Ellen G. White
¿CUÁL AUTORIDAD ACATAREMOS?
Dennis L. Palmer
Traducido de la revista Proclamation!,
Issue 5, 6
De joven, con frecuencia escuchaba el
programa radial "Back to the Bible" ["De vuelta a la Biblia"].
Mi corazón se alegraba mientras la familia, sentada alrededor de
la mesa del desayuno, oía chisporrotear el tocino y escuchaba al
predicador presentar sus puntos principales. Si algo estaba
claro en el ámbito de la teología, era que la Biblia es nuestra
única fuente de doctrina cristiana. Ese era el mensaje que yo
oía repetidamente en la radio.
Por años, me contenté con esta doctrina y creí en ella
plenamente. Cuando me fue presentada la proposición de que los
escritos de Ellen White son inspirados, puse en duda esta nueva
enseñanza, y la idea me atormentaba. Traté de convencerme de que
la Iglesia Adventista no consideraba realmente los escritos de
ella como autorizados, sino puramente inspiradores, como los de
Billy Graham. Pero esto no me dio resultado, y nada de lo que
otros me decían tranquilizaba mi atribulado espíritu. Comencé a
asistir a la Iglesia Adventista cuando estaba en mi penúltimo
año de escuela superior, y más tarde asistí al Union College, en
Lincoln, Nebraska. De entre todas las cosas, esperaba poder
defender la fe adventista. Mis primeras exposiciones a las aulas
adventistas fueron una sorpresa tal que apenas podía dejar de
temblar mientras estaba en clase. Fui expuesto rápidamente a los
puntos de vista adventistas, y no eran una utopía teológica. Se
hicieron intentos por calmar mi incapacidad para comprender la
relación adventista entre la Biblia y los escritos de Ellen
White, pero sin resultado alguno. Creo, como lo percibía
entonces, que hay inconsistencias en la manera en que los
adventistas articulan la relación entre la Biblia y los escritos
de Ellen White.
Aunque muchos quieren hacernos creer que la Biblia es para los
adventistas la única fuente autorizada en cuestiones de
doctrina, en realidad la Iglesia Adventista tiene tres fuentes
de autoridad: la Biblia, Ellen White, y el concilio de la
iglesia. Con respecto al número de autoridades, la Iglesia
Adventista no difiere de la Iglesia Católica, que también tiene
en realidad tres autoridades: la Biblia, la tradición, y la
iglesia.1 No siempre pensamos en la "iglesia" como una
autoridad separada de la tradición, pero cuando el Papa habla ex-cathedra, su palabra se
convierte en autorizada. De esta manera, la Iglesia Católica
contemporánea puede actuar como autoridad en cuestiones
doctrinales. Aunque los adventistas no quieran tener mucho en
común con el punto de vista católico sobre lo que está o no está
autorizado, en asuntos controvertidos, Ellen White convierte a
la Iglesia, es decir, a la Conferencia General, en la autoridad
final.
El propósito de este artículo es demostrar, con los escritos de
Ellen White, que la Iglesia Adventista, como la Iglesia
Católica, tiene tres fuentes de autoridad doctrinal, no sólo una
o dos fuentes autorizadas. Al establecer esta tesis, demostraré
que la repetida afirmación de Ellen White de que la Biblia es
para los adventistas la única regla de fe y orden es una
pseudoafirmación que carece de veracidad a causa de otras
autoridades que compiten con ella, es decir, los escritos de
Ellen White y la posición de autoridad atribuida a los concilios
de la Iglesia Adventista cuando existe una confrontación entre
temas doctrinales en disputa sobre los cuales han llamado la
atención sus propios e inquisitivos miembros de iglesia. De este
modo, en el pensamiento adventista, la Biblia es una autoridad,
pero no la única fuente autorizada de doctrina cristiana. Ruego
que este estudio sea útil para quebrantar la columna central del
adventismo, que está fuera de lugar; es decir, la supuesta
inspiración de Ellen White, y reemplazar esa columna con la
Palabra de Dios.
