Viviendo en una visión mundial de
engaño
Colleen Tinker
Era un sábado de mayo de 1997.
Por última vez, Richard y yo salimos del aula donde él y yo
habíamos dirigido juntos una clase de Escuela Sabática durante
los pasados años. Habíamos estado estudiando las Escrituras
sistemáticamente por tres años, y los pilares del adventismo
se habían estado derrumbando. Habíamos terminado.
Mientras nos dirigíamos a casa en automóvil, Richard
dijo: "Por lo menos, hay algo que nos llevaremos con nosotros:
la visión mundial del gran conflicto. Éste lo explica todo".
Un año más tarde, nos dimos cuenta, con profundo
horror, de que hasta nuestra visión mundial era incompatible
con el evangelio. Tuvimos que renunciar a ella.
¿Qué
es el "gran conflicto"?
Ellen G. White (EGW) tuvo su famosa "visión del gran
conflicto", que duró dos horas, en Lovett´s Grove, Ohio, a
mediados de marzo de 1858. Esta visión es descrita en su libro
The Great Controversy
Between Christ and Satan ["El Gran Conflicto Entre
Cristo y Satanás" o "El Conflicto de los Siglos"], y describe
así la realidad adventista:
- Antes del comienzo de
los tiempos, Dios Padre exaltó a Jesús para que fuese igual
a Él mismo.
- Cuando Adán y Eva
pecaron, el Padre hizo entrar a Jesús a su concilio privado
y le permitió que se convirtiera en sacrificio por el
pecado.
- La exaltación de
Jesús por Dios por encima de Lucifer puso celoso a éste.
- Lucifer se rebeló e
hizo que la tercera parte de los ángeles del cielo se
volvieran contra Dios.
- Acusó a Dios de ser
injusto, de establecer una ley demasiado difícil de guardar,
y al mismo tiempo exigir obediencia.
- Dios expulsó a
Lucifer/Satanás y lo envió a la tierra.
- Satanás engañó a Eva,
haciendo así que la humanidad pecase. 1
- Desde entonces,
Satanás y Jesús han estado combatiendo entre sí por las
almas de los seres humanos.
- Dios entregó la
transcripción escrita de su carácter en el monte Sinaí para
que pudiéramos saber cómo vivir.
- Jesús vino en carne
de pecado, como la de María, para mostrarnos que podemos
guardar la ley como lo hizo él.
- La muerte de Jesús
vindica y exalta la ley de Dios.
- Finalmente, el pueblo
de Dios quedará libre del pecado y demostrará que la ley de
Dios es justa y puede ser obedecida.
- Cuando el pueblo de
Dios haya reproducido perfectamente el carácter de Cristo,
habrá vindicado el carácter de Dios, demostrado que Satanás
es mentiroso, y ayudado así a Jesús en su conflicto con
Satanás. 2
- Jesús pondrá sobre
Satanás todos los pecados confesados, y él los llevará al
lago de fuego donde él, Satanás, "sufrirá el castigo final"
por ellos. 3
- Finalmente, el pueblo
de Dios tiene poder para "apresurar el regreso de su Señor"
al llevar el mensaje adventista al mundo y guardar la ley
perfectamente. 4
- La marca que separa a
los salvados de los perdidos es la observancia del séptimo
día sábado, mientras que la observancia del domingo es la
marca de la bestia. 5
Cuando los primeros adventistas aceptaron como
verdadera la visión de Lovett´s Grove, cimentaron su posición
fuera de la fe cristiana, interpretando la Escritura por medio
de la lente de esta nueva revelación. El juicio investigador
ya había vaciado de contenido la expiación completada por
Jesús, y desde 1858 en adelante, los adventistas tuvieron un
relato completo en el cual enmarcar su visión de la realidad.
Usarían las mismas palabras y la misma Biblia que usan todos
los cristianos, pero con un significado diferente del que les
dan los cristianos cuando comentan las Escrituras.
Hoy día, nada ha cambiado. Su Creencia Fundamental #8 dice:
Toda la humanidad está ahora envuelta en una gran
controversia entre Cristo y Satanás con respecto al carácter
de Dios, su ley, y su soberanía en el universo. ...
[Satanás] introdujo en este mundo el espíritu de rebeldía
cuando hizo que Adán y Eva pecaran. Este pecado humano
resultó en la distorsión de la imagen de Dios en la
humanidad, el desorden del mundo creado y su eventual
devastación en ocasión del diluvio. Observado por la
creación entera, este mundo se convirtió en escenario del
conflicto universal, de lo cual el Dios de amor será
finalmente vindicado. 6
Los
adventistas afirman la centralidad del tema de la gran
controversia
En esta era postmoderna, los líderes y autores adventistas están
hallando que el gran conflicto es una una manera efectiva de
compartir el adventismo con personas que no creen en la "verdad
absoluta".
En el número de noviembre de 2008 de la revista Ministry, Erman Norman
comentó la evangelización de una cultura postmoderna con el
relato del gran conflicto. En su artículo, titulado Reaching the Secular World
["Alcanzando al mundo secular"], Norman se refiere a un
artículo titulado Reaching
Postmodern Society ["Alcanzando a la sociedad
postmoderna"], que fue publicado en la edición de septiembre
2006 de Mid-America Outlook
y escrito por el editor de Outlook
Martin Weber. Norman escribió:
Sin embargo,
sostenemos una clave muy importante - el gran conflicto.
Esta narración de origen divino ... que involucra el relato
del Edén perdido y el Edén restaurado en la tierra renovada,
sincroniza bien todas y cada una de las creencias
adventistas, caracterizándola como singularmente adventista
tanto en contenido como en alcance ... [y responde] muchas
de las preguntas de la mente postmoderna (Cristo y su
ministerio sumosacerdotal, el cielo y el infierno, el
sábado, el estado de los muertos, etc.). 7
Norm Gulley hace una afirmación de alcance aun
mayor. En su artículo "The Cosmic Controversy" ["La
controversia cósmica"], publicado en el Journal of the Adventist
Theological Society de otoño de 1996, dice Gulley: "Es
necesario que la teología se separe y vaya más allá de la
visión mundial sobre la salvación humana, visión centrada en
el hombre, y avance hacia la visión mundial cósmica sobre el
gran conflicto. Los Adventistas del Séptimo Día tienen la
oportunidad de encabezar este progreso de estilo einsteniano
hacia la más amplia visión mundial". 8
Gulley desarrolla la idea de que, no sólo los seres humanos,
sino también los habitantes de otros planetas, deben votar para
vindicar o la justicia de Dios o las acusaciones de Satanás.
