"ENTRE DOS LADRONES"

Hugh Fogelman

La crucifixión era la forma usual en que los romanos castigaban los delitos capitales cometidos contra Roma. Por esta razón, se practicaba a gran escala en Judea durante la ocupación romana. Todos los actos de rebeldía eran delitos capitales. Josefo informa de muchos incidentes de crucifixión. Por ejemplo:

En Jerusalén, Antíoco IV crucificaba a los judíos que no querían renunciar a su fe;
Dos millares de rebeldes fueron crucificados por Quintilio Varo;
Tiberio Julio Alejandro ordenó que dos rebeldes, hijos de Judá el galileo, fueran crucificados;
Siete años más tarde (como en el año 52 E.C.), hubo otra crucifixión a gran escala de zelotes a manos de Cuadrato;
Félix crucificaba, no sólo zelotes y rebeldes, sino también ciudadanos sospechosos de colaborar con ellos;
Floro hizo que jueces judíos fueran torturados y crucificados ante sus ojos;
Cuando Jerusalén fue sitiada, Tito ordenó que todos los prisioneros de guerra judíos fueran crucificados en los muros de la ciudad. Hasta 500 eran crucificados por día.
Baso erigió una cruz enorme en el muro de la ciudad para la ejecución de Eleazar, un joven comandante judío, después de lo cual los judíos se rindieron a los romanos para que la vida le fuera perdonada a Eleazar, y así sucesivamente.

Webster define a un "ladrón" como a una persona que roba: ladrón, bandido, bandolero, salteador de caminos, saqueador, atracador, ratero, atacante, carterista. En otras palabras, un ladrón es sólo un criminal común, de poca monta. Hace 2000 años, los ciudadanos romanos no eran crucificados (con excepción de pocas y muy raras excepciones). Sólo eran crucificados los que no eran ciudadanos. Po lo general, los ciudadanos romanos eran decapitados. La crucifixión era un espectáculo público al mismo tiempo que un método de torturar a alguien hasta la muerte. Esto no sugiere que el delito fuese un crimen cometido por un ladrón o asaltante común, sino por un asesino o rebelde. En ninguna parte de la literatura romana se menciona que un ladrón o asaltante común fuese crucificado. Sin embargo, según los evangelios (la Biblia cristiana), Jesús fue crucificado entre dos ladrones, trazando la imagen de que Jesús murió entre gente común.

Repetimos: Los ladrones comunes nunca eran crucificados. La crucifixión se usaba como una señal visual para que todos vieran lo que le sucedería a los que se rebelaran contra la autoridad de Roma. Pero los desconocidos autores de los evangelios tenían que hacer morir a Jesús entre pecadores comunes. Sin embargo, los ladrones y asaltantes no representaban ninguna amenaza para la autoridad de Roma, pues esos crímenes eran comunes en esa época. Esto planteaba un grave dilema para los escritores; nótese cómo los autores bíblicos manejaron esto. Simplemente, trazaron una imagen más suave en relación con quiénes eran estos dos ladrones, y generalizaron que todos los ladrones eran crucificados.

Usando a Barrabás como ilustración: ¿Era Barrabás ladrón, asesino o sedicioso? Marcos y Lucas (Mar. 15:7 y Luc. 23:19) escribieron que era asesino, pero Juan dice que era solo ladrón (Juan 18:40). Hay una gran diferencia entre un ladrón y un asesino, y esa podría ser la razón de que Marcos y Lucas añadieran "insurrecto y sedicioso" a la historia de Barrabás. La pena de muerte para ladrones era contraria a las leyes romanas, mientras que alguien declarado culpable de sedición era crucificado automáticamente.

Puesto que el malestar de los judíos era prevaleciente, el sentido común nos dice que Pilatos jamás habría intercambiado a Jesús por Barrabás. Uno se preguntaría: ¿Por qué no? Si Barrabás era una amenaza para el gobierno romano, como dicen los autores de Marcos y Lucas, Barrabás nunca habría sido puesto en libertad. Por consiguiente, es más creíble que Barrabás fuese sólo un ladrón, como dice Juan. Así, pues, ¿cuál era el delito de Barrabás? ¿Era un ladrón común, como dice Juan, o un asesino y un sedicioso, como dicen Marcos y Lucas? Es extraño, pero Mateo nunca habla del delito de Barrabás, porque estaba demasiado ocupado culpando a los judíos (Mateo 27:16:26).

