontrar la
verdad. Pero el error reside en el método. Mientras que los
historicistas han hecho bien en recordarle a la iglesia que la
profecía es siempre pertinente al peregrinaje de los creyentes
en cualquier época, se equivocan cuando olvidan que la
Escritura estuvo dirigida inicialmente a las necesidades de
sus primeros receptores y se aplica a las épocas
posteriores por vía de principio, no en relación con fechas y
lugares. Tratar de interpretar el libro de Apocalipsis usando
la historia del incrédulo Edward Gibbon o los archivos de la
Revolución Francesa y otros levantamientos europeos es
apartarse drásticamente del método de Cristo y los apóstoles.
El credo cristiano debería girar sobre la centralidad del
versículo más grande de la Biblia - Juan 3:16. Debería
graduarse en el acontecimiento de Cristo, particularmente la
expiación en la cruz. Haré énfasis en la salvación por fe
solamente, pero señalando que la fe verdadera nunca está sola,
pues aunque la santificación es distinta de la justificación,
nunca está separada de ella.
El credo verdadero tendrá como centro, no las minucias de "la
menta, el anís o el comino", sino las cosas de más peso en la
ley, "la justicia, la misericordia, la fe". Cuando Pablo dijo:
"Ahora permanecen estos tres: la fe, la esperanza y el amor",
estaba meramente explicando Juan 3:16, que habla de todos los
tres - de tal manera amó Dios, todo el que crea, puede tener
vida eterna. Otras verdades implícitas en el mismo versículo
clave incluyen la pluralidad de la Deidad (la Trinidad del
Dios que dio, Dios el Hijo que murió, y Dios el Espíritu que
crea fe por medio de la Palabra que inspiró), vida sólo en
Cristo, el juicio, la segunda venida, y la nueva tierra
(cuando realizaremos plenamente nuestra vida eterna).
Debido a que la Escritura y sólo la Escritura permite ver
correctamente estas cosas, el credo cristiano establecerá la
Biblia como la única regla de fe y práctica. A causa del "todo
el que" de Juan 3:16, el sacerdocio de todos los creyentes
debe ser afirmado también. Y debido a que la dádiva del Hijo
de Dios fue la solución para el pecado, los absolutos morales
deben ser tenidos en alto como el fruto del dar por el poder
del Espíritu (véase Romanos 8), que siempre nos señala al
Cordero de Dios. Mientras que se demostrará que el Calvario
conduce a Pentecostés, el mismo credo hará énfasis en que
Pentecostés siempre conduce de vuelta al Calvario.
La inevitable controversia
Estos cuatro principios deberían guiar a todos los grupos que
profesan a Cristo. Pero hacerlo así, conducirá a una
inevitable controversia, como le ocurrió a Pablo. Una bien
conocida consultora de relaciones públicas, Rene Alexenko
Evans, escribió un desusado artículo para Adventist Review
hace algunos años, titulado "Si se dijera la verdad". Recogía
las luchas de una creyente para encontrar la verdad por medio
de su propia iglesia - el adventismo. Citamos:
"Soy una fanática de Internet con una curiosidad de reportera,
así que acudí a mi computadora. Lo que salió en mi pantalla
alarmó a una buena muchacha como yo, que fue criada en un
hogar adventista, del tipo de inmaculada los viernes por la
noche y versículos de memoria aprendidos cada semana. Ni
siquiera mi título de una universidad adventista me
preparó para el asalto frontal contra lo que yo siempre
había sostenido como verdad ... Así que comencé a hacer
preguntas en un foro oficial adventista en Internet.
"A la semana, mis mensajes habían sido borrados, y se me
impidió el acceso ... la búsqueda de la verdad puede ser un
asunto desagradable ... Como Adventistas del Séptimo Día, nos
enorgullecemos de tenerla y predicarla. El problema es que no
siempre queremos decirla ...
"Winston Churchill dijo: 'La mentira da media vuelta al mundo
antes de que la verdad pueda ponerse los pantalones'. Pero eso
fue antes de Internet y la comunicación global instantánea.
Hoy, la verdad tiene una oportunidad de luchar - por supuesto,
con la condición de que querramos que se diga". (2)
Felicitamos a la Srta. Evans por su valeroso artículo, y
también felicitamos a los editores de Review por
imprimirlo. Quizás simpatizaron con él.
La mayor parte de lo que se ha escrito aquí es "cosa sabida".
Pero, ¿no dijo Jesús: "No os toca a vosotros saber los tiempos
o las sazones..." (Hechos 1:7)? Todo lo que necesitamos saber
está registrado en la Escritura. Debemos vivir por las
palabras de Jesús: "Ahora que sabéis estas cosas,
bienaventurados seréis si las hacéis" (Juan 13:17).
Notas:
1. También impreso en Cultic Doctrine, por Dale
Ratzlaff, pp. 51-81.
2. Adventist Review, Evans, Rene Alexenko, "Si se
dijera la verdad", julio 29, 1999, pp. 48-49, 51-54.
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