LO
FALSO ES VERDADERO,
LO CORRECTO ESTÁ ERRADO
o
AQUÍ TENGO LA BIBLIA,
Y VOY A DECIRLE LO QUE ELLA
DICE
Un comentario sobre el
Adventismo
del Séptimo Día
Vanetta Huzab
La mente humana es una creación
maravillosamente
compleja. Y, sin embargo, cuán fácilmente es
pervertida,
engañada, y manipulada. La mayoría de las
técnicas
corrientes para llevar a una persona a una conclusión
errónea
tienen que ver con la siguiente fórmula, que se repite
continuamente,
y en la cual la aceptación es recompensada con la
socialización,
y el rechazo o la objeción es castigado o castigada con
el aislamiento:
"Crea lo
que nosotros decimos. Nosotros somos los únicos
buenos y los únicos que tienen la razón. No preste
ninguna
atención a los demás. Todos ellos son malos y
están
completamente equivocados". Los promotores de estas ideas las
sustentan
con abundancia de "evidencia" encasillada en una lógica
retorcida
presentada en una oscura terminología. A menudo, hay
referencias
a conocimientos especiales o secretos que están fuera del
alcance
de los demás. Naturalmente, hay promesas de
espectaculares recompensas
futuras por creer, y horribles castigos futuros por no creer.
Este tipo
de programación adiestra a la gente para que ignore
cualquier evidencia
en favor de una opinión discrepante. Esto es porque el
dolor del
rechazo social tiene mayor influencia que la necesidad de la
verdad.
En años recientes, he leído
muchos debates
y discusiones sobre la singular teología adventista.
Aunque a veces
me he sentido menos que impresionada por la retórica y la
lógica
del oponente, los oponentes adventistas rara vez han hecho algo
más
que una contribución incidental a mi comprensión
de las Escrituras.
En realidad, rara vez he visto un debate o una discusión
verdaderos,
abiertos, bilaterales. Lo que he visto se parece mucho a lo que
se ve en
algunas entrevistas políticas en los medios de
comunicación.
Si un entrevistador hace una pregunta muy coherente, relevante,
bien sustentada,
el entrevistado da una respuesta que no contesta la pregunta,
pero está
"en el mensaje", aunque el "mensaje" no tenga nada que ver con
el tema
del cual el entrevistador está hablando.
A menudo, me asombro del tipo de evidencia
presentado
para sustentar el punto de vista adventista. Sin fallar, las
citas bíblicas
y los pronunciamientos sobre los "hechos" son voluminosos. Sin
embargo,
todo lo que uno necesita hacer es investigar con ojo
crítico para
ver la dicotomía. Con frecuencia, las citas son
débiles o
inapropiadas. Con frecuencia, los hechos no pueden ser
sustentados por
medio de la evidencia objetiva disponible. Los adventistas
ignoran o descuentan
sumariamente las pruebas concretas de la posición
contraria. Ciertamente,
dispersas entre las herejías hay casos de exégesis
exacta
y bien sustentada. Sin embargo, esto no sirve para mejorar la
posición
de su teología. De la misma manera que la teología
concreta
puede contener errores desafortunados que no disminuyen la
verdad general,
la herejía rampante puede contener verdades
impresionantes que no
mitigan el peligroso error. En realidad, la mayoría de
las herejías
que tienen más éxito contienen elementos de
verdad. Esto
es lo que hace tan traicioneras a estas herejías. Estos
grupos parten
de la verdad, y luego, cuidadosa y hábilmente, preparan
el camino
que conduce a la herejía.
Qué triste es ver que varias de
estas destructoras
teologías prosperan mientras tanto. Uno desearía
poder mostrarles
la clara evidencia contra sus puntos de vista, y los obvios
defectos de
su razonamiento. No importa con cuánto amor, cuán
cuidadosamente,
y cuán expertamente se haga, es improbable que más
de unos
pocos escuchen y honestamente consideren la verdad. No podemos
esperar
borrar en corto tiempo años de intensa
programación llevada
a cabo por una organización endurecida en la lucha.