Dice:
Es necesario que la verdad
acerca de Dios, Cristo y Satanás se haga manifiesta. La
verdadera historia de todos los tres está envuelta en la
controversia cósmica. La revelación de quiénes son ellos
debe hacerse de manera tal que todos los seres creados, los
ángeles (caídos y no caídos), los seres humanos (perdidos y
salvados), y los habitantes no caídos de mundos lejanos
puedan votar unánimemente sobre quién tiene razón y quién
está equivocado. Sólo un lado puede ganar, pero todos los de
ambos lados deben votar, y votar de la misma manera. Esto se
hace en completa libertad, y se hace basándose puramente en
la evidencia proporcionada por ambos lados. 9
Es importante notar que la idea de que "los
habitantes no caídos de mundos lejanos" se halla en las obras
de Ellen White, nunca en la Biblia. Además, esta suposición no
soporta el escrutinio de la ciencia moderna. 10
En 2010, Pacific Press, la editorial adventista,
dio a la luz pública un nuevo libro compilado por Herbert E.
Douglass, titulado The
Heartbeat of Adventism: The Great Controversy Theme in the
Writings of Ellen G. White [El latido del adventismo:
El tema del gran conflicto en los escritos del Ellen G.
White]. Este libro, organizado en 21 secciones, más un índice,
reúne citas de los escritos de Ellen White sin apoyo bíblico,
y las dispone en temas. Muchas de las citas en este artículo
han sido tomadas de ese libro.
El siguiente respaldo en la cubierta posterior del
libro confirma que el tema del gran conflicto da forma a la
visión mundial adventista. Escritas por Fernando Canale,
profesor de teología en el Seminario de Teología de la
Universidad de Andrews, estas palabras resumen la visión
mundial adventista:
Entendiendo que
... el tema del gran conflicto proporcionará a buscadores
honestos el gran cuadro indispensable a partir del cual
pueden enmarcar su búsqueda de la verdad. Muchos hallarán
esta obra útil también como herramienta para encontrar al
verdadero Dios de la Escritura oculto tras el laberinto de
conflictivas tradiciones teológicas y ministeriales
acumuladas durante la historia de la iglesia cristiana. 11
Tres respaldos más del libro de Douglass subrayan
que, en el gran conflicto, hay necesidad de la doctrina adventista, el
proselitismo, y la infiltración en la teología cristiana. Jack
Blanco, profesor emérito de la Southern Adventist University y
autor de la "paráfrasis expandida" de la Biblia, The Clear
Bible [La Palabra Clara], dice:
Un recurso
inapreciable para ... comprender el tema del gran
conflicto que impregna nuestro sistema de creencias -
desde cómo entendemos a Dios, el pecado, y la salvación,
hasta las cuestiones cósmicas que impactan nuestro futuro.
Es un libro que debería estar en todas las escuelas y
bibliotecas personales. 12
Jim Pedersen, presidente de la Conferencia del Norte de
California de los Adventistas del Séptimo Día, dice esto:
El tema del gran conflicto es
una de las especiales contribuciones del movimiento
Adventista del Séptimo Día, particularmente porque se
desarrolla por medio del ministerio profético y los escritos
de Ellen G. White. 13
El ex-director de educación de la Conferencia General de los
Adventistas del Séptimo Día, Humberto M. Rasi, escribe esto:
Esta metanarración [el gran
conflicto] proporciona un marco abarcante que permite que
todos los temas principales de la Biblia encajen en un todo
integrado ... El rápido crecimiento de la Iglesia Adventista
alrededor del mundo, la necesidad de fortalecer la unidad y
el enfoque de misión entre sus miembros a través de
diferentes culturas ... son todos factores que, a mi
entender, hacen a este ... libro obligante y oportuno. 14
¿Por
qué es esto importante?
Durante las pasadas pocas semanas, Life Assurance
Ministries tuvo un puesto en una conferencia nacional de
liderazgo de una bien conocida denominación evangélica.
Distribuimos ejemplares de la revista Proclamation! y libros a
los pastores y otros líderes allí, y aunque muchos estaban
ansiosos de enterarse de la verdad acerca del adventismo,
varios nos hicieron saber que estaban convencidos de que el
adventismo no era un problema grave.
Esa falta de preocupación no es sorprendente porque
los adventistas dicen las "palabras correctas" acerca de la fe
cristiana. De hecho, dentro del adventismo, los miembros
varían mucho en lo que aseguran creer personalmente. Algunos
dicen que no creen en Ellen White; otros dicen que no tienen
que guardar el sábado para ser salvos, y muchos afirman que la
salvación es por gracia, por medio de la fe solamente. Sin
embargo, estas palabras significan para los adventistas algo
diferente de lo que significan para los cristianos que las
escuchan. Por ejemplo, para un adventista, la frase "la
salvación es por gracia por medio de la fe solamente"
significa que Dios le salva por gracia, sí, pero esto incluye
la idea de que Dios le da fe en el poder de Cristo para que le
ayude a vencer el pecado y guardar la ley, para que el
adventista pueda demostrar que la ley de Dios es justa, que
Dios es un Dios bueno, que Satanás es mentiroso, y que no hay
ningún peligro en que Dios salve al adventista.
Para simplificar esta maraña de suposiciones que
los adventistas entienden como "la verdad", discutiré cómo el
paradigma del gran conflicto cambia la verdad sobre Dios,
Jesús, el hombre, y el evangelio, y luego resumiré las
implicaciones de estas identidades y definiciones alteradas.
Dios
y Satanás: ¿Quién está obligado con quién?
La piedra angular del gran conflicto es que limita a
Dios - su soberanía, su responsabilidad, y su identidad. La
Biblia enseña que Dios es uno (Deut. 6:4; Mar. 12:29-31; Sant.
2:19). Es todopoderoso, soberano, y tiene autoridad sobre
todo, incluyendo a Satanás, que no puede hacer ningún
movimiento sin el permiso soberano de Dios (Job 1:12; 2:6), y
que se ve obligado a huir cuando se lo ordena la autoridad de
Dios (Mat. 8:28-34).
Además, Dios maldijo a la serpiente en Edén, y desde
aquel primer registro de la historia humana, Dios decretó la
derrota de Satanás por medio de la simiente de Eva (Gén.
