¿Están selladas las profecías?
Algunos
eruditos bíblicos han llamado a la famosa profecía de las "70
semanas" de Daniel 9 "la espina dorsal" de las profecías
bíblicas, pues es la que "sella" otras profecías. Si esto es
cierto, parece más bien importante para los que estén
interesados en la interpretación de las profecías bíblicas
calcular ésta correctamente. Daniel 9:24 menciona varias cosas
que han de tener lugar en las 70 semanas:
"Setenta semanas están
determinadas sobre tu santa ciudad,
para terminar la
prevaricación,
poner fin al pecado,
expiar la iniquidad,
traer la justicia
perdurable,
sellar la visión y la
profecía,
y ungir al Santo de los
santos.
Aunque la "santa ciudad" es
aparentemente Jerusalén, recuérdese que el nombre "Jerusalén"
es también una figura de la iglesia en el Nuevo Testamento,
como en Gálatas 4:26.
Otros
varios acontecimientos están incluídos en las 70 semanas,
acontecimientos que se mencionan en los siguientes versículos.
Nótese
que las 70 semanas son lo que "sella" la visión y la
profecía. Esto es bastante general, y sugiere que otras
profecías de las Escrituras y las visiones dependen hasta
cierto punto de ésta.
¿Cómo podría la profecía de las
70 semanas sellar otras profecías? Esto también es un
misterio. Si podemos resolver el acertijo de las 70 semanas,
también podríamos averiguar cuáles son estas otras profecías,
y cómo pueden interpretarse correctamente. Aquí hay un
indicio: los períodos de tiempo que se mencionan en
Apocalipsis, "tiempo, y tiempos, y el medio de un tiempo", y
su equivalente, tres años y medio, necesitan ser interpretados
por medio de la profecía de las 70 semanas.
Puesto que esta frase, "tiempo,
y tiempos, y la mitad de un tiempo", que viene de las
profecías de Daniel, se encuentra en Apocalipsis 12:14, ella
forma una obvia conexión o enlace entre los dos libros. Este
período también se presenta como 1.260 días en Apocalipsis
12:6, y 42 meses en los capítulos 11 y 13. Los 1.260 días
serían 3,5 años, teniendo cada año 12 meses de 30 días. En
este esquema, un año tendría 360 días, aunque hoy día sabemos
que la duración de un año solar es de 365,25 años. Algunos han
sugerido que sí existe tal cosa como un "año profético", que
debe usarse para calcular las 70 semanas.
Una interpretación interesante
de las 70 semanas de Daniel fue propuesta en 1895 por Sir Robert Anderson, un
brillante erudito bíblico, que hizo esta suposición. Anderson
afirmaba que, desde la orden para reconstruir Jerusalén hasta
la aparición del Mesías (las siete semanas y las sesenta y dos
semanas del versículo 25) transcurrieron exactamente 483 años
bíblicos, que, multiplicados por 360 días, equivalían a
173.880 días. Vale la pena examinar esta idea cuidadosamente.
La discusión que sigue examina alguna información antecedente
sobre el calendario solar-lunar que estaba en uso en tiempos
de Daniel.
¿Equivale un "año profético"
a 360 días?
En el calendario solar-lunar
usado por los hebreos en tiempos antiguos, la duración de un
mes era determinada por las fases de la luna. Nuestra
palabra "mes" ["month", en inglés -- N.T.] refleja la
antigua conexión con el período de la luna. La duración
precisa del período de la luna es de 29,531 días. Está cerca
de los 30 días, pero no es exacto. A causa de esto, el
antiguo calendario usado por los babilonios, los hebreos,
los griegos, y la mayoría de otras naciones de la antigüedad
tenía años de duración variable. Casi todos los años tenían
12 meses [o 'lunas'], pero algunos años tenían 13 meses. Los
sacerdotes de varias naciones determinaban la duración del
año mediante la observación, y había algo de confusión
cuando el mal tiempo interfería con las observaciones de la
luna.
Por el siglo VIII a. C.,
los babilonios descubrieron un ciclo de 19 años, en el cual
siete años tenían un mes extra. En un ciclo de 19
años, había 235 meses lunares. Este período era como 2
horas, 4 minutos, y 25 segundos más largo que 19 años
solares, lo que funcionaba bastante bien, pues permitía que
el calendario se pusiera al compás de las estaciones más
precisamente cada período de 19 años.