La pseudoafirmación: La Biblia es la
única autoridad para los adventistas.
La creencia de que la Biblia es para los
adventistas la única fuente de doctrina es sustentada a menudo
con las siguientes citas de Ellen White:
Cuando
se estudia, se comprende, y se obedece la Palabra de Dios,
se reflejará una luz brillante hacia el mundo; nuevas
verdades, recibidas y acatadas, nos unirán a Jesús con lazos
más fuertes. La Biblia, y solamente la Biblia, debe ser
nuestro credo, el único lazo de unión; todos los que se
inclinen ante esta Santa Palabra estarán en armonía.
Nuestros propios puntos de vista y nuestras propias ideas no
deben controlar nuestros esfuerzos. El hombre es falible,
pero la Palabra de Dios es infalible. En lugar de disputar
los unos con los otros, exalten los hombres al Señor.
Enfrentemos toda oposición como lo hizo el Maestro,
diciendo: "Está escrito". Levantemos el estandarte en el
cual está escrito: "La Biblia nuestra regla de fe y
disciplina". Selected Messages, tomo 1, p. 416
[inglés].
Pero
Dios tendrá un pueblo sobre la tierra para mantener la
Biblia, y la Biblia sola, como el modelo de todas las
doctrinas y la base de todas las reformas. The Great
Controversy, p. 88 [inglés].
La
Biblia es la única regla de fe y doctrina. Christian
Education, p. 118 [inglés].
La
Biblia, y solamente la Biblia, da una visión correcta de
estas cosas. Lift Him Up (1988), 364.4.
La Biblia, y la Biblia sola, debe ser nuestra guía. This
Day with God, (1979), 355.1.
Entonces
adoptamos
la posición de que la Biblia, y la Biblia sola, debía ser
nuestra guía, y que nunca debíamos apartarnos de esta
posición. Manuscript Release No. 620, publicado en Manuscript
Releases.
La
Palabra de Dios debe ser nuestra consejera. Por escrito y de
viva voz, proclamo a todos los que tienen credenciales, a
todos los licenciados, a todos los colportores, a todos los
que solicitan pedidos, que la Biblia, y la Biblia sola,
estudiada sobre vuestras rodillas, guardada en vuestros
corazones, y puesta en práctica en vuestras vidas, asistida
por el poder del Espíritu Santo, puede ser vuestra
salvaguarda. Manuscript Release No. 873, publicado en Manuscript
Releases (11), 90. (8), 341.
Estas afirmaciones parecen ortodoxas, pero,
como se verá, Ellen White elimina la enseñanza reformista de sola
scriptura al afirmar que los escritos de ella son
autorizados. En consecuencia, la afirmación de Ellen White de
que la Biblia es para los adventistas la única autoridad en
cuestiones de doctrina es una pseudoafirmación. Al parecer,
Ellen White difundió esa posición por conveniencia. Quería que
sus lectores creyeran que la Biblia tiene autoridad, y que sus
escritos no compiten con la Biblia. El epíteto "la Biblia es
nuestra única regla de fe y autoridad" es creído por muchos de
modo general en la Iglesia Adventista, pero no de una manera tan
profunda que las implicaciones de esta doctrina sean puestas en
práctica. Ellen White apelaba a otra autoridad que estaba en
tensión con la doctrina de sola scriptura.
La verdadera afirmación: Ellen White es
una autoridad en cuestiones de doctrina.
La otra autoridad de Ellen White era ella
misma. Quería que la gente creyera que sus visiones, como las
visiones de los profetas, eran de Dios, y que sus testimonios
eran inspirados, dignos de confianza, y autorizados. Así que se
esforzó por dar a sus palabras suficiente credibilidad para que,
en la práctica, sus escritos pudiesen ser usados de un modo
pseudo-canónico. Esto puede verse en las varias maneras en que
Ellen White afirma la importancia de su llamado, su obra, y la
naturaleza autorizada de sus escritos.