3:15). No hay un solo indicio de que Satanás haya acusado
jamás a Dios de nada. Más bien, la Escritura identifica a
Satanás como "el acusador de nuestros hermanos" (Apoc. 12:10),
pero nunca como acusador de Dios. En realidad, Satanás y sus
demonios saben perfectamente que están sujetos al único Dios y
no tienen ninguna demanda contra él. Saben quién es Dios - y
"tiemblan" porque están en rebelión contra Él (Sant. 2:19).
Por otra parte, el adventismo limita el poder que
Dios puede ejercer sobre Satanás y le da a éste un poder
ilegítimo. Según el adventismo, Dios está obligado a proteger
el "libre albedrío" de Satanás, así como el de los supuestos
habitantes de otros planetas; y Dios está obligado a demostrar
que las supuestas acusaciones de Satanás son injustas. En el
gran conflicto, Dios limita su poder para que sus criaturas
sean libres de acusar, cuestionar, y escudriñar sus relaciones
y emitir juicio sobre su carácter. Además, en la autoridad de
EGW, el adventismo enseña que Dios está obligado a permitir
que Satanás inflija sufrimientos, dificultades, y la muerte
para convencer a los seres humanos y a otros mundos de que él
es malo:
[Cierta] mujer no
había sido poseída en espíritu, sino que el Señor había
permitido que Satanás ejerciera su voluntad al traer
enfermedad sobre ella; porque Dios estaba demostrando el
carácter del reino de Satanás delante de todo el universo
del cielo. Había que darle esta oportunidad para que
revelase su carácter de apostasía. Los habitantes de los
mundos no caídos podían ver en este caso los atributos de
Satanás y el carácter de Dios. 15
Sin embargo, la Escritura dice esto:
Por amor de mi
siervo Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé [Ciro] por
tu nombre; te puse sobrenombre, aunque no me conociste.
... Yo formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz
y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto
... ¡Ay del que pleitée con su Hacedor! ¡el tiesto con los
tiestos de la tierra! ¿Dirá el barro al que lo labra: ¿Qué
haces? ... Yo hice la tierra, y creé sobre ella al hombre
... Yo lo desperté [a Ciro] en justicia, y enderezaré
todos sus caminos; él edificará mi ciudad, y soltará mis
cautivos, no por precio ni por dones", dice Jehová de los
ejércitos. (Isa. 45:4-13).
Pablo dice lo mismo acerca de la posición de Dios como soberano
sobre toda la creación en Romanos 9:17-21. Citando del pasaje de
Isaías al que se ha aludido más arriba, y también de Éxodo 9:16,
dice Pablo:
Porque la
Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado,
para mostrar en tí mi poder, y para que mi nombre sea
anunciado por toda la tierra. ...
Pero me dirás: ¿Por qué, pues,
inculpa? Porque, ¿quién ha resistido a su voluntad? Pero,
antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con
Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me
has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el
barro para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro
para deshonra?
Satanás no es un agente independiente del mal, cuyo
libre albedrío Dios debe proteger. El mal no es una fuerza igual y
opuesta, que se opone a la bondad de Dios, sino que Satanás es
una criatura caída y pecadora, en rebelión contra su Creador
soberano. Ya ha sido desarmado y humillado en la cruz del
Señor Jesús (Col. 2:15). (Véase la figura a la derecha).
Satanás sí se opone al pueblo de Dios y sí inflige
sufrimiento, pero la Escritura nos dice que este sufrimiento
ocurre sólo con el permiso de Dios y para sus propósitos, no
los de Satanás (Job 1:12; 2:6; 1 Cor. 5:5; 2 Cor. 12:7). Dios
no está siendo sometido a juicio, y Satanás ya ha sido juzgado
(Juan 12:31; 16:8-11).
En el corazón de la visión mundial del gran conflicto, hay un
dios que tiene que permitir que Satanás atormente a los seres
humanos para que éstos vean que el dios permisivo, que no se
defiende, que ama a sus enemigos, es preferible al Satanás
perentorio y engañoso. Se espera que la humanidad vea que el
reino de Dios es más amable y dulce que el de Satanás y de
esta manera decida estar de su lado. EGW dice esto:
Y por amor al
hombre, la existencia de Satanás debe continuar. Tanto el
hombre como los ángeles deben ver el contraste entre el
Príncipe de luz y el príncipe de las tinieblas. El hombre
tiene que escoger a quién servir. 16
Resumiendo, el gran conflicto ofrece la salvación sobre la
base del conocimiento del bien y el mal - un eco de la
tentación original que nos hundió en la muerte espiritual.
Sin embargo, la Escritura dice que Dios envió a su Hijo a
salvarnos (Juan 3:16-17) para que Dios pudiera rescatarnos del
dominio de las tinieblas y transferirnos al reino de su Hijo
amado (Col. 1:13). Nacemos muertos en pecado y somos objetos
de ira (Efe. 2:1-3), por naturaleza ciudadanos del dominio de
las tinieblas. No tenemos elección acerca de nuestra
ciudadanía natural. Jesús hasta dijo que los que no creen en
el nombre del unigénito Hijo de Dios "ya están condenados"
(Juan 3:18).
Cuando Moisés levantó la serpiente en el desierto, a los
israelitas no se les estaba dando a escoger entre el reino de
Dios y el de Satanás. Ya habían sido mordidos por el veneno
mortal, y Dios les daba una provisión: la serpiente de bronce.
Simplemente al creer en la orden de Dios y mirar, podían ser
salvos. Jesús reveló que él era el cumplimiento de la
prefigura de la serpiente de bronce: todos los que creyeran en
Él cuando fuera levantado tendrían vida eterna en Él (Juan
3:14-15).
Satanás no ha acusado a Dios de ser injusto, ni Dios tiene que
demostrar que es superior a Satanás. No hay ninguna duda en el
universo acerca de la soberanía de Dios. Toda la creación le
está sujeta y reponde ante Él - hasta Satanás.