El astrónomo ateniense Metón
redescubrió el calendario de 19 años en el año 433 a. C., (o
quizás lo aprendió de los babilonios). Por esta razón, se le
llamó el ciclo metónico. En el siglo IV d. C., el ciclo
metónico fue adoptado por los judíos como una ayuda para
calcular el calendario, y desde entonces, los años
específicos en cada ciclo de 19 años, en el cual se añadía
un mes, fueron establecidos en una secuencia específica: el
mes extra era añadido en los años 3, 6, 8, 11, 14, 17, y 19.
Estos eran llamados años bisiestos; el resto, años comunes.
Nótese que había 7 de estos años bisiestos en un período de
19 años.
Los judíos también dividían la
hora en 1.080 "partes" de tres segundos y un tercio. La Enciclopedia Judía
[Funk y Wagnalls, N. Y. 1902, vol. 3], artículo
"Calendario", p. 505, dice: "Diecinueve años lunares con
siete meses extras son iguales a diecinueve años solares
menos una hora, 485 partes".
Así, pues, no podemos suponer
que "el año judío tenía sólo 360 días" para interpretar la
profecía de las 70 semanas de Daniel. El año viejo terminaba
y el nuevo comenzaba en la luna nueva, no después de que
habían transcurrido tantos días, como en nuestros
calendarios. Este hecho parece restarle peso a la
interpretación de las 70 semanas de Daniel popularizada por
Sir Robert Anderson, por ingeniosa que sea. Hiparco, en el año 130 a. C.,
estableció la duración del año solar en 365,25 días.
Las tres partes de las 70
semanas
Las
70 semanas de Daniel están separadas en tres partes distintas,
sugiriendo que se usan diferentes unidades en las varias
partes. [O de lo contrario, ¿por qué se mencionarían por
separado las 7 semanas, y las 62 semanas, y la 1 semana?] El
énfasis es en los "sietes", y aunque puede haber involucrados
períodos de 7 años, esto no puede ser cierto para todas las
partes. Las tres partes de la profecía de las 70 semanas se
parecen a las tres secciones o partes de la frase "tiempo, y
tiempos, y el medio de un tiempo" que se mencionan en Daniel.
En
Daniel 12:7, la frase "tiempo, y tiempos, y el medio de un
tiempo" se da como la duración del período comprendido por
estas profecías. La terminación de este período, cualquiera
sea su significado, marca un tiempo "cuando todas las cosas
serán cumplidas". El patrón que es evidente en la frase
"tiempo, y tiempos, y el medio de un tiempo" puede aplicarse a
dos de los misteriosos períodos de tiempo de Daniel, los 1.290
días de Daniel 12:11, y los 1.335 días de Daniel 12:12, para
que nos ayuden a entenderlos y explicarlos. Mirando al patrón
incrustado en la frase "tiempo, y tiempos, y la mitad de un
tiempo", podemos insertar las diferentes unidades para la
duración de los años en las tres divisiones, como una especie
de plantilla, para obtener:
Daniel 12:7: |
tiempo + |
tiempos + |
la mitad de un tiempo |
Daniel 12:11: 1.290 días = |
390
+ |
2 x 360 + |
360/2 |
Daniel 12:12: 1.335 días = |
360
+ |
2 x 390 + |
390/2 |
En
Apocalipsis, Juan aplica este mismo patrón para derivar sus
variaciones sobre tres años y medio:
Apocalipsis 11:2: |
42 meses = |
12
+ |
2 x 12
+ |
12/2 |
Apocalipsis 11:3: |
1.260 días = |
360
+ |
2 x 360 + |
360/2 |
Apocalipsis 11:9: |
3,5
días = |
1
+ |
2 x
1 + |
1/2 |
Apocalipsis 12:6: |
1.260 días = |
360
+ |
2 x 360 + |
360/2 |
Apocalipsis 12:14: |
|
tiempo + |
tiempos + |
mitad de un tiempo |
Apocalipsis 13:5: |
42 meses = |
12
+ |
2 x 12 + |
12/2 |
Una frase bastante
similar a "tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo" se
menciona en Daniel 7:25; aquí se da como "tiempo, y tiempos, y
medio tiempo". La mayoría de los eruditos bíblicos han supuesto
que son lo mismo, pero, aunque las dos frases son similares, no
son idénticas. El patrón o la estructura aquí es similar al de o
a la de las 70 semanas de Daniel 9:24-27, que tiene un período
de 7 semanas, más 62 semanas, más una semana final dividida.