Primero, en una declaración cuidadosamente redactada, Ellen
White profesa no ser ninguna profetisa, pero da lugar a que se
le llame profetisa:
Afirmar que soy profetisa es
algo que nunca he hecho. Si los demás me llaman por ese
nombre, no tengo ninguna controversia con ellos. Selected
Messages, tomo 1, 34.
A mi juicio, esta negación de que ella es
profetisa es simplemente una estratagema que le da apariencia de
humildad e impide que sus seguidores utilicen sus escritos
excesivamente.
Segundo,
Ellen
White afirma la importancia de su obra al afirmar que ella es
más que profetisa:
Mi obra abarca mucho más que lo que este
nombre [profetisa] significa. Yo me considero mensajera para
el pueblo de Dios. Selected Messages, vol. 1, 36.
Ellen White prefería ser llamada
"mensajera". En esencia, un mensajero era un profeta, y sin
embargo, ese término es lo bastante vago para distanciarla de
otros profetas de la Biblia y de profetas contemporáneos como
Joseph Smith y Mary Baker Eddy, que vivieron en la época de
Ellen White. La afirmación de que su obra es más que la de un
profeta supone que ella tiene todas las responsabilidades de ser
profeta, y más. Cuando las personas desempeñan las funciones de
un trabajo en particular, por lo general se les da un título
acorde con su trabajo. Ellen White afirmó indirectamente que era
profetisa al decir a sus seguidores que su obra era de una
magnitud mucho mayor que la de un profeta. En este sentido, ella
proclamó su papel autorizado como profeta y se felicitó por
ello.
Tercero, Ellen White intenta demostrar la absoluta necesidad de
sus escritos para convencer a los pecadores de sus caminos
erróneos:
Si sus mensajes [los Testimonios] no son
acatados, el Espíritu Santo es dejado fuera del alma. ¿Qué
otros medios tiene Dios en reserva para alcanzar a los que
yerran, y para mostrarles su verdadera situación? Selected
Messages, tomo 1, 46.
Esta afirmación va más allá de prescribir
una estricta adhesión a sus enseñanzas. Ellen White da a
entender que los Testimonios
son el medio exclusivo para "alcanzar a los que yerran".
Esta afirmación es inconsistente con sus otras afirmaciones
sobre la obra del Espíritu Santo. Sin embargo, a mi juicio, sus
escritos tienden a restar importancia a la obra del Espíritu
Santo para iluminar a los creyentes y convencer a los pecadores
de sus erróneos caminos. Ella misma asume ese papel, para
validar sus escritos y su llamamiento.
Cuarto, Ellen White hace afirmaciones directas e indirectas
relativas a la naturaleza autorizada de sus escritos. Hace esto
(1) ordenando que sus escritos sean acatados, (2) refiriéndose a
todos sus escritos como inspirados y procedentes del Espíritu
Santo, (3) defendiendo la tesis de que se produciría la
apostasía personal si la inspiración de sus escritos era hecha a
un lado, y (4) abogando por la tesis de que en los últimos días
se produciría un engaño para anular sus escritos.
Si
sus
mensajes [los Testimonios] no son acatados, el Espíritu
Santo es dejado fuera del alma. Selected Messages,
tomo 1, 46.
Dios no
designa a ningún hombre para que pronuncie juicio sobre su
Palabra, eligiendo algunas cosas como inspiradas y
desacreditando otras como no inspiradas. Los Testimonios han
sido tratados de la misma manera; pero Dios no está en esto.
Selected Messages, tomo 1, 23.
El
Espíritu Santo es el autor de las Escrituras y del Espíritu
de Profecía. Selected Messages, tomo 3, 30.
Cuando
yo os envío un testimonio de amonestación y reproche, muchos
de vosotros declaráis que es meramente la opinión de la
hermana White. Habéis, por lo tanto, insultado al Espíritu
de Dios. Testimonies to the Church, tomo 5, 661.
Si perdéis la confianza en los
Testimonios, os alejaréis de la verdad bíblica. Testimonies
to the Church, tomo 5, 98.