La
"transcripción del carácter de Dios"
El gran conflicto no sólo limita la autoridad soberana y el
poder de Dios sobre todo sufrimiento y el mal, sino que
también disminuye su carácter hasta convertirlo en algo que
puede ser resumido en la ley. Ellen White dijo:
"La ley de Dios
es una transcripción de su carácter. El líder rebelde se
opuso a la ley de Dios, y reveló el hecho de que sus
principios eran los que motivaban al que es sin ley,
desobediente, impío, acusador, mentiroso, y asesino". 17
El diccionario en línea Merriam-Webster define "transcripción"
así: "A: una copia escrita, impresa, o mecanografiada: una
copia, por lo general mecanografiada, de material dictado o
grabado; B: una copia oficial o legal y a menudo publicada:
una copia oficial del registro educativo de un estudiante".
Una transripción es un duplicado exacto o una reproducción
exacta. Contiene toda la información que se halla en el
documento original o la experiencia original. La ley (y cuando
Ellen White usa el término "ley" se refiere por lo general a
los Diez Mandamientos) no puede contener toda la información
del carácter de Dios, ni tenía el propósito de contenerla.
Aunque miráramos la Torá completa con las aplicaciones
detalladas de la ley incluidas en todos los libros de Moisés,
aun así la plenitud de la misericordia, la gracia, el amor y
la provisión de Dios no se captan y no pueden ser captadas
completamente.
La única ocasión en que el carácter de Dios fue revelado
plenamente a la humanidad en forma material fue cuando el
Señor Jesús, el Hijo de Dios, encarnó en un cuerpo mortal y
vivió entre los seres humanos. Sólo en Jesús hallamos una
"transcripción" del carácter de Dios (Heb. 1:1-3).
La elección de la palabra "transcripción" es sutilmente
engañosa. Los cristianos pueden decir que la ley era una
"revelación del carácter de Dios" - y eso sería cierto. Por
medio de cada una de las palabras que Dios ha hablado, se
revela a sí mismo a la humanidad, pero una revelación no es lo
mismo que una transcripción. La revelación de Dios en el Monte
Sinaí en medio de fuego, truenos y terremotos, era sólo un
vistazo parcial de la santidad de Dios, una clara señal de que
los hombres no podrían acercarse a Él en sus propios términos
sin un mediador. Sin embargo, la revelación en Sinaí de la
santidad de Dios fue completamente diferente de la revelación
de sí mismo a Elías en el mismo monte en una voz suave y
apacible. Las "revelaciones" que Dios hace de sí mismo son
sólo vistazos parciales de su grandeza eterna e insondable.
El adventismo, bajo la autoridad de EGW, que es su "fuente
continua y autorizada de verdad", 18 establece engañosamente
la visión mundial del gran conflicto al igualar la ley con el
carácter de Dios, en lugar de reconocer que es una revelación
de Él. Esta sutil suposición cambia la identidad de Dios, el
propósito del ministerio de Cristo, y el deber del hombre.
Ellen White estrechó el centro de la rebelión en el cielo y
del gran conflicto mismo a la ley:
La ley de Dios fue el gran
tema de conflicto en el cielo. Es el gran tema de conflicto
desde la caída de Satanás, y continuará siendo la gran
cuestión de prueba que mostrará a los leales y a los
transgresores en dos bandos.19
Al igualar la ley con el carácter de Dios, la visión mundial
del gran conflicto convierte a la ley, no al Señor Jesús ni al
Dios trino, en el objeto de la lealtad o la rebeleión de los
seres humanos o de los ángeles. Los adventistas creen que la
ley es la más alta autoridad en el universo y que es el factor
necesario para evitar el pecado y perfeccionar el carácter.
Dijo EGW:
En el gobierno moral de Dios,
que es el gobierno basado en una distinción entre lo que es
correcto y lo que está mal, la ley es esencial para asegurar
la acción correcta. La ley de Dios es la expresión su
carácter ... demandar menos de sus criaturas que la
obediencia a su ley sería abandonarles a la ruina. Dejar de
castigar la transgresión de su ley sería poner el universo
en confusión. La ley moral es la barrera de Dios entre el
agente humano y el pecado. 20
Pero es a Dios mismo, no la ley, a quien debemos servir. A
causa de las afirmaciones de EGW, los adventistas dicen que el
pecado de Adán y Eva fue transgredir la ley de Dios. Por
supuesto, ellos desobedecieron una clara orden de Dios - pero
fue Dios contra quien pecaron, no contra la ley.
Cuando Natán confrontó a David acerca de su pecado contra
Betsabé y el deliberado asesinato del esposo de ésta, Urías,
David respondió en el Salmo 51 con estas palabras: "Contra tí,
contra tí solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus
ojos, para que seas reconocido justo en tu palabra, y tenido
por puro en tu juicio". (Sal, 51:4).
Como David, Adán y Eva pecaron al no confiar en Dios y al no
obedecerle; su pecado no fue contra le ley inanimada, sino
contra Dios, a quien conocían. De hecho, la Escritura es clara
en que la ley no existía antes de Sinaí (Gál. 3:17; Rom.
4:13-14).
Además, la Escritura dice que la justicia que necesitamos no
es la observancia perfecta de la ley. Lo que necesitamos - y
lo que Dios ha provisto en Jesús - es "la justicia de Dios"
que es "aparte de la ley" (Rom. 3:21). No es "una justicia que
es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia
que es de Dios por la fe" (Fil. 3:9).
En otras palabras, EGW está errada; la ley no es "la barrera
de Dios entre el agente humano y el pecado", ni es la ley
"esencial para asegurar la acción correcta". Jesús es la
barrera entre nosotros y el pecado; Él es el que es esencial
para justicia.