Daniel 7:25: |
tiempo
+ |
tiempos
+ |
la mitad de un tiempo |
Daniel 9:24-27: |
7 semanas + |
62 semanas + |
semana dividida =70 semanas |
Éstas pueden muy bien
ser idénticas; quizás Daniel 9 interpreta a 7:25. La semana
final estaba dividida por la crucifixión; Cristo fue crucificado
"a la mitad de la semana" [Daniel 9:27], después de un
ministerio terrenal que duró tres años y medio [literales].
Según la explicación de las 70 semanas sugerida aquí, quedaban
tres años y medio literales, en los cuales él habría de
"confirmar el pacto con muchos", refiriéndose a que el evangelio
sería predicado en el mundo. Esta media semana final puede [y
debe, IMO] ser identificada con el "tiempo, y tiempos, y la
mitad de un tiempo" discutido más arriba, y las varias formas en
las cuales es expresada por Juan, como una clave o un símbolo
del tiempo restante para la Iglesia, y este parece ser el
sentido que se tiene en mente en Daniel 12:7.
La escritura en la pared
Las
frases de "tiempos" tienen una estructura de tres partes, algo
similar al mensaje que el rey Belsasar vio escrito en la
pared, justo antes de la caída de Babilonia, mensaje que
Daniel interpretó. Aquí tenemos:
Daniel 7:25 |
tiempo + |
tiempos
+ |
medio tiempo |
Daniel 12:7 |
tiempo + |
tiempos
+ |
la mitad de un tiempo |
Daniel 5:25 |
tekel + |
2 x mene + |
uparsin |
Daniel 5:26-28 |
pesado + |
2 x contado + |
roto |
Quizás haya un mensaje en
código en la frase "tiempo, y tiempos, y la mitad de un
tiempo", similar a la enigmática escritura en la pared, que
Daniel interpretó. Si es así, probablemente tendría algo que
ver con el tiempo.
Un período de 7.000 días puede
usarse como la unidad para los 'sietes' en la primera parte,
dando 49.000 días, aproximadamente 133 años o 7 períodos de
19 años, para las primeras 7 semanas. El período de 19 años
es una especie de "semana", porque hay 7 meses extras cada
19 años.
Parece que el comienzo de las
70 semanas fue el decreto de Ciro, como en el año 538 a. C.,
cuando se dio la orden original para reconstruir Jerusalén.
Este decreto se menciona en Esdras 1:3. En Isaías 44:28, se
predijo que Ciro sería quien ordenaría la reconstrucción de
Jerusalén y la fundación del templo. Esta profecía se
cumplió más o menos al mismo tiempo que Daniel recibió la
visión de la profecía de las 70 semanas y la información
registrada en Daniel capítulo 9.
Contando desde Cristo
La
aparición de Jesucristo y su ungimiento, cuando fue bautizado
por Juan Bautista, fue un punto focal de la profecía de la 70
semanas, y ocurrió al final de las 62 semanas. Daniel 9:25
dice:
Sabe,
pues, y entiende, que desde la salida de la orden para
restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe,
habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas ...
Hubo, pues,
dos períodos hasta el Mesías; las siete semanas, seguidas por
las 62 semanas. Una manera de calcular esta profecía sería
contar hacia atrás desde el comienzo del ministerio de Cristo,
la fecha de su aparición en Israel, que fue durante su
bautismo. Esto puede establecerse a partir de información que
se da en el evangelio de Lucas.
Lucas 3:23 dice que Jesucristo tenía como 30 años cuando
fue bautizado, lo que ocurrió durante el ministerio de
Juan el Bautista, probablemente algunos meses después de
que Juan comenzó a predicar. El comienzo de este
ministerio se fecha en el año 15 del emperador romano
Tiberio [Lucas 3:1]. El reinado de Tiberio se calcula
desde la muerte de Augusto, lo que ocurrió el 19 de agosto
del año 14 d. C. Esto sugiere que el bautismo de Jesús
ocurrió el año 28 d. C.; o, si Lucas usaba el calendario
siríaco, que comenzaba el año en el otoño, podría haber
ocurrido a finales del año 27 d. C.
Ben Zion Wacholder ha
propuesto que el ministerio de Juan coincidió con uno de los
años sabáticos de los ciclos sabáticos que eran parte de la
ley mosaica, ciclos que eran mencionados en Levítico 25:4.
Esto tiene sentido, porque el pueblo probablemente habría
tenido más tiempo libre durante el año en que a la tierra se
le permitía reposar y las deudas eran canceladas. El año
27-28 d. C., según Wacholder, era uno de esos años
sabáticos.