El plan de Satanás es debilitar la fe del
pueblo de Dios en los Testimonios. Testimonies to the
Church, tomo 5, 672.
El último gran engaño de Satanás
será anular el testimonio del Espíritu de Dios. Selected
Messages, tomo 1, 48.
Las
instrucciones dadas en los primeros días del mensaje deben
ser tenidas como seguras para ser seguidas en estos últimos
días. Los que son indiferentes a esta luz y a estas
instrucciones no deben esperar escapar de los lazos que
nosotros les hemos dicho claramente que harán tropezar y
caer a los que rechazan la luz, y que serán atrapados y
capturados. Selected Messages, tomo 1, 41.
Afirmando, directa e indirectamente, la
naturaleza autorizada de sus escritos, Ellen White, con tacto,
atribuyó a sus escritos una aureola de autoridad. Despertó el
temor en los corazones de sus seguidores insistiendo en que sus
palabras eran de Dios y debían ser acatadas. Sin embargo, Ellen
White sí tenía el suficiente respeto por la Biblia como para no
querer que sus escritos fuesen colocados en un plano de igualdad
con la Biblia. Por esto, relegó sus escritos a un nivel
pseudo-canónico apelando a la Biblia como la única guía en
asuntos doctrinales. Probablemente, Ellen White se sintió
compelida a afirmar esta posición para conservar sus seguidores
y evitar que exageraran sus enseñanzas y ofendiesen a otros
dentro del movimiento adventista. En la práctica, tanto la
Biblia como Ellen White son usadas para establecer las
enseñanzas principales y los valores principales de la Iglesia
Adventista del Séptimo Día.
El reconocimiento de autoridades dobles ha
creado tensión entre la doctrina de sola scriptura y la
inspiración de Ellen White. Un apólogo adventista hizo la
siguiente observación sorprendente:
En la actualidad, "la Biblia
sola" es el clamor de algunos que buscan desacreditar a la
Sra. White y socavar la autoridad de sus escritos. A simple
vista, este lema suena lógico y atractivo, pero, cuando se
lo analiza cuidadosamente, se ve que no es válido. Aunque es
verdad que la Biblia es la infalible revelación de la
voluntad de Dios y la única fuente de doctrina, también es
cierto que aun la Biblia debe estudiarse juntamente con la
historia, la arqueología, los idiomas, y otras ayudas ...
Los que desean que estudiemos "la Biblia y la Biblia sola"
deberían ver cuán inconsistente es que ellos tomen
materiales de Calvino, Lutero, y modernos comentaristas en
sus esfuerzos por entender la Biblia, y que sin, embargo,
excluyan los escritos de Ellen White.2
En su argumentación, Kenneth H. Wood ha
fabricado hombres de paja, y luego ha blandido "las espadas de
la polémica contra caricaturas, de manera no diferente a un Don
Quijote colectivo arremetiendo contra molinos de viento".3 Los escritos de los reformadores son muy diferentes
de los de Ellen White. Los reformadores no afirmaron ser
profetas, y los evangélicos no creen que los escritos de ellos
son "una fuente continua y autorizada de verdad".4 Los reformadores no creían que sus escritos eran
producidos por revelación divina. Esto no se puede decir de
Ellen White, que supuestamente tenía las llamadas visiones
celestiales y recibía mensajes de voz de parte de Dios. La
Iglesia Adventista considera los mensajes de ella como fuente
autorizada de doctrina, e "instrumento inapreciable" para
"confirmar las enseñanzas de la iglesia".5 Se debe tener confianza en sus escritos, y éstos
deben ser acatados. Esta última afirmación no se puede hacer en
relación con los escritos de los reformadores ni de los de
ningún escritor cristiano moderno. Los evangélicos mantienen una
distancia adecuada entre los escritos de los profetas y los
apóstoles como se nos dan soberanamente en la Biblia, y los
escritos de otros creyentes. La Palabra de Dios en las
Escrituras es la base autorizada de doctrina ortodoxa, mientras
que los escritos de otros creyentes interpretan la Palabra de
Dios. Su interpretación no es infalible como la Palabra de Dios.