Al convertir la ley en una "transcripción del carácter de
Dios", el gran conflicto la pone a la par de Dios. Por
ejemplo, EGW atribuye a la ley el poder regenerador que sólo
pertenece al Espíritu Santo, y afirma que es garantía de la
vida eterna:
La ley de Dios se le da al
hombre como una barrera, un escudo. ... Para el que obedece,
es garantía de vida eterna, porque expresa los principios
que permanecen para siempre. Cristo vino a demostrar el
valor de los principios divinos al revelar su poder para
regenerar a la humanidad. Vino a enseñar cómo pueden estos
principios ser desarrollados y aplicados. 21
Además, los adventistas creen que Jesús murió para que los
pecadores regresen a honrar la ley. La observancia de la ley
es equiparada con el estar en paz con Dios:
La Majestad de
los cielos dio su vida para hacernos suyos individualmente
al devolver al transgresor a su lealtad a la ley de Dios,
al hacer volverse al pecador de su iniquidad. 22
En el patio al lado de la iglesia Pioneer Memorial en los
terrenos de Andrews University, que es el hogar del seminario
teológico adventista del séptimo día, un jardín para orar
representa la visión de la realidad del gran conflicto. Una
placa en la orilla del jardín explica la representación en el
jardín de cómo se experimenta a Dios. Los extractos más abajo
han sido tomados de la leyenda de la placa:
Al caminar por la
orilla del jardín buscando la entrada, vemos el podio, un
mirador desde donde se puede mirar al otro lado del agua,
a través del emparrado, e imaginarse a Dios Padre
representado en los diez mandamientos. ... Siempre
estrechándose, la serpeante vereda conduce al estrecho
portón que tiene tres cruces. De pie en el portón, se
llega al momento de decisión de aproximarse al pie de la
cruz. Entre el portón y la cruz se encuentra la Escalera
de la Creación, que tiene un escalón por cada día de la
creación. [Es importante notar que hay sólo seis días de
creación, no siete, como se representa en este jardín;
Dios cesó de su obra el día séptimo]. Los escalones se
ensanchan y fueron hechos un número perfecto para que
pareciera fácil acercarse a la cruz. Porque, una vez que
se ha hecho la decisión a favor de Cristo, no es tan
difícil. ... De pie al pie de la cruz, uno se imagina a
Cristo ... y levantando la vista ... se lee la promesa:
"Vendré otra vez". ... Los mandamientos invitan [desde el
otro lado del jardín en la pared opuesta]. Parece una
larga caminata, como abandonar la tierra, y entrar al
universo del Creador. El sendero desde la cruz conduce
directamente a los diez mandamientos ... Los mandamientos
están en el centro del círculo. Una vez dentro del
círculo, bien cerca e íntimo, leemos lo que la mano de
Dios escribió hace milenios. Sencillo y enlazado por los
brazos del Padre, íntimamente en su presencia.
La Biblia es clara: La cruz no nos conduce a los mandamientos.
La muerte de Jesús no elevó "la ley de Dios a su propia
dignidad eterna". Pablo dijo: "... por las obras de la ley
ningún ser humano será justificada delante de él, por medio de
la ley es el conocimiento del pecado. Pero ahora, aparte de la
ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la
ley y los profetas" (Rom. 3:20, 21). Y en Gálatas 3:19, Pablo
explica: "Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a
causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a
quien fue hecha la promesa". La ley vino por medio de Moisés y
duró hasta Cristo. (Gál. 3:19; Rom. 7:1-7).
Finalmente, Jesús dijo que nacer de nuevo, no la lealtad a la
ley, es lo que marca quiénes son aptos para el cielo. En Juan
3:3, 6, 14-15, le dijo a Nicodemo: "A menos que uno nazca otra
vez, no puede ver el reino de Dios; a menos que uno nazca de
agua y del Espíritu, no podrá entrar al reino de Dios. Lo que
es nacido de carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu,
espíritu es. Como Moisés levantó la serpiente en el desierto,
así también el Hijo del hombre debe ser levantando para que
todo aquél que crea en él tenga vida eterna".
Es Dios Hijo, no la ley, el que es la "transcripción" del
carácter de Dios; y es Él, no la ley, el que es el centro y la
fuente y la definición de la justicia de Dios y nuestro único
medio de salvación.
¿Quién
es Jesús?
El gran conflicto gira alrededor de las afirmaciones de EGW de
que Dios Padre exaltó a Jesús para que fuese su igual. Esta
exaltación hizo que Lucifer se sintiera celoso, y revela que
éste tenía algunas razones para creer que Dios pudo haberlo
escogido a él para esta exaltación, pero no lo hizo. He aquí
algunas de las afirmaciones de EGW.
La posición de Satanás en el
cielo había sido al lado del Hijo de Dios. Era el primero
entre los ángeles. 23
Satanás había sido una vez un
ángel de honor en el cielo, junto a Cristo. Su semblante,
como los semblantes de los otros ángeles, era amable y
expresaba felicidad. Su frente era alta y amplia, y
demostraba gran inteligencia. Su forma era perfecta; su
aspecto era noble y majestuoso. 24
La exaltación del
Hijo de Dios a la igualdad con el Padre se le antojaba
injusticia a Lucifer que, se aseguraba, tenía derecho a
recibir reverencias y honores. 25
Cuando Adán y Eva pecaron, este Jesús exaltado rogó al Padre
que le permitiera a Él venir a la tierra a morir por ellos.
Finalmente, el Padre consintió, y
el Padre Eterno, el inmutable,
dio a su Hijo unigénito, arrancó de su seno a Aquél que
había sido hecho a la expresa imagen de su persona, y lo
envió a la tierra para revelar lo mucho que amaba a la
humanidad. 26
En el paradigma del gran conflicto, Jesús no era el Dios
eterno y todopoderoso. En su lugar, Dios le exaltó para que
fuera su igual en algún momento del pasado distante. Cuando
Jesús vino a la tierra, se ofreció "voluntariamente para
asumir la humanidad" para que "en su poder, la humanidad
pudiera obedecer a Dios". 27. Así, pues, vino en la condición
caída de un hombre pecador. Dice EGW:
Al tomar sobre sí la
naturaleza humana en su condición caída, Cristo no participó
de su pecado en lo más mínimo. 28
Cristo tomó sobre sí las
flaquezas de la humanidad degenerada. Sólo así podía
rescatar al hombre de la sima más profunda de la
degradación. 29
Cristo llevó los
pecados y las flaquezas de la raza como existían cuando él
vino a la tierra para ayudar al hombre. Por amor a la
raza, con las debilidades del hombre caído sobre él,
habría de soportar las tentaciones de Satanás en todos los
puntos en que él sería atacado. 30
En la visión mundial del gran conflicto, el principal
propósito de Jesús no sería el de ser nuestro Sustituto sino
nuestro ejemplo y vindicar el carácter de Dios. De manera
importante, la visión mundial del gran conflicto supone que
Jesús guardó la ley como hombre con una naturaleza humana
"caída". Por consiguiente, su ejemplo es para demostrar que
todas las personas pueden alcanzar la libertad del pecado si
oran y se sacrifican como él lo hizo. La interpretación
cristiana normal de Jesús como ejemplo es que Él muestra a los
que han nacido de nuevo cómo pueden depender de Dios después
de haber nacido del Espíritu. Sin embargo, el adventismo ve a
Jesús como ejemplo para que lo siga toda la humanidad pecadora
y que se ponga en paz con Dios. He aquí algunas de las
afirmaciones de EGW:
Vino a este mundo a vivir la
ley en humanidad, para que pudiera demostrarse que la
acusación de Satanás de que el hombre no puede guardar la
ley es falsa. 31
La Majestad del
cielo tomó para sí la causa del hombre y, con las mismas
facilidades que el hombre podía obtener, soportó las
tentaciones de Satanás como el hombre tenía que
soportarlas. Ésta era la única manera en que el hombre
caído podía ser partícipe de la naturaleza divina. 32
La gloria de Cristo es su
carácter, y su carácter es una expresión de la ley de Dios.