Para mí es evidente que, puesto que
el "ministerio
de muerte, grabado con letras en piedra" es sombra de la
realidad en Cristo,
estas teologías son la sombra que apunta a la bestia
semejante a
un cordero de Apocalipsis. Con esto quiero decir la falsa
doctrina que
se hace pasar por "la verdad" y prospera.
Jesús y sus discípulos nos
advirtieron sobre
los falsos profetas muchas veces en el Nuevo Testamento. Sin
embargo, la
gente con frecuencia entiende erróneamente la verdadera
naturaleza
de la amenaza. Tendemos a suponer que un falso profeta o una
creencia herética
parecerán obviamente perversos y no cristianos. Suponemos
que los
creyentes heréticos siempre hablarán en clara
oposición
a Cristo. Esperamos que un falso profeta reclame para sí
explícitamente
el título de "profeta". Hasta esperamos que los
seguidores de estas
creencias sepan conscientemente que se están desviando
del verdadero
cristianismo.
Esperamos oír decir: "¡No
crean en Jesús!"
"¡La Biblia está errada!" Si no esto, entonces
esperamos oír
decir esto otro: "En realidad, Jesús no dijo ni hizo
eso". "El cristianismo
sí contiene el mejor conocimiento acerca de Dios". "No es
necesario
creer todo lo que la Biblia dice". También esperamos que
esas personas
sean obviamente mentirosos, asesinos, adúlteros, y
ladrones.
Esto puede suceder algunas veces, pero la
verdadera naturaleza
del mal es el engaño.
Cuánto más insidioso y
dañino es
lo que ocurre cuando la herejía es una
falsificación de la
verdad. Con esto quiero decir que los promotores de este tipo de
teología
la presentan como "más fiel al cristianismo que todas las
demás".
En realidad, la mayoría de los miembros de un grupo tal
creen sinceramente
que siguen a Cristo con más celo que los miembros de
cualquier otro
grupo. Niegan vigorosamente cualquier influencia aparte de la de
la Biblia.
Además, su conducta pública es a menudo ejemplar.
Hay
varias ventajas aprovechadas por este enfoque:
1. Orgullo:
Es siempre tentador seguir una creencia que se propone a
sí misma
como superior. Esto proporciona una recompensa extremadamente
positiva
para el ego propio. Además, no es necesario prestar
atención
a los argumentos o a la evidencia presentada por otros, pues
proceden de
una comprensión "inferior".
2. Engaño:
Los iniciados comienzan creyendo que este camino conduce a una
comprensión
"más perfecta" de las Escrituras. Sin embargo, de manera
sutil,
los dirigentes añaden y borran elementos cruciales, que
finalmente
alejan al creyente de una correcta comprensión de la
Biblia. Puede
que los mismos dirigentes no vean el engaño. Esta es la
señal
más fidedigna de que el "padre de todas las mentiras" es
el autor
de esta herejía.
3. Coerción:
En estos casos, la amenaza es que los que no siguen la
enseñanza
están perdidos y separados del grupo. Puesto que esa
gente por lo
general afirma que ellos son la única manera de
permanecer en contacto
con Dios, la implicación es que el miembro sufrirá
la separación
de Dios. El temor es un poderoso motivador.
4. Aislamiento:
A menudo, los seguidores se encuentran separados del amor de su
familia
"inconversa" y de antiguos amigos. Aún peor, el grupo
separa a los
iniciados de cualquier fuente de información que tienda a
corregir
el error. Para compensar esto, el grupo proporciona a los que se
identifican
con el grupo un sentido elevado de apoyo y aprobación.
5. Pereza:
Esta es una clase especial de pereza. Por lo general, el grupo
guía
a sus miembros a una abundante cantidad de actividad. El
propósito
oculto de esta actividad es ahogar el poder de elección
con un mar
de requisitos que dejan poco tiempo para la iniciativa mental o
teológica.
A menudo, es consolador que le quiten a la persona el poder de
elección
y la iniciativa. Esto conduce a la pereza cognoscitiva. Se
tiende a depender
del razonamiento del grupo, sin hacer preguntas.
En
cada uno de estos casos, el grupo argumenta exactamente lo
opuesto a la verdad.