El material cristiano contemporáneo nos proporciona información
fuera de la Biblia, de manera que podamos aplicar principios
bíblicos a nuestra situación actual. Además, los escritores
cristianos tienen un interés pastoral en satisfacer las
necesidades contemporáneas de los creyentes, refutar el error, y
aplicar sanos principios bíblicos al interpretar las Escrituras.
El consejo de los escritores cristianos debe aceptarse solamente
mientras esté en armonía con los principios de las Escrituras.
La afirmación oculta: La autoridad final
en cuestiones doctrinales
En
Testimonies, tomo 5, 293, Ellen White dice:
Hay un millar de tentaciones
disfrazadas preparadas para los que tienen la luz de la
verdad; y la única salvaguarda para cualquiera de nosotros
está en no aceptar ninguna nueva doctrina, ninguna nueva
interpretación de las Escrituras, sin someterla primero a
los hermanos de experiencia. Póngasela delante de ellos con
un espíritu humilde, dispuesto a ser enseñado, con oración
ferviente; y si ellos no ven ninguna luz en ello, cédase al
juicio de ellos, pues "en la multitud de consejeros hay
seguridad".
Su afirmación de que los creyentes deben
ceder al "juicio" de la iglesia contradice directamente la
siguiente y osada afirmación de Gerhard F. Hasel:
La autoridad bíblica no se
funda en la iglesia. No está fundamentada en ninguna
filosofía, disciplina, agencia, o esfuerzo humanos. Por lo
tanto, la aceptación, el significado, y la interpretación de
la Biblia no dependen de decretos ni concilios de seres
humanos, ni de su opinión interpretativa científica,
personal o combinada. La autoridad divina es inherente a la
Biblia, como Escritura, que proporciona dirección creativa a
la vida y a todas las ramas del pensamiento humano.6
El problema con la afirmación de Ellen
White es que no deja lugar para que el creyente arroje el guante
al suelo y diga: "¡Con la ayuda de Dios, me sostengo solamente
en la Palabra de Dios!". Hay un inclinarse a la autoridad de la
Iglesia, y ella no es simplemente otra autoridad. Es una
autoridad que está por encima tanto de la Biblia como de los
escritos de Ellen White.
Ellen White explica el papel de la iglesia en asuntos
controversiales designando el árbitro final para el individuo:
Se me ha mostrado que el
juicio de nadie debe estar sometido al juicio de otro. Pero,
cuando el juicio de la Conferencia General, que es la más
alta autoridad que Dios tiene en la tierra, se ejerce, no
deben mantenerse ni la independencia privada ni el juicio
privado, sino que deben someterse. Testimonies to the
Church, tomo 3, 492.
En última instancia, dentro
de la estructura de la Iglesia Adventista, la Conferencia
General de los Adventistas del Séptimo Día sería el árbitro
final en cuestiones de doctrina. Ellen White subordina la
Palabra de Dios a la decisión de la Conferencia General.
Mientras por un lado ella niega que uno deba someter su juicio a
otra persona, por el otro dice que debemos someterlo a un
concilio de muchos delegados reunidos como Conferencia General.
Esto limita severamente el papel de la conciencia en la toma de
decisiones. Lógicamente, la Conferencia General en sesión, no la
Palabra de Dios, se convierte en la autoridad final, el
fundamento, y el modelo para las doctrinas adventistas del
séptimo día.