Cristo cumplió la ley en cada una de sus especificaciones, y
con su vida, entregó al mundo un modelo perfecto de lo que
la humanidad puede alcanzar en cooperación con la divinidad.
33
Podríamos citar muchas más declaraciones de EGW demostrando
que el model del gran conflicto ve a Jesús como ejemplo del
pueblo pecador. Sin embargo, esta descripción no bíblica de
Jesús es sólo parte de las creencias adventistas acerca de él.
EGW también dice que Jesús estuvo a prueba mientras estuvo en
la tierra y que podía haber pecado. Por ejemplo:
Las tentaciones a las cuales
Cristo estuvo sujeto eran una terrible realidad. Como agente
libre, fue puesto a prueba, con libertad para ceder a las
tentaciones de Satanás y trabajar con objetivos opuestos a
los de Dios. 34
Sin embargo, Dios
permitió que su Hijo, un bebé indefenso, sujeto a las
debilidades de la humanidad, viniera al mundo sobre el
cual Satanás afirmaba tener dominio. Dios permitió que se
enfrentara a los peligros de la vida en común con todas
las otras almas humanas, para librar la batalla que debían
librar todos los otros hijos de la humanidad, a riesgo de
fracasar y perder la vida eterna. 35
Por cierto tiempo, Jesús
estuvo a prueba. Tomó sobre sí la humanidad, para soportar
la prueba y el juicio que el primer Adán no pudo soportar.
Si hubiese fracasado en esta prueba y en este juicio, habría
desobedecido la voz de Dios y el mundo se habría perdido. 36
El gran conflicto enseña, además, que Jesús murió para
exonerar de culpa a la ley de Dios y hacer posible que
fuésemos perfectos:
Cuando Cristo dio su vida por
ti, fue para que Él pudiera ponerte en una posición de
ventaja y e impartirte poder moral. 37
Jesús estaba
llevando los pecados del mundo; estaba soportando la
maldición de la ley; estaba vindicando la justicia de
Dios. La separación del Padre, el castigo por la
transgresión, habrían de caer sobre él para magnificar la
ley y dar testimonio de su inmutabilidad. Y esto habría de
zanjar para siempre la controversia entre Satanás y el
Príncipe del cielo con respecto al carácter inmutable de
esa ley. 38
Al hacer su
sacrificio infinito, Cristo exaltaría y honraría la ley.
39
Murió para hacer
expiación y ser modelo para todos los que quieran ser sus
discípulos. 40
Además, el gran conflicto dice que la mediación de Jesús es
sólo por un tiempo limitado, y su sacrificio por el pecado
terminará cuando el gran conflicto haya terminado. EGW dice:
Mantener a la gente en la
oscuridad y la impenitencia hasta que haya terminado la
mediación del Salvador y ya no haya más sacrificio por el
pecado es el propósito que él [Satanás] busca lograr. 41
Sin embargo, la Biblia enseña que Jesús vino para ser
sacrificio por el pecado una vez para siempre, y que el
sacerdocio es permanente. Vive para siempre para interceder
por su pueblo (Heb. 8:24-25). Además, purifica nuestras
conciencias "de obras muertas para que sirvamos al Dios vivo"
(Heb. 9:14). Vino a cumplir la ley, no para establecerla como
metro para que Dios mida nuestra justicia. Más bien, "hemos
sido santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo
hecha una vez para siempre" (Heb. 10:10). "Porque con una sola
ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados" (Heb.
10:14).
Además, Jesús no vino con una naturaleza caída, ni estaba
despojado de su plena deidad y pleno poder (Col. 1:19; 2:9).
Nunca fue exaltado para que fuese igual a Dios sino que era el
Dios eterno y todopoderoso (Isa. 9:6). "En el principio era el
Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios" (Juan
1:1). Además, Jesús se identificó a sí mismo con el nombre
personal de Dios, "Yo soy" (Juan 8:58).
Jesús fue el creador de Satanás (Juan 1:3). Nunca estuvo en
competencia ni en combate con Satanás. Jesús es Dios - no el
arcángel Miguel ni ningún ser de menor categoría que hubiese
sido exaltado para que fuese igual a Dios.
Finalmente, Jesús derrotó a la muerte. Aunque la resurrección
es un tema central en el Nuevo Testamento, sólo recibe una
mención de pasada en el paradigma del gran conflicto. Sin
embargo, la Escritura nos dice que su resurrección es lo que
nos da a nosotros vida eterna cuando nacemos de nuevo (Rom.
5:10; 8:10-11). Ya está sentado a la diestra de Dios e
intercede para siempre por nosotros (Rom. 8:34; Heb. 7:25).
El
hombre en el gran conflicto
El modelo del gran conflicto depende de la creencia de que los
seres humanos son seres físicos sin espíritus inmateriales.
Además, los adventistas creen que el pecado es transmitido
genéticamente. Su creencia Fundamental #7 dice, en parte:
Aunque fuimos
creados como seres libres, cada uno es una unidad
indivisible de cuerpo, mente y espíritu [aliento] ...
Cuando nuestros primeros padres desobedecieron a Dios,
negaron su dependencia de Él y ... la imagen de Dios en
ellos se empañó y quedaron sujetos a la muerte. Sus
descendientes comparten esta naturaleza caída y sus
consecuencias. Nacen con debilidades y tendencias al mal.
42
Los adventistas creen que el
"aliento de vida" es el aliento literal, o aire, que uno
respira. Lo comparan con "la corriente eléctrica que ...
transforma un tranquilo y gris panel de vidrio en una caja
en un chorro pulsante de color y acción cuando conectamos un
interruptor a un televisor a colores". 43
Además, los adventistas suponen que la imagen de Dios en el
hombre incluye un parecido físico. El documento Los
Adventistas del Séptimo Día Creen dice:
Puesto que la
Biblia enseña que el hombre comprende una unidad
indivisible de cuerpo, mente, y alma, los rasgos físicos
del hombre deben, de alguna manera, reflejar la imagen de
Dios. Pero, ¿no es Dios un espíritu? ¿Cómo podría un
espíritu estar asociado con cualquier forma o figura?