Wacholder dice que, en tiempos
antiguos, los judíos entendían las heptómadas, o series de
siete de la profecía de Daniel, en términos de estos ciclos
sabáticos. Quizás por lo menos parte de la profecía lo hace.
Las 70 semanas están divididas en períodos distintos, que
permite el uso de unidades diferentes en varias partes. Si
contamos hacia atrás 62 ciclos sabáticos desde el año
sabático 27-28, llegamos al año 408-407 a. C., que resulta
ser un año de jubileo. Éste sería otro punto focal en la
profecía de Daniel.
¿Qué sucede con la primera
parte de la profecía, que consiste de 7 "semanas"? Si las
fechas que anteceden son correctas, éstos podrían ser
períodos de 7.000 días, o aproximadamente 19 años; 7 de
estos períodos serían 49.000 días, o más o menos 133 años.
Contando hacia atrás desde el año 407 a. C., nos lleva al
año 540 a. C. En el ciclo sabático que comenzó ese año,
Daniel recibió la visión de las 70 semanas, y Ciro emitió el
decreto para edificar a Jerusalén, desde el cual se cuentan
las 70 semanas. La fecha de este decreto se da por lo
general como el año 538 a. C.
Aquí hay alguna evidencia
interesante para esta identificación de los "sietes" en la
primera parte de la profecía con 7.000 días o períodos de 19
años. Dividamos 7.000 días entre 19 para obtener el número
de días en un "año". Multipliquemos este número por 3,5 para
obtener el número de días en tres años y medio. El resultado
da muy cerca de 1.290 días, que es una de las maneras en que
Daniel se refiere al signo de los tres años y medio en
Daniel 12:11.
La última semana
Ahora, ¿qué sucede con la
semana 70 o última? Esta semana final es un período figurado
de siete años, y es durante esta "semana" que Cristo
"confirma el pacto con muchos", como se dice en Daniel 9:27.
Este período comenzó cuando Cristo inició su ministerio.
Este ministerio duró tres años y medio. La profecía dice que
él sería "cortado", una referencia a la crucifixión, después
de 62 semanas [Daniel 9:26].
En la semana 70 o última,
Cristo ha de "confirmar el pacto con muchos". Esta semana
final está todavía en vigor, porque Cristo todavía "confirma
el pacto" con los creyentes. La primera mitad de esta semana
era el ministerio de Cristo en la tierra. La última mitad es
simbólica del tiempo entero de la Iglesia.
James Burton Coffman, de la
Universidad Cristiana de Abilene también, ha reconocido
esto. [Coffman, J. B., 1989. Comentario sobre Daniel, ACU
Press, p. 189]. Coffman identifica el "tiempo, y tiempos, y
medio tiempo" con los 1.290 días y los 1.335 días, y dice
que todos estos se refieren al período entero entre el
primer y el segundo advenimientos de Cristo Jesús, "toda la
dispensación cristiana". Otros eruditos y comentaristas
bíblicos han llegado a la misma conclusión.
El sacrificio y la oblación
habían de cesar "a la mitad de la semana" [Daniel 9:27]. Los
sacrificios del sistema ritual judío terminaron con la
destrucción del templo en el año 70 d. C., y caducaron
cuando Cristo fue crucificado.
La interpretación de los
misteriosos tres años y medio, o "tiempo, y tiempos, y el
medio tiempo" de Daniel y Apocalipsis es, pues, ésta: Es un
período simbólico que representa el tiempo de la Iglesia, y
el tiempo restante en el cual el evangelio es predicado al
mundo, cuando Cristo "confirme el pacto con muchos". La
frase también se usa para referirse a una porción de este
período.
Después de la crucifixión de
Cristo, resta un período de tres años y medio, que es la
última mitad de la última "semana" de las 70 semanas. La
primera mitad de esta "semana" profética fue el ministerio
de tres años y medio de Jesús en la tierra en el siglo
primero. La segunda mitad de la "semana" final representa el
período entero de la Iglesia.
Los
últimos tres años y medio de la semana número 70 de
Daniel, a la cual nos referimos también como un período de
1.260 días, y como 42 meses, o cualquier referencia a un
período de tiempo asociado con el número "tres y medio",
es una figura o un símbolo del período en el cual las
Escrituras y el Espíritu Santo están en el mundo, desde la
venida del Espíritu Santo a la iglesia en el siglo primero
en el día de Pentecostés después de la crucifixión de
Cristo, hasta el regreso de Cristo a la tierra.
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