Evaluación crítica
Es claro que los
aventistas, al adherirse a las enseñanzas de Ellen White, tienen
tres autoridades diferentes: la Conferencia General, la Biblia,
y los escritos de Ellen White. Según las afirmaciones de Ellen
White, yo las pondría en ese orden con respecto a su importancia
al decidir sobre puntos doctrinales en disputa. Sin embargo, se
puede ver que Ellen White es el principal factor determinante de
las doctrinas adventistas, puesto que ella arguye a favor de la
naturaleza autorizada de todas las tres fuentes, y los
escritores adventistas a menudo la citan a ella más que a la
Biblia.7
De manera inconsistente, la Iglesia Adventista ha reclamado
autoridades dobles, al tiempo que sostiene que la Biblia sola es
el fundamento de sus enseñanzas. El Artículo 1 de las Creencias
Fundamentales de los Adventistas del Séptimo Día afirma:
"Las Sagradas Escrituras son ... la reveladora autorizada de
doctrinas, y el registro confiable de los actos de Dios en la
historia". El Artículo 17 de ese mismo documento afirma que los
escritos de Ellen White "son una fuente continua y autorizada de
verdad", y dice: "la Biblia es el modelo por el cual debe
probarse toda enseñanza y toda experiencia". Si la Biblia fuese
realmente el "modelo" por el cual se prueba todo, entonces no
habría ninguna razón para afirmar que los escritos de Ellen
White son autorizados. Sin embargo, los adventistas creyeron que
era necesario afirmar la autoridad de sus escritos porque
consideran sus visiones celestiales como mensajes de Dios, y
creen que lo que fue transmitido a través de Ellen White fue una
serie de revelaciones divinas. Presuponiendo todo esto, usan los
escritos de ella para apoyar algunas de sus doctrinas claves.
Esta doctrina que dice que hay dos autoridades (la Biblia y los
escritos de Ellen White) hace caso omiso de la afirmación de la
propia Ellen White de "la Biblia sola, como modelo de toda
doctrina y base de toda reforma".8 Simplemente, no hay modo de resolver
las inconsistencias del adventismo con respecto al tema en
disputa sobre la autoridad.
Lo tenebroso de la afirmación adventista de que ellos enseñan la
doctrina de sola scriptura es evidente porque en el
Artículo 17 la referencia a "los escritos de Ellen White" es
intercambiable con las referencias a la Biblia en los Artículos
1 y 17. La única dificultad real al usar estas frases
intercambiablemente es que, en las Creencias Fundamentales
de los Adventistas del Séptimo Día, la Biblia es vista
como "la" autoridad y los escritos de Ellen White son designados
como "una" autoridad. Sin embargo, uno se pregunta por qué
existe alguna distinción puesto que, según Ellen White, "el
Espíritu Santo es el autor de las Escrituras y del espíritu de
profecía".9 Uno también se pregunta por qué no se
dice nada con respecto a la autoridad de la Iglesia en
cuestiones de doctrina puesto que, en asuntos en disputa, los
adventistas deben "ceder" ante el "juicio" del concejo de la
Iglesia.10
Aunque de labios para afuera abogan por el principio de sola
scriptura, los adventistas están lejos de adherirse al
concepto reformista de sola scriptura, que niega
cualquier fuente escrita autorizada que no sea la Biblia. John
T. Baldwin reconoce verazmente: "La teología adventista tiene
una fuente secundaria de autoridad doctrinal fuera de la
Biblia".11 Este es un osado reconocimiento de
que la Biblia no es la única autoridad escrita de la Iglesia en
cuestiones de doctrina. Sin embargo, si los escritos de Ellen
White son inspirados, ¿no deberían ser considerados como otra
fuente primaria de doctrina cristiana, más bien que como una
fuente secundaria? La afirmación adicional de Baldwin de que los
escritos de Ellen White están "sujetos a la autoridad de la
Biblia"12 es problemática porque una verdadera
fuente autorizada de doctrina cristiana no depende de otra
fuente. Muchos de los escritos de Ellen White van más allá de la
Biblia y de cualquier verificación. Si los escritos de Ellen
White fueran verdaderamente autorizados, tendrían el pleno
respaldo de Dios y no estarían sujetos a ningún otro documento.
Aunque Pablo no debería leerse aislado del resto de la Biblia,
nunca decimos que los escritos de Pablo están sujetos al resto
de la Biblia. Hacerlo sería relegar el corpus paulino a un nivel
pseudo-canónico. Sin embargo, a pesar de esta inconsistencia, se
ha propagado el mito de que los adventistas del séptimo día
creen en el principio de sola scriptura porque creen que
los escritos de Ellen White son una "luz menor" que está sujeta
a la Biblia, la "luz mayor".13 Esta es una falsa analogía porque es
una exageración llamar a las extrañas enseñanzas de Ellen White
una "luz", y cualesquiera escritos que estén sujetos a la Biblia
no pueden ser autorizados en cuestiones de doctrina.