Un punto importante es que, durante aquel tiempo, Galilea era un foco de agitación política. La atmósfera de rebeldía estaba en todas partes. Según el libro de Hechos y la literatura hebrea y romana, hubo por lo menos cuatro infructuosas rebeliones durante el tiempo de Jesús, como resultado de las cuales millares de judíos murieron crucificados. El Nuevo Testamento nunca entra en ese tema. En su lugar, pinta una era de paz.

Así, pues, uno puede ver la imagen de lo que sería un honesto trasfondo político. Po lo tanto, los ladrones descritos a ambos lados de Jesús no habrían sido criminales comunes y no violentos. Un honesto cuadro histórico mostraría que estos dos personajes eran asesinos despiadados y sanguinarios, o individuos que instigarían una rebelión contra Roma. Ahora surge una imagen más fiel de los dos hombres que se supone fueron crucificados junto con Jesús. Este es sólo otro ejemplo de la teología cristiana, que no está basada en la verdadera historia, sino que crea la suya propia para sustentar sus propios argumentos religiosos.

La Biblia católica (New American Bible) tiene razón cuando dice: "Los escritores tomaban esas narraciones y, con frecuencia, hasta las remodelaban y las rehacían para sacar la lección que querían enseñar" (página 25 bajo Interpretación Teológica de la Historia). Esto también queda confirmado por Eusebio, padre de la Iglesia, quien reconoció que él reescribió los primeros libros para que concordaran con su propio concepto del cristianismo.

Todo esto permite a una persona honesta, que busca verdad y conocimiento, ver la ficción del Nuevo Testamento.

NOTAS FINALES:

Dos "ladrones", dicen Mateo 27:38 y Marcos 15:27, fueron crucificados con Jesús; Lucas dice que eran simplemente "malhechores" (23:32); Juan no sabe cuál había sido su delito, y para él eran meramente "otros dos" (19:18).

Los dos "ladrones" de Mateo se juntaron con los principales sacerdotes, escribas, y ancianos para "mofarse" de Jesús, (27:44) "y ninguno de ellos se arrepintió, ni fue invitado al paraíso. Marcos concuerda en que "los que estaban crucificados con él le injuriaban" (15:32).

Por impropio que sea que los que están en agonía de muerte critiquen a otro que también sufre, pero que hay honor aun entre ladrones moribundos, es reconocido por Lucas, que informa que "uno de los malhechores ... lo injuriaba", mientras "el otro, respondiendo, reprendía al injuriador (23:39, 40). "Este otro" no se arrepintió de "injuriar a Jesús", pues no le había injuriado, sino que decía: "Señor, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino" (23:42). Este ladrón moribundo demostró estar familiarizado con las esotéricas enseñanzas de Jesús, que ni siquiera sus propios discípulos comprendieron en su momento.

Pero Juan, que estaba al pie mismo de la cruz, no informa de ninguna injuria ni mofa, y los ladrones, según él, murieron como caballeros, sin decir ni una sola palabra.

A los cristianos les encanta leer erróneamente Isaías 53 para probar que Isaías estaba profetizando acerca de Jesús. Bueno, el versículo 9 dice: "Y se dispuso con los impíos su sepultura ...". ¿Por qué Jesús no fue sepultado con los impíos? Mateo 27:57-60 dice que Jesús fue sepultado solo, "... y con los ricos fue en su muerte".     

¿Por qué ningún rico fue crucificado con Jesús? ¿Es ésta otra de las historias disparatadas de Mateo?

El Nuevo Testamento subraya específicamente el hecho de que Jesús murió entre otros pecadores, porque el cristianismo hace notar que los cristianos tratan de alcanzar a los pecadores.

Los pecadores pueden ir al cielo sólo si aceptan a Jesús como su salvador y señor. Por otra parte, si los buenos NO aceptan a Jesús como su salvador y señor, irán al infierno, un invento cristiano (según el evangelio de Juan).

¿Está Ud. comenzando a ver ahora el cuadro general? ¡FICCIÓN! ¡FANTASÍA!

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