Un breve estudio
de los ángeles revela que ellos, como Dios, son seres
espirituales ... Pero ellos siempre aparecen en forma
humana ... ¿Podría ser que un ser espiritual tenga un
"cuerpo espiritual" con forma y rasgos ...?
La Biblia indica que algunas
personas han visto partes de la persona de Dios. ... Cristo
es descrito como "la imagen del Dios invisible" (Col. 1:15)
y "la imagen expresa de su persona" (Heb. 1:3). Estos
pasajes parecen indicar que Dios es un ser personal y tiene
una forma personal. Esto no debería ser una sorpresa, porque
el hombre fue creado a imagen de Dios. 44
La visión del gran conflicto supone que el hombre es un cuerpo
más aliento, no un cuerpo con un espíritu, que puede adorar a
Dios (Juan 4:24), que puede conmoverse y preocuparse
profundamente (Juan 11:33) o que va al Padre a la muerte (Luc.
23:46). Sin espíritu, los seres humanos no pueden estar
espiritualmente muertos en un sentido literal. Los adventistas
no creen que los seres humanos nazcan depravados, incapaces de
obedecer o agradar al Padre aparte de una intervención divina.
La Escritura dice que somos "por naturaleza hijos de la ira"
(Efe. 2:3), muertos en delitos y pecados (Efe. 2:1). "nadie
entiende, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a
una se volvieron inútiles. No hay quien haga lo bueno; no hay
ni siquiera uno" (Rom. 3:11-12).
Pero EGW enseña que el pecado es una elección que nosotros
hacemos:
No está en la potestad de
Satanás obligar a nadie a pecar. El pecado es un acto
individual del pecador. ... Por medio de la oración y la
palabra de Dios, podemos ser capacitados para vencer la
tentación. 45
Por medio de la
fe y la oración, todos podemos cumplir las demandas del
evangelio. Nadie puede ser obligado a transgredir. 46
Debido a que el adventismo supone una falsa interpretación de
la naturaleza del hombre, también tiene una falsa creencia
acerca de la naturaleza de Cristo. Puesto que el hombre es un
ser físico sin "poderes superiores" en su mente física, los
adventistas interpretan que el pecado se transmite por medio
de la reserva genética. Por esta causa, una maturaleza caída o
pecaminosa es definida como debilidades o tendencias al mal
heredadas. Por lo tanto, Jesús hombre tenía una "naturaleza
caída", pero venció la tentación y nos demostró cómo nosotros
también podemos derrotar al pecado por medio de la oración y
la fe.
Sin espíritus inmateriales, los seres humanos no tienen manera
de "nacer del Espíritu" ni "nacer de nuevo" (Juan 3:3, 5). En
lugar de eso, dentro del adventismo, el nuevo nacimiento es un
cambio mental, en que el Espíritu Santo ilumina la mente para
que tome una decisión de ser bautizado. Debido a que no creen
en un espíritu humano literal, no entienden que Jesús fue
concebido con vida espiritual. Era el Hijo de Dios, no el hijo
de Adán. Su espíritu estuvo vivo desde el momento en que fue
concebido por el Espíritu Santo y fue el único ser humano
nacido que no necesitó nacer de nuevo.
Puesto que el gran conflicto supone que un pueblo obediente
demostrará que la ley de Dios es justa y vindicará así el
carácter de Dios delante de un universo que observa, no es
sorprendente que la salvación y nuestra mayor lealtad estén
definidas por la ley. Dijo EGW:
Satanás había afirmado que los hombres no podrían guardar los
mandamientos de Dios. Para demostrar que sí podían, Cristo se
hizo hombre y vivió una vida de perfecta obediencia como
evidencia para los seres humanos pecadores, los mundos no
caídos, y los ángeles del cielo, de que el hombre podía
guardar la ley de Dios por medio del poder divino provisto en
abundancia para todos los que creen. 47
Resumen
Para ver claramente cómo distorsiona el paradigma del gran
conflicto las creencias adventistas sobre la realidad, resumiremos lo que hemos dicho
hasta ahora antes de concluir con un vistazo final a la
engañosa visión mudial del adventismo.
Este gran conflicto:
- Depende de los
escritos extrabíblicos de Ellen White, la "fuente
continuada y autorizada de verdad" de los adventistas.
- Enseña un "Jesús
diferente", que no es el Dios Todopoderoso, el YO SOY,
sino uno disminuído que tomó la naturaleza caída del
hombre, fue sometido a prueba, y pudo haber pecado,
amenazando así la existencia del cosmos y a Dios mismo.
48
- Falsifica la
identidad y la persona de Dios igualando su carácter con
el de la ley.
- Da a Satanás
poder y libertad ilegítimos.
- Asegura que Dios
está obligado a responderle a Satanás.
- Dice que la
expiación de Cristo no fue consumada en la cruz sino que
continúa durante el supuesto conflicto.
- Enseña que la
mediación de Cristo terminará, y ya no habrá más
sacrificio por el pecado.
- Reemplaza a Jesús
como nuestro Sustituto total por Jesús como ejemplo.
- Reemplaza a Jesús
con Satanás como el macho cabrío de la expiación que
finalmente llevará lejos los pecados de los salvados.
- Falsifica la
naturaleza del hombre al negar el espíritu humano.
- Dice que la
"justicia de Dios" es la obediencia a los Diez
Mandamientos.
- Sustituye el
nuevo nacimiento del Espíritu Santo por la conversión al
adventismo y la observancia de la ley.
- Dice que la
salvación depende de nuestro conocimiento del bien y del
mal para informar la correcta elección.
- Reemplaza al
Señor Jesús como prueba de fe con la lealtad a las
enseñanzas adventistas.
Viviendo
en una visión mundial engañosa
La visión mundial del gran conflicto es la definición
adventista de la realidad. Así como se les enseña que la
hierba es verde, los adventists aprenden que Dios se
identifica con la ley. Debido a que la ley es una
transcripción del carácter de Dios y Satanás ha dicho que la
ley es injusta, la única esperanza de los seres humanos
reside en saber lo que es bueno y los que es malo para que
puedan hacer las decisiones correctas.