1. Orgullo:
El grupo afirma que apartarse de sus enseñanzas demuestra
orgullo
egoísta, y que ingresar al grupo demuestra ausencia de
orgullo.
2. Engaño:
El grupo sostiene que las creencias distintas de las de ellos
son un engaño.
Además, posiblemente afirmen que es imposible que los que
dicen
que sus creencias son engañosas comprendan, pues no
tienen el "secreto"
que conocen sólo los miembros del grupo. O si no,
argüirán
que sólo los que han seguido sus prácticas pueden
haber alcanzado
un nivel de experiencia suficiente para entender correctamente
la Biblia.
3. Coerción:
El grupo convierte la amenaza en una recompensa por permanecer
en el grupo
y seguir sus prácticas.
4. Aislamiento:
Nuevamente, el grupo convierte el aislamiento en
inclusión en el
grupo.
5. Pereza:
El grupo apunta al nivel de actividad y niega que esto sea
pereza. Además,
argumenta que otros son perezosos porque no llevan a cabo las
mismas actividades
que suprimen la iniciativa.
¡Qué concepto maestro! Con
estos métodos,
uno no necesita considerar jamás ninguna evidencia
contraria a las
creencias de uno. Sólo tiene que apaciguar, condescender,
y evadirse
cuando se responde a las críticas.
"¡Simplón infeliz, miserable,
y réprobo!"
Podrían decir con una sonrisa de profunda
compasión pero
vagamente misteriosa: "Si sólo supieras lo que nosotros
sabemos.
Sólo los expertos en álgebra no lineal, Feng-shui,
griego
macedonio, urdu, astrología inca, antiguos petroglifos
galos, danzas
populares armenias, y tocados ceremoniales egipcios
predinásticos
pueden entender el concepto. Sólo si usted dedica cada
momento de
su vida entera a las prácticas que nosotros prescribimos
comenzará
a aprender lo que nosotros sabemos. Hasta entonces, usted no
tiene absolutamente
ningún derecho a discrepar con nada de lo que nosotros
decimos".
Por supuesto, estoy exagerando.
Ciertamente, ellos expresan
actitudes equivalentes mucho más sutilmente. Han tenido
abundante
práctica. Sin embargo, aún sin ninguna referencia
a la astrología
inca, con frecuencia manejan sus puntos específicos en
disputa con
afirmaciones análogas. Por ridícula que pueda ser
la anterior
afirmación, los argumentos presentados por los defensores
de la
teología adventista del séptimo día son a
menudo más
extremos cuando se les examina de cerca y objetivamente, aunque
ellos concordarían
jamás con esta caracterización.
Es paradójico que, en fin de
cuentas, ellos basen
muchas de sus interpretaciones de las Escrituras en
interpretaciones de
versos aislados que son detalladas, pero increíblemente
superficiales;
forzadas pero distorsionadas; que suenan singulares, pero que
son influidas
desde fuera. Sin embargo, rodean el análisis con una
lógica
compleja y enormes cantidades de literatura de apoyo
auto-generada, nada
de la cual enfoca en definitiva los defectos en la base de su
teología.
Aunque sus propios eruditos desenmascaran
las fallas de
sus creencias con claridad, pruebas abrumadoras, y lógica
intachable,
ellos son incapaces de discutir el punto en disputa. Me vienen a
la mente
el Dr. Desmond Ford y la "Doctrina del santuario". Cara a cara,
algunos
dirigentes de la iglesia posiblemente den a entender que la
iglesia concuerda
por completo con los puntos de vista del Dr. Ford, a quien le
han revocado
su licencia ministerial. Sin embargo, su declaración
oficial de
las creencias fundamentales continúa patrocinando esta
doctrina
anti-bíblica, aunque han redactado cuidadosamente las
declaraciones
para permitir la negabilidad. Además, resulta claro que
ellos no
quieren que nadie investigue la cuestión. Han tomado
medidas para
evitar que el Dr. Ford tenga acceso significativo a su
membresía
(por lo menos en Australia). Han hecho desistir abiertamente a
sus miembros
de leer los argumentos que Ford presentó en el manuscrito
de Glacier
View, afirmando que la mayoría de la gente no tiene la
capacidad
para entender la exégesis. Pero, cuando otros han
presentado los
mismos bien sustentados argumentos de una manera más
informal y
comprensible, han desaprobado esa obra tachándola de
defectuosa,
inspirada por el diablo, e indigna de consideración. Si
eso no es
un ejemplo de la definición misma de duplicidad, entonces
el engaño
no puede ser posible bajo ninguna circunstancia.
Hay que darse cuenta de que, desde el punto
de vista de
ellos, el párrafo que antecede no tiene sentido. Para
ellos, no
hay duplicidad. Si uno nota cuán incoherentemente
analizan las Escrituras,
comienza a darse cuenta de que es muy improbable que les
convenza de que
están en error. Al decir que el análisis de ellos
es incoherente,
quiero decir que tienden a interpretar pequeños segmentos
de las
Escrituras sin tener en cuenta el contexto mayor. Téngase
presente
que han tratado de proyectar coherencia a sus argumentos
adosándoles
muchos otros pasajes bíblicos mal analizados.
Si uno presenta un corto resumen de por
qué están
errados, declaran la prueba inadecuada.
Si uno presenta una tesis voluminosa, bien
estructurada,
y plenamente sustentada, aíslan una oración o una
frase que
tiene
que ser tomada en contexto y argumentan contra ella fuera
de contexto.
O por el contrario, se refieren a las mismas fuentes sospechosas
que para
comenzar les condujeron a la herejía. Al hacerlo,
quedarán
satisfechos de que la tesis entera del oponente está
errada. Han
interpretado las Escrituras de esta manera. Han respondido a
objeciones
anteriores de esta manera.
Por ejemplo, miremos la oración que
antecede: "Si
eso no es un ejemplo de la definición misma de
duplicidad, entonces
el engaño no es posible bajo ninguna circunstancia".
Desde su punto de vista, todo lo que
tendrían que
hacer es atacar la última frase: "... el engaño no
es posible
bajo ninguna circunstancia".
"¡Bien, bien!", reirían entre
dientes con
aire de suficiencia, "¡esta persona dice aquí que
no existe
tal cosa como el engaño! ¿Puede usted creerlo?
¡Obviamente,
esta persona nunca ha entendido lo que sucede en muchas agencias
de autos
usados! Y luego citarían a: Génesis 34:13; Job
13:7, 15:35,
27:4, 31:5; Salmos 5:6, 10:7, 17:1, 24:4; 32:2, 34:13, 35:20,
36:3, 43:1,
50:19, 52:4, 78:57, 101:7, 109:2, 120:2; Proverbios 12:17,
20:17, 26:24,
31:30; Isaías 53:9, 57:4; Jeremías 8:5, 9:6-8,
14:14, 15:18,
17:9, 23:26; Daniel 8:25, 11:23; Oseas 11:12; Amós 8:5;
Miqueas
1:14, 6:11-12; Sofonías 3:13; Marcos 7:22; Hechos 13:10;
Romanos
1:29; 2 Corintios 11:13; Efesios 4:14-22; Colosenses 2:8; 1
Timoteo 4:1;
Hebreos 3:13.
Suena impresionante, ¿verdad? Bien,
ellos pensarían
que es suficiente para derrotar todo este comentario. Todo lo
que hicieron
fue ignorar el sarcasmo, junto con la sustancia entera del
párrafo,
e inundar al lector con numerosos versículos que no
tienen nada
que ver con el punto original en disputa, pero que tienen una
palabra en
común con la frase seleccionada. En consecuencia, creen
que se justifica
que afirmen que cualesquiera y todas mis observaciones son
triviales y
falsas.
Además de eso, puesto que he llamado
la atención
sobre varios puntos por medio de analogías, ellos pueden
afirmar:
"¡Nosotros nunca dijimos ninguna de esas cosas!" Por
supuesto, con
toda probabilidad no dijeron exactamente lo que yo he propuesto
como algo
que ellos podrían decir. Este documento no se
propone probarles
nada a los miembros de este tipo de grupos. Esta es una
advertencia para
los que estén considerando unirse a los Adventistas del
Séptimo
Día o a cualquier otro grupo como éste. El
método
que he escogido es el de discutir los patrones que ellos siguen.
Hago esto
con la esperanza de que las personas que leen esto puedan
aplicar estos
patrones a lo que oyen o leen, y que los usen para entender la
falsa base
subyacente de las creencias herejes de estos grupos.
Al escuchar frecuentemente otras
conversaciones de dirigentes
locales y miembros de la congregación de una iglesia en
particular,
se han presentado otros patrones. He escuchado algunos temas que
voy a
parafrasear aquí:
-
"¡Ellen White predijo el desastre del
World Trade Center!"
Ni siquiera se acercan. Varios autores han desacreditado esto.
-
"¡Nuestros miembros dan más que
cualquier otra
iglesia!" Sólo si no contamos a los Mormones y a las
Asambleas de
Dios. Hay una razón de por qué estas tres
encabezan la lista.
No es porque son leales al evangelio. Es porque relacionan el
dar con la
salvación. El chantaje espiritual es una poderosa
motivación.
-
"¡Nuestra iglesia está más
difundida
que cualquier otra!" Los católicos romanos, los
mormones, el Islam,
y otros lo están más que los adventistas.
-
"En el Nuevo Testamento no se enseña que
está
prohibido 'tomar el nombre de Dios en vano'. Ciertamente,
usted tendrá
que admitir con nosotros que la prohibición
todavía está
en vigor. Así que esto derrota el argumento de que 'el
sábado
no se enseña en el Nuevo Testamento'". Cualquier cosa
que se piense
sobre el sábado, esta analogía es por completo
incompetente.
Aunque es cierto que la mayoría de las traducciones
inglesas no
contiene la palabra "vano" en el Nuevo Testamento, esa es una
minucia técnica.
La palabra "blasfemia" significa exactamente lo mismo cuando
se aplica
al nombre del Señor, y se puede encontrar que eso
está condenado
varias veces en el Nuevo Testamento. Y al revés,
enseñanzas
específicas sobre la reverencia por el nombre del
Señor existen
en versículos prominentes. Por ejemplo, viene a nuestra
mente: "...
alabado sea tu nombre".
-
"Ellen White fue la primera persona en sugerir
un vestido
modificado para mujeres en los Estados Unidos". No. Ella
obtuvo esta idea
de un tal Dr. Austin, que trabajaba en la clínica del
Dr. Jackson
en Dansville, New York. D. M. Canright ha relatado esto en uno
de sus
libros.
Otros autores y editores de páginas
de Internet han
discutido todas estas contradicciones y muchas más. Las
traigo a
colación para mostrar cómo, hasta la fecha, el
ambiente en
la denominación continúa estimulando el examen
superficial
de los hechos. Puede que los más altos niveles
organizativos de
la iglesia hayan renegado de algunas de las anteriores
afirmaciones. Sin
embargo, sólo lo hicieron como respuesta a la
presión externa.
Históricamente, cuando no necesitan defender una
declaración
que sirve a sus propósitos, la han dejado continuar,
aún
a sabiendas de que constituye un error. Uno de los mejores
ejemplos es
la doctrina del "santuario". Varias veces desde sus inicios
alrededor de
1846, los eruditos adventistas del séptimo día han
desacreditado
por completo esta creencia. Esto comenzó con O. R. L.
Crosier, el
expositor original de la doctrina, que renunció a ella
seis o siete
años más tarde. Más tarde, D. M. Canright
disputó
con precisión la doctrina. A mediados del siglo pasado,
el Dr. Raymond
Cottrell la investigó en profundidad y la rechazó.
En las
últimas dos décadas, Desmond Ford
proporcionó una
exégesis maestra. Estos hombres y otros han proporcionado
amplia
evidencia de que la doctrina entera, incluyendo todas las
creencias que
la acompañan, carece de fundamento bíblico. La
iglesia jamás
ha podido defender con éxito ningún ataque
competente contra
esta doctrina. Se pueden encontrar casos en los que ellos han
reconocido
algunas o todas las refutaciones. Y, sin embargo, esta doctrina
ha permanecido
en las declaraciones oficiales de sus creencias. Además,
actualmente
aparece en varias publicaciones oficiales. No es difícil
comprender
por qué no eliminan la doctrina. Si lo hicieran,
perderían
su identidad como teología distintiva. En consecuencia,
han adoptado
la defensa "del sauce": Verbalmente, cada vez que se ven
confrontados con
una oposición persistente e informada, aceptan vagamente
que esta
doctrina no tiene ningún mérito bíblico.
Sin embargo,
cuando se trata de un reconocimiento formal, su respuesta es el
silencio,
la inacción, y el cambio de dirección.
"Dóblate, pero
no te rompas" es la regla.
Yo no le pido que acepte mi palabra sobre esto. Investigue
usted mismo. Examine ambos lados. Tenga cuidado de no creer nada
que otros
digan sino hasta que usted haya sopesado ambos lados con
igual cuidado
y prudente escepticismo. Además, no se deje impresionar
excesivamente
con las credenciales de nadie, especialmente cuando esa persona
tiene un
fuerte prejuicio. Aunque la experiencia y el estudio pueden ser
muy importantes,
recuerde esto: Aunque alguien haya memorizado la Biblia entera,
dominado
todos los idiomas bíblicos fundamentales, obtenido
múltiples
títulos de postgrado en teología, y orado cada dos
minutos,
todavía puede estar equivocado. Más importante que
quién
dice algo o cómo lo dice, es lo que dice y cómo
sale en un
examen crítico y razonablemente objetivo. Recuerde la
respuesta
de Cristo a las dudas de Tomás sobre la
resurrección en Juan
20:24-31. Aunque Jesús bendijo a los que creen sin
ver, no
condenó a Tomás por sus dudas. En vez de eso,
Jesús
proporcionó la incontrovertible evidencia que
resolvía directamente
los puntos en disputa que Tomás había suscitado.
Esto contrasta
claramente con la manera en que los adventistas y otros grupos
semejantes
han respondido a muchas preguntas y debates honestos.
Lo verdadero es verdadero y lo falso es
falso, ya sea
que lo diga un genio o un tonto, un rey o un pobre de
solemnidad, un niño
o un adulto. Lo correcto es correcto y lo erróneo es
erróneo,
ya sea que esté sustentado por resmas de evidencia o por
sólo
un hecho concluyente. Su responsabilidad es encontrar la verdad
sobre las
mentiras y las mentiras detrás de la "verdad" al examinar
cualquier
creencia religiosa importante. Aténgase a las Escrituras,
en las
cuales, en 1 Tesalonicenses 5:19-22, leemos: "No apaguéis
al Espíritu.
No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo;
retened
lo bueno. Absteneos de toda especie de mal".
No se pregunte solamente: "¿Y si
tienen razón?"
Pregúntese también: "¿Podrían estar
errados?"
Hebreos 11:1 dice: "Es, pues, la fe la certeza de lo que se
espera, la
convicción de lo que no se ve". Sin embargo, la duda no
es
falta de fe cuando uno ve evidencia creíble de error. La
última
frase del pasaje antes citado se entiende mejor si se traduce
así:
"... la convicción de lo que NO SE PUEDE ver". Si la duda
fuera
lo mismo que la falta de fe, usted no podría tener fe y
probar todas
las cosas. Aunque nunca lo admitiría, la iglesia
adventista del
séptimo día querría hacerle pensar que
tener fe significa
no hacer nunca preguntas que no le gusten a ella. El hecho de
que los adventistas
oculten, disfracen, e ignoren la evidencia contra ellos no la
hace desaparecer
ni la convierte en falsa.
Mi única reacción posible a
lo que he oído
o leído sobre esta organización es
frustración y dolor.
Me siento frustrada de que rehusen entender lo que es tan
sencillo, claro,
y glorioso sobre el mensaje del evangelio. Me duele saber que se
están
privando del mayor don, y que sin embargo, crean fervientemente
que ellos
(y sólo ellos) lo tienen. En su lugar, lo que tienen es
un evangelio
disminuído y distorsionado, y una creencia fuera de
lugar.
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