Conclusión
El único curso seguro es
regresar a la Biblia como la única fuente escrita autorizada en
cuestiones de doctrina. Debemos evitar la idea de que
cualesquiera escritos no canónicos, incluyendo los escritos de
Ellen White, desempeñan "la misma función 'inspirada' que la
Biblia o una adición a la Biblia".14 Además, debemos eliminar los "grados
o niveles de inspiración" y la idea de que "sólo las porciones
de la Escritura que pertenecen a la fe y la redención fueron
inspiradas".15 También, no nos queda más opción que
eliminar los escritos de Ellen White como fuente autorizada para
la iglesia. Por último, hay que abandonar la idea de ceder a un
consenso dentro de la Iglesia Adventista en cuestiones de
doctrina. Debemos sostenernos en la Palabra de Dios, porque cada
uno de nosotros tendrá que dar cuenta de sus creencias. No
debemos temer a la palabra de Ellen White. Que Dios nos ayude
para que, en este "último tiempo" (1 Juan 2:18), nos aferremos a
la Biblia para encontrar nuestra paz en Cristo y hacer avanzar
su causa y su reino. Que los ex-Adventistas del Séptimo Día sean
verdaderamente un pueblo del Libro.16
Dennis
L. Palmer, ex-pastor Adventista del Séptimo Día, es pastor de la
Iglesia Bautista Evangélica del Séptimo Día de Lake Elsinore,
California.
Notas finales
1. W. R. Downing, The New Testament
Church: Nature, Characteristics, Perpetuity (Morgan Hill,
CA: Pacific Institute for Religious Studies, 1982), 47.
2. K. H. Wood, "All Things Through Christ",
Adventist Review 24 (June 1982):15.
3. R. C. Sproul, Willing to Believe: The
Controversy Over Free Will (Grand Rapids: Baker, 1988),
125.
4. Esta cita, tomada de las Creencias
Fundamentales de los Adventistas del Séptimo Día, Artículo
17, es la posición oficial Adventista concerniente a la
inspiración de los escritos de Ellen White.
5. Constitution and Bylaws of the Adventist
Theological Society, Artículo III, Sección 2.
6. G. F. Hasel, Biblical Interpretation
Today (Washington, D. C.: Biblical Research Institute,
1985), 101.
7. T. Crosby, "Do the Authorities Conflict on
Perfectionism?" Spectrum 8 (Enero 1977), 64, tabula el
número de citas de la Biblia y de Ellen White como fueron usadas
por los cuatro Adventistas (H. E. Douglass, E. Heppenstall, H. K.
LaRondelle, y C. M. Maxwell) en su libro Perfection: The
Impossible Possibility (Nashville: Southern Publishing
Association, 1975):
Autor
Ellen White
La Biblia
Douglass
101
47
Maxwell
148
60
Heppenstall
8
53
LaRondelle
4
232
Por esta información, parece evidente que, en la práctica, algunos
Adventistas usan a Ellen White como su fuente primaria de
doctrina, mientras que otros la usan como fuente secundaria.
8. E. G. White, The Great Controversy, 88.
9. E. G. White, Selected Messages, vol. 3,30.
10. E. G. White, Testimonies, vol. 5, 293.
11. J. T. Baldwin, "Historicization and Christian
Theological Methods", Journal of the Adventist Theological
Society 4 (Otoño 1993):170.
12. Ibid.
13. E. G. White, Colporteur Ministry, 125.
14. Hasel, Biblical Interpretation Today, 100.
15. Ibid.
16. Agradezco a John R. Jones, Decano de la Escuela de
Religión, Universidad de La Sierra, Riverside, California, por
leer este trabajo y discutirlo conmigo.