Aunque los adventistas usan todas las palabras que usan los
cristianos cuando se refieren a Dios y a la salvación,
internamente se refieren a las definiciones establecidas en
el gran conflicto. Creen que su imitación del carácter
obediente de Jesús finalmente pondrá fin a este conflicto.
Así, finalmente tendrán el poder para vindicar la reputación
de Dios y revelar a Satanás como un fraude. Por
consiguiente, Satanás implacablemente provoca y engaña a los
que desean servir a Dios, mientras que Jesús se les
representa como un continuo ejemplo de perfección sin tacha,
que ellos deben emular. De esta manera, cada persona se
convierte en participante en el gran conflicto al crecer en
el conocimiento del bien y del mal, descansando sobre sus
hombros la reputación de Dios y su ley.
Martin Carey ha resumido así la visión del gran conflicto:
Cuando la soberanía de Dios
es reducida, Satanás o la naturaleza deben llenar el
vacío. El dios del gran conflicto puede ser acusado y
puesto a la defensiva con un juicio 'significativo' que
muy posiblemente puede perder. Sin embargo, también se nos
dice que las leyes naturales y morales son soberanas. No
pueden ser cuestionadas, y nunca pueden fallar. Por
consiguiente, las leyes representan realidades superiores
a Dios. El gran conflicto crea un cosmos dualista que
limita el poder y el control de Dios y expande el poder de
Satanás y las leyes. Dios tiene que responder a Satanás, y
nosotros tenemos que responderr a las leyes. Dios demanda
que los seres inferiores, como Jesús y un "remanente"
humano, vindiquen y rescaten su soberanía. La teoría del
gran conflicto quita todas las sólidas razones para que
creamos alguna de sus profecías o promesas de éxito de
Dios porque ellas dependen de la obediencia y la fidelidad
humanas. Las dudas que la teoría del gran conflicto hace
surgir ayudan a explicar por qué tantos adventistas se
vuelven agnósticos. Su dios ya ha sido desacreditado y
destronado.
La visión mundial del gran conflicto es la suposición no
examinada que los adventistas han aceptado como verdad. Esta
visión moldea cada uno de los aspectos de sus vidas. En
lugar de que esta visión mundial describa la verdad bíblica
del pecado del hombre y la completa expiación de Jesús por
medio de su muerte, sepultura, y resurrección, esta visión
pone sobre sus hombros la carga de ser digno de la
salvación. Su creencia de que tienen "la verdad" pero no
están a la altura del estándar de "verdad" a menudo resulta
en desaliento, depresión, y culpa. Puede que usen las mismas
palabras del evangelio que usan los evangélicos, pero su
visión mundial es igual a honrar a Dios con la observancia
de la ley. En vez de confiar en la obra consumada de Cristo,
se esfuerzan por consumar la obra de Cristo.
De alguna manera, malinterpretan las últimas palabras de
Cristo: "Consumado es".
Notas
finales.
- EGW, The Great
Controversy, pp. 492-504.
- EGW, Christ´s Object Lessons,
p. 69.
- EGW, Patriarchs and Prophets,
p. 358. Véase también The
Great Controversy, p. 673.
- EGW, The Desire of Ages,
pp. 633, 634.
- EGW, The Great Controversy,
p. 605.
- Seventh-day Adventists
Believe, 2005 edition, p. 113.
- Norman, Erman,
"Reaching the Secular World", Outlook, September, 2006.
http://www.ministrymagazine.org/archive/2008/November/reaching-the-secular-world.html
- Gulley, Norman,
"The Cosmic Conflict", Journal of the Adventist Theological Society,
Autumn, 2006, p. 83.
- Ibid, p. 85.
- Carey, Martin,
"Are Other Worlds Watching Us?", Proclamation!,
Jan/Feb., 2008, pp. 6-12.
- Canale, Fernando,
endoso de Herbert Douglass, The Heartbeat of Adventism: The Great
Controversy Theme in the Writings of Ellen G. White.
- Blanco, Jack,
profesor emérito, Southern Adventist University y autor
de The Clear Word.
- Pedersen, Jim,
president Northern California Conference of Seventh-day
Adventists.
- Rasi, Humberto
M., anterior director de educación, General Conference
of Seventh-day Adventists.
- EGW, Signs of the Times,
April 23, 1896.
- EGW, The Desire of Ages,
p. 761.
- EGW, Signs of the Times,
April 23, 1896.
- EGW, Fundamental
Belief #18, Seventh-day
Adventists Believe, 2005, p. 247.
- EGW, Manuscript Releases,
vol. 5, p. 269.
- EGW, Signs of the Times,
July 31, 1901.
- EGW, Education, pp.
76-77.
- EGW, Manuscript Releases,
vol. 14, p. 85.
- EGW, Selected Messages,
bk. 1, p. 341.
- EGW, Early Writings, p.
145.
- EGW, Patriarchs and Prophets,
p. 35.
- EGW, Advent Review and Sabbath
Herald, 07-09-1895. "The Duty of the
Minister and the People", Par. 14.
- EGW, Signs of the Times,
May 10, 1899.
- EGW, Manuscript
Releases, vol. 16, pp. 116, 117.
- Ibid., p. 117.
- EGW, Selected Messages,
bk. 1, pp. 267, 268.
- EGW, Signs of the Times,
April 7, 1898.
- EGW, Selected Messages,
bk. 1, p. 252.
- EGW, Signs of the Times,
Dec. 12, 1895.
- EGW, Selected Messages,
Bk. 3, p. 131.
- EGW, The Desire of Ages,
p. 49.
- EGW, Signs of the Times,
May 10, 1899.
- EGW, Manuscript Releases,
vol. 14, p. 74.
- EGW, Signs of the Times,
Feb. 13, 1896.
- EGW, Ibid., July 12,
1899.
- Seventh-day Adventist
Commentary, vol. 4, 1159.
- EGW, The Great Controversy,
p. 581.
- Seventh-day Adventists
Believe, 2005 ed., p. 91.
- Ibid., p. 94.
- Ibid., p. 96.
- EGW, Signs of the Times,
Dec. 18, 1893.
- EGW, Testimonies, vol.
5, p. 177.
- EGW, Signs of the Times,
May 10, 1899.
- Batchelor, Doug,
The Trinity,
2009, pp. 